En 2020, un grupo de mujeres Wayuu de la Alta y Media Guajira se reunieron para hablar de la necesidad de recuperar sus técnicas de tejido tradicional, una de ellas es el outajushi, que consiste en el procesamiento de materia prima para crear artesanías como las mochilas y el tejido kattoui.

Las mujeres mayores investigaron por qué estaba en desuso y encontraron que era poco comercial, a diferencia de las mochilas de croché, que “ganaron” en la transmisión del saber de generación en generación por ser más vendidas y conocidas en el mercado.

Allí surgió una idea, volver a esta técnica tradicional, pero con un material amigable con el medio ambiente: el plástico reciclado. A las mujeres les preocupaba el uso desmedido y el manejo inapropiado de las bolsas plásticas que contaminaban las fuentes de agua y el ambiente. A raíz de esto, las artesanas identificaron en esos residuos una oportunidad y los convirtieron en su materia prima, procesándola a través del outajushi.

“Hay un grupo de voluntarios que recuperan las bolsas y las clasifican por colores y texturas, luego se cortan en tiras y se une cada una a la fibra de hilo acrílico con la técnica del outajushi, haciendo presión con la palma de las manos y sobre las piernas, esto lo hacen los hombres y luego las mujeres tejen” explicó Olimpia Palmar, miembro de la comunidad Wayuu y consultora social de ERM.

Así empezó Kattoui, un proyecto innovador de ecomochilas, tapetes e individuales, sin embargo, las mujeres enfrentaron una dificultad, la falta de tiempo para tejer, pues debían ir a recoger agua para el consumo de sus familias y el de sus animales, incluso varias veces al día y a lugares lejanos, sobre todo en épocas de verano.

El agua

La comunidad Koushalain- Waimpiralein del Resguardo de la Alta y Media Guajira, ubicada en el corregimiento de Jonjoncito en Uribia, instaló la alianza con la Fundación ERM para explorar alternativas para mejorar el acceso y el uso del agua, dando inicio al proyecto Wüin, que busca minimizar el esfuerzo de las artesanas en la consecución de este recurso, aumentando así su disponibilidad para la producción y comercialización de los productos tejidos de Kattoui.

La Fundación, parte de ERM, la firma de sostenibilidad más grande del mundo, inició haciendo un diagnóstico por medio de investigación documental y una visita de campo para delimitar el área del proyecto, identificar las fuentes de agua existentes, su distribución en la zona del proyecto, los usos actuales y prácticas asociadas, y las condiciones actuales de cada una.

Mujeres tejedoras del Proyecto Kattoui | Foto: Cortesía

Determinó que hay siete fuentes de agua que corresponden a reservorios naturales y superficiales, los cuales se encuentran dispersos en el territorio: tres arroyos: Walerulia, Julujulumana y Koushalain; tres jagüeyes: Waimpiralein, Polumou, Ipashirain; y un pozo en etapa de construcción, de los que se benefician 197 personas distribuidas en 26 familias.

Cada uno de ellos puede ser usado de dos a cuatro meses al año, obligando a las mujeres a buscar fuentes de agua más lejanas.

El agua es transportada desde la fuente hasta los hogares en envases plásticos de 20 a 60 litros, esta actividad la hacen ellas en compañía de los niños o los jóvenes. Algunas familias tienen motos que les han facilitado este trabajo, pero en otras se usan carretillas o burros como medio de transporte.

“Con estas conclusiones iniciará la segunda fase, en la que la Fundación ERM apoyará la realización de un estudio hidrogeológico para la identificación de fuentes hídricas subterráneas disponibles en la comunidad de Koushalain-Waimpiralein que puedan ser utilizadas en beneficio de la comunidad. Además se buscará fortalecer prácticas como la protección de los jagüeyes y la instalación de canaletas para hacer captación de aguas lluvias” expresó Martha Peñuela, Consulting Partner de ERM.

Mujeres tejedoras del Proyecto Kattoui | Foto: Cortesía

Esto optimizaría la recolección de agua y aumentaría el tiempo para tejer y comercializar sus artesanías, permitiendo a estas mujeres rurales tener mejores condiciones de vida. Para ERM apoyar esta iniciativa de mujeres significa apalancar propuestas sostenibles que reducen brechas de desigualdad y fortalecen propuestas de mitigación a los efectos del cambio climático.

“Gracias a ERM contamos con un trabajo que nos permite ser referente en la solución de acceso al agua en el territorio de La Guajira” dijo María del Carmen Palmar Ipuana, miembro de la comunidad. Para las mujeres Wayuu de la comunidad Koushalain- Waimpiralein contar con la alianza de ERM para la búsqueda de soluciones de agua representa el fortalecimiento del tejido social en la salvaguarda de la memoria colectiva del pueblo indígena Wayúu y su identidad étnica.

Mujeres tejedoras del Proyecto Kattoui | Foto: Cortesía

Actualmente 80 familias hacen parte de Kattoui, 20 de ellas viven exclusivamente de la venta de las ecomochilas, sin embargo, se espera que con los resultados de la segunda fase del proyecto Wüin, más hogares puedan tener su sustento económico a través de las artesanías.

El trabajo de estas mujeres tejedoras fue reconocido por el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, que les otorgó el premio de liderazgo por consolidar su “Emprendimiento económico desde la identidad indígena”.