Se cumplen 22 días del aparatoso accidente de la avioneta tipo Cessna 206 en las selvas del Caquetá y Guaviare, donde tres personas perdieron la vida, y cuatro menores de 13, nueve y cuatro años y un bebé de 11 meses de edad se encuentran desaparecidos.
Por tal motivo, el ICBF y las Fuerzas Militares, agotan recursos para poder hallarlos con vida lo más pronto posible. Aunque se han encontrado algunos elementos que permiten creer que los pequeños aún están con vida, el tiempo corre y la incertidumbre se apodera de sus familiares y de los cuerpos de búsqueda que están intentando rescatarlos.
En ese sentido, este lunes 22 de mayo, autoridades dieron a conocer que ahora implementarán imágenes satelitales para dar con su paradero. Con los resultados se pretende analizar “posibles recorridos que pudieron haber hecho los cuatro hermanos”.
“Las operaciones en el área se han intensificado en las últimas horas con la llegada de nuevo personal de las Fuerzas Militares y de las comunidades indígenas”, precisa el comunicado compartido por las autoridades.
Las personas provienen de Araracuara, Buenos Aires, Mitú, Puerto Leguizamo, Florencia y Cauca. La comisión principal proviene de los indígenas Nukak del Guaviare.
“Respetuosos y conocedores de las costumbres ancestrales, se dispuso del apoyo de las comunidades nativas con el objetivo de que mediante sus tradiciones espirituales puedan aportar en la localización de los niños desaparecidos”, se lee en el comunicado enviado por el Ejército.
Se conoció que, inicialmente, diez indígenas serán insertados para apoyar a los uniformados que por tierra buscan a los pequeños.
“El propósito es fortalecer las herramientas de búsqueda de la mano con la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana (Opiac)”, agrega el comunicado.
En este momento se encuentran más de 150 militares adelantando la misión, a la cual también se adicionan más de 20 uniformados de Comandos de las Fuerzas Especiales. En el transcurso de la mañana, a bordo de helicópteros del Ejército Nacional y la Fuerza Aérea, fueron trasladados a la zona de búsqueda.
Ejército pide ayuda y permiso a la “madre selva”
Pese a que recientemente se conocieron posibles rastros que habrían dejado los menores a su paso por la espesa selva, motivando la esperanza de que sigan con vida, y el presidente Gustavo Petro había publicado un trino diciendo que los niños habían sido hallados con vida, el cual luego lo borró, todavía no se ha logrado un contacto con ellos, mientras el tiempo apremia y aumenta la angustia de sus familiares.
Recientemente, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Astrid Cáceres, aseguró que hay “luces” y que están atentos a las señales y a la información que los pueda guiar a poder dar con el paradero de los pequeños.
“La operación esperanza nos está dando luces y nosotros lo que estamos haciendo aquí es traer nuestra información. Nuestro deber es no desestimar ninguna información y vamos a seguir buscando”, señaló Cáceres.
Operación esperanza
Cabe señalar que la operación esperanza, como se han bautizado las operaciones de búsqueda de estos pequeños, ha recurrido a varias estrategias que permitan algún contacto con los niños y determinar el lugar exacto donde se encuentran. Una de ellas es la utilización de volantes con un mensaje en la lengua nativa de los desaparecidos; allí, se les indica que es necesario que se queden quietos y que su abuela y otros familiares los están buscando.
No obstante, una de las declaraciones que más ha llamado la atención en las últimas horas es la del general Pedro Sánchez, comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, quien con la voz entrecortada, aseguró que han recurrido hasta a pedir a la madre naturaleza que les ayude para que puedan encontrar a los menores desaparecidos.
El general Sánchez no pudo evitar mostrar sus sentimientos al referirse a todos los esfuerzos que están realizando sus hombres en la espesa selva, mientras dejaba claro que no descansarían hasta dar con el paradero de estos hermanos que siguen dejando rastros de vida por los lugares que transitan.