Las aterradoras imágenes de un grupo de detenidos golpeando a Juan Pablo González, el presunto abusador de Hilary Castro en Bogotá, en el marco de lo que llamaron “la bienvenida en la URI de la localidad de Puente Aranda”, se convierten en el sustentó de una acusación contra cinco policías que fueron capturados e imputados por permitir el crimen.
Juan Pablo fue asesinado a golpes, con objetos contundentes que dejaron sendas marcas por todo su cuerpo. Una lesión fracturó la costilla y en secuencia se perforó un pulmón, eso provocó su muerte en cuestión de segundos, mientras los detenidos, bajo órdenes de los llamados ‘Plumas’, continuaban la arremetida violenta.
La Fiscalía adelantó una investigación que permitió la captura de cinco uniformados de la Policía, adscritos a la Sijín, y que estuvieron en el mismo espacio donde Juan Pablo fue sometido a torturas. De acuerdo con la imputación, los custodios no hicieron nada por salvarle la vida.
SEMANA también conoció una declaración que reveló la forma en la que fue recibido Juan Pablo una vez fue judicializado en la URI Puente Aranda. De acuerdo con el testimonio, los policías que lo llevaron a las celdas, lo sentenciaron a muerte cuando advirtieron a otros detenidos que llegaba “uno para darle la bienvenida”. En otras palabras: para una golpiza.
“Conducta de maltrato contra Juan Pablo González Gómez desplegada con crueldad exc, pues pues se evidenciaron más de 50 hallazgos de lesiones, hematomas, equimosis y fracturas, lo cual es un reflejo de la brutalidad por ser un presunto violador”, dijo la Fiscalía en la audiencia de imputación de cargos.
En ese momento, arrancó una seguidilla de golpes que solo se detenía para cambiar de agresor. En fila más de seis privados de la libertad se turnaron la violenta muestra de justicia. Cuando la víctima ya estaba en el suelo, lo orinaron y hasta lo obligaron a beber la orina de sus agresores.
“Los agresores de Juan Pablo González Gómez obligaron ingerir orines y le gritaban que eso le pasaba por haber violado una niña y le decían que no era tan macho como lo fue con la víctima y, por tanto, merecía morir, es decir que los golpes se causaron con el fin de castigarlo por la violación. Hubo una intención deliberada y desconsiderada de sometimiento físico en señal de juzgamiento y condena por ser un violó”, explicó el fiscal del caso.
La investigación llevó a identificar no solo a los uniformados que, según la Fiscalía, permitieron semejante agresión, también los responsables de juzgar a muerte a Juan Pablo González, cuando apenas era investigado como presunto abuso a Hilary Castro.
La Fiscalía imputó cargos también en contra de los llamados ‘Plumas’, los cabecillas de organizaciones criminales que estaban detenidos en las celdas de la URI que luego se convirtieron en la escena del crimen.
Ahora y con el material probatorio en su poder la Fiscalía espera llevar a juicio a los uniformados y conseguir una condena en su contra por los delitos de homicidio y tortura en grado de coautoría.
La defensa de los policías argumentó que sus clientes, si bien estaban encargados de la custodia, no tenían cómo observar o siquiera enterarse de los que estaba ocurriendo en los baños donde ocurrió la golpiza a Juan Pablo y, por tanto, la responsabilidad estaba fuera de su alcance.