Con la continuación del aislamiento obligatorio preventivo no es mucho lo que cambia en Medellín. El alcalde Daniel Quintero ya ha dicho en varias oportunidades que la estrategia de cuatro días de trabajo y tres de toque de queda mantiene el dinamismo de la economía y evita la expansión del contagio del coronavirus. Sin embargo, aún no se conocen resultados científicos de dicho plan, pues hasta ahora la pandemia se expande.
El punto: en la ciudad todo continuará como hasta ahora, aunque los lunes después de los fines de semana de toque de queda los supermercados se atiborren y a las avenidas principales vuelvan los monumentales trancones, se mantendrá el pico y cédula de dos y tres dígitos y las restricciones a los ciudadanos mayores de sesenta años. Hace una semana, cuando Quintero acordó con los alcaldes del área metropolitana del Valle de Aburrá más jornadas de toque de queda, trinó: “Estamos pasando por los días más difíciles de esta batalla, es momento de cuidarnos. Por eso, aplicando la estrategia 4/3 de viernes a domingo estaremos en estado de Cuidado Total con autorización del Gobierno nacional. La vida es sagrada”.
Desde el primer día, el alcalde de la capital paisa ha tratado de que la ciudad esté lista para la crisis y por lo mismo ha caído en polémicas innecesarias, como la de esta semana, cuando se conoció una carta que envió al gobierno cubano solicitando ayuda de una brigada de 600 médicos. Al final de este martes 28 de julio, la ciudad tiene 3.879 casos activos, con una letalidad del 1,41 por ciento y 1,52 casos por cada mil habitantes. Por otro lado, de una capacidad de 740 camas de UCI, tiene ocupadas 652, lo que equivale al 88,1 por ciento.