Las investigaciones y los testimonios en medio del proceso que se adelanta por el polígrafo y las chuzadas a Marelbys Meza, exniñera de Laura Sarabia, cada vez revelan nuevos datos que apuntan a que las órdenes para llevar a cabo estas actuaciones vinieron desde la Presidencia de la República.
Por lo menos así quedó consignado en el expediente en el que más de 14 testimonios de los policías implicados en el escándalo entregaron su versión y varios de ellos indicaron que se trataba de una orden que salió desde la Casa de Nariño y “tocaba o tocaba” cumplirla.
SEMANA conoció el expediente que revela —según los propios testimonios de varios de los policías implicados en el caso— que tras destaparse el escándalo el 27 de mayo de 2023, volvieron a llegar órdenes a los uniformados para tapar lo que hicieron en su momento.
Es claro que a Marelbys Meza no solo la sometieron a un interrogatorio sin orden judicial frente a un polígrafo, acusada de haber robado a su jefa, hoy directora del Dapre, sino que además interceptaron su teléfono ilegalmente, haciéndola pasar como una integrante del Clan del Golfo.
Por eso, las alarmas se encendieron cuando la opinión pública conoció el caso a través de este medio y por eso se habría organizado una reunión, donde con libreto en mano y la orden del silencio buscaron ocultar toda la persecución que emprendieron contra Meza.
La patrullera Dana Canizales le contó a la Fiscalía que rápidamente fue citada a una caseta de tintos, muy cerca de la Sijín. Allá la esperaban el capitán Óscar Mojica y el intendente Alfonso Quinchanegua. El objetivo de la reunión, según la testigo, era estar “preparados”.
“Mi intendente Quinchanegua me dice: ‘Dana, lo más probable es que sí nos van a llamar. Miramos si los dos contratamos a un solo abogado, no se preocupe por eso, cualquier cosa me llama, si la llegan a citar me llama de una vez para ubicar al abogado’”, dijo la patrullera en su confesión.
La declaración de Canizales se convirtió en la base de la investigación, ya que reveló detalles de las reuniones, las “recomendaciones” de sus superiores, el pago de abogados para que los defendieran y el discurso que todos los involucrados tenían que recitar en la Fiscalía para que el montaje fuera creíble. El plan se convirtió en una prioridad.
“Mi intendente Quinchanegua me dice: ‘Dana, llegue al centro comercial Calima, que nos vamos a reunir con el abogado’. Llego y nos sentamos y mi intendente Quinchanegua empieza a ponerlo en contexto de todo, que el kárdex (fuente) puesto ahí pertenecía a un señor que no había dado la información, pero ya había hablado con el señor por si lo llegaban a llamar”, explicó la ahora testigo.
La patrullera señaló que fue el capitán Mojica quien dibujó una línea de tiempo con todo lo necesario para recordar cuando estuvieran frente a los fiscales. La falsa forma en que ocurrieron los hechos, la mentirosa información que se incluyó en los informes y hasta las palabras adecuadas para no “equivocarse” en los interrogatorios.
“El 3 de junio de 2023, mi capitán Mojica montó una línea de tiempo de la carpeta de todas las actividades del ‘caso de Presidencia’, desde la denuncia, para que cuando fuéramos a interrogatorio dijéramos lo mismo y no fuéramos a equivocarnos”, reveló Canizales.
Durante el interrogatorio se le cuestiona si “¿el capitán Mojica le hace alguna recomendación o que guarde silencio?”. A lo que responde: “Pues antes del interrogatorio, el 3 de junio de 2023, es cuando él se sienta y dice: ‘Voy a realizar una línea de tiempo para que no se equivoquen y digan una sola cosa’”.
En esta declaración también se conoció que para que se pudieran concentrar con el tema y no caer en errores, se dio la orden de quitarles todas las investigaciones que adelantaban en su momento. “Ese mes nos quitó todas las investigaciones, no nos dejó ni un solo caso para que nos enfocáramos en el proceso y estar ‘tranquilos’”, señaló Canizales.
La Fiscalía vuelve e interrogarla sobre si Mojica “¿tenía conocimiento de qué cosas eran verdad y qué falsas?”, a lo que dijo: “Pues sí, doctora, porque él fue quien trajo la información de la Casa de Nariño”.
Dentro de ese plan también se vinculó a la fuente de información, Rafael Santos, un mecánico de motos. A él lo ubicaron y le prometieron ayuda, pagarle un abogado, con la condición de que se ciñera al discurso que le entregaron.
“Empiezan a ponerlo en contexto al señor: por qué lo iban a citar, qué decir y todo eso. Mi intendente Quinchanegua le dice que le van a poner un abogado, que él se lo paga. Después, cuando el señor Rafael (la fuente) rinde la declaración, nosotros estábamos ahí, al pie de la Fiscalía… Esperándolo”, señaló Canizales.
Todos cumplieron y en los primeros interrogatorios, en junio de 2023, repitieron, según Dana Canizales, la “línea de tiempo” que plasmó el capitán Mojica. Llegaron a la Fiscalía y negaron todo, incluso juraron que el procedimiento fue legal, que la fuente y la información eran reales, por eso solicitaron la interceptación de los teléfonos.
Pero finalmente, fueron capturados y, ya tras las rejas, la voluntad se ablanda. Las pruebas, los documentos y algunas declaraciones terminaron por revelar la verdad que los policías insistían en ocultar, presionados.
Ahora, arrepentidos, le pidieron perdón a Marelbys Meza y advierten que confesar es una sentencia contra su seguridad. Todos terminan la declaración con sentencia: “Temo por mi seguridad, aquí hay muchos superiores en este proceso y me pueden hacer algo a mí o a mi familia”.