Mientras la guerrilla del ELN se esfuerza por demostrar que aún tiene capacidad para producir terror y hacer daño (en menos de una semana asesinaron a un policía y secuestraron a un soldado), el Ejército viene propinando contundentes golpes a sus fuentes de financiación. Así quedó demostrado con la más reciente operación de inteligencia en la que uniformados de la Fuerza de Tarea Pegaso, adscrita a la Tercera División del Ejército, descubrieron y destruyeron un millonario complejo cocalero ubicado en el departamento de Nariño. La operación se llevó a cabo el sábado 6 de febrero en zona rural del municipio de Cumbal (Nariño), cercano a una zona limítrofe con Ecuador. Allí los uniformados se encontraron con una gran estructura compuesta por siete módulos que abarcaban 2.000 metros cuadrados en construcción. En ese complejo hallaron 410 kilogramos de clorhidrato de cocaína listos para ser embalados; pero lo más sorprendente es que descubrieron que ese laboratorio contaba con la infraestructura y los insumos para producir mensualmente cuatro toneladas de cocaína. Eso quiere decir que el complejo cocalero le significaba a esa guerrilla ingresos cercanos a los 1.640 millones de pesos, que es el valor estimado de la droga en Colombia. Las autoridades estiman que, una vez en el exterior, esas mismas cuatro toneladas pueden costar alrededor de 6.500 millones de pesos. Según explicó el general Sergio Alberto Tafur, comandante de la Fuerza de Tarea Pegaso, el complejo le pertenecía al Frente Comuneros del Sur del ELN. “Ellos aprovechaban la zona limítrofe y los ríos para sacar la droga hacia el mar Pacífico”, explicó el oficial. El general dijo además que ese cristalizadero ocupaba una zona de dos kilómetros a la redonda y contaba con zonas para alojamiento con capacidad para albergar a 20 personas, “cocina, baño, duchas cubiertas con plástico negro, secado, calderas, compresor industrial, estructura subterránea con planta eléctrica y un laboratorio para el procesamiento de pasta base”. En el complejo cocalero también se incautaron insumos químicos, “100 kilos de metalbisulfito; 100 kilos de hidróxido de sodio; 100 kilos de soda cáustica; 200 kilos de permanganato de potasio; 200 galones de ácido clorhídrico; 1.840 galones de metil (centona) y 10.300 litros de hidrocarburos”. Esta operación se suma a otros contundentes golpes que las autoridades les han propinado a las finanzas de los grupos armados ilegales que delinquen en esa zona del país y cuya fuente de ingresos depende en su mayoría del narcotráfico. Según estadísticas que maneja el Ejército, en lo que va corrido de este año un total de 65 laboratorios y cristalizaderos de cocaína han sido destruidos. Esa cifra impacta, si recordamos que Nariño es uno de los departamentos donde más se concentra la producción de hoja de coca. De acuerdo con el censo de cultivos ilícitos, en esa región existen 17.890 hectáreas sembradas con coca y un poco más de la mitad de esa zona (8.000 hectáreas) corresponde a áreas rurales de Tumaco. Es probable que el complejo cocalero que el Ejército acaba de destruirle al ELN sea uno más dentro de la extensa gama de laboratorios que esa agrupación subversiva tiene en las selvas del suroeste del país, pero no hay duda de que con esa operación las autoridades les dieron un golpe a las finanzas de esa guerrilla.