Tras la confusa muerte de Sergio Lizcano, un minero que recibió un disparo de fusil en medio de un procedimiento del Batallón de Ingenieros n.º 5 Coronel Francisco José de Caldas, en el municipio de California, en el departamento de Santander, la turba enfurecida llegó hasta el parque principal, del municipio, donde se reunían los militares, para exigirles con gritos y hasta con ataques de objetos contundentes, abandonar el municipio, según ellos argumentando que les habían robado la tranquilidad.
“Pa fuera hiju... pa fuera, pa fueraa”, estas son las frases repetitivas que se escuchan en un video grabado por un aficionado en el momento de los hechos, además de palabras soeces contra los miembros del Batallón.
Por el hecho, varios uniformados salieron corriendo del lugar. La Policía de Santander aseguró a SEMANA que ninguno de los uniformados de esa institución salieron lesionados durante la asonada, por el contrario, ahora buscan mediar la situación entre la comunidad “adolorida” y los miembros del Ejército.
SEMANA consultó también su fuente dentro del Ejército Nacional, indicando que se llevó a cabo en ese municipio un consejo de seguridad extraordinario por lo ocurrido, sin entregar los detalles de las conclusiones, y asegurando que los soldados continúan en las áreas generales del municipio, pero no en el punto donde ocurrieron los hechos.
En un reporte emitido por el mismo comando, frente a las confusas acciones que terminaron por arrebatarle la vida al presunto minero, indicaron que todo se produjo por el intento de los civiles de quitarle los fusiles a los militares.
“Según las primeras informaciones, los soldados fueron rodeados por un grupo de civiles, quienes buscaban impedir las labores de los militares. En medio de la asonada, el personal civil forcejeó con los militares, y en un intento de quitarles sus fusiles, se desencadenó el fatal hecho”, se lee en el comunicado.
Sin embargo, en el mismo documento el comando anotó que colaborara con las investigaciones que tienen lugar ahora en cuanto a la verificación de tiempo, modo y lugar de los hechos.
“Este Comando pone a disposición de las autoridades competentes los recursos necesarios para esclarecer esta situación”, señalan las autoridades en el escrito.
Por su parte, desde la alcaldía municipal de California, Santander, lamentaron la muerte del hombre y reiteraron el apoyo a su familia.
“La Administración Municipal Todo Por California lamenta profundamente la partida de nuestro paisano y amigo Sergio Lizcano Díaz, enviamos un abrazo de solidaridad y fortaleza a toda su familia. Elevamos una oración al Todopoderoso por su eterno descanso”.
Así mismo, la alcaldesa del municipio, Genny Gamboa, emitió un llamado al Gobierno nacional para llegar a acuerdos con respecto a la minería artesanal que se desarrolla en ese territorio.
“Como primera autoridad del municipio hago un llamado nuevamente al Gobierno nacional, para que de manera seria y concreta volteen su mirada hacia nuestro territorio y nos sentemos a construir una solución definitiva que permita formalizar y legalizar nuestra pequeña minería artesanal tradicional que hemos ejercido por más de 400 años. Cuidando y protegiendo lo que nos corresponde del páramo de Saturbán”, señaló la alcaldesa.
Según dijo públicamente Gamboa, las políticas de Estado por medio de normas como el código de minas, favorecen los grandes intereses, convirtiendo el pequeño minero artesanal tradicional ilegal siendo criminalizado y perseguido.
“La industria minera, que hace presencia por más de 30 años en nuestro territorio y nunca ofreció la estabilidad laboral y microempresarial que requería nuestras coterráneas como jefes de hogar y mujeres, madre cabeza de familia. Por el contrario, se dedicaron a generar división (Freaking social) sin generar el modelo sostenible que tanto nos prometieron”.