El pasado sábado, 12 de agosto, en la vía que comunica los municipios de Caloto y Santander de Quilichao, departamento del Cauca, el soldado profesional Juan David Estrada Suárez, orgánico del Batallón de Operaciones Terrestres N.° 13 y quien se encontraba en estado de indefensión, fue secuestrado.
Hasta hace menos de 24 horas se desconocía sobre su paradero, sin embargo, las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, desde el frente Dagoberto Ramos, dieron a conocer un video, donde se ve al soldado Estrada Suárez sentado, con aparente buen estado de salud.
En el clip, solo se ve al uniformado, quien no menciona ni una sola palabra, pero se escucha la voz de alguien que al parecer pertenece al grupo armado.
En el clip se escucha lo siguiente: “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, Farc-EP, frente Dagoberto Ramos. Nos pronunciamos que el soldado profesional retenido por las unidades del frente Dagoberto Ramos de las Farc-EP, identificado como Juan David Estrada Suárez (...), oriundo del departamento de Nariño”.
Además, agregaron que: “El prisionero de guerra se encuentra en óptimas condiciones de seguridad y de salud, esperamos la suspensión de la ofensiva pactada entre el Estado y las Farc-EP, para así poder trabajar por su pronta liberación”.
El secuestro
“Conocida la situación, se dio aviso a las autoridades competentes, para instaurar la denuncia por secuestro y, en coordinación con la Policía Nacional, se activaron los protocolos y un completo dispositivo de búsqueda para ubicarlo”, informó el Ejército Nacional.
De igual forma, se ordenó un acompañamiento especializado a la familia del militar secuestrado. “En la zona donde se habría presentado el plagio delinque el grupo armado organizado residual Estructura Dagoberto Ramos, a quienes se responsabiliza por la seguridad e integridad de nuestro militar”.
“Esta acción criminal es una flagrante violación a los derechos humanos e infracción al derecho internacional humanitario, por lo que el Ejército Nacional de forma categórica rechaza estos hechos e instaurará las denuncias antes las autoridades judiciales competentes a fin de que se identifique a los responsables y se lleve a cabo su judicialización”, detalló la institución.
El Cauca, a punto de explotar
La situación del Cauca superó, desde hace varios meses, los pronósticos económicos y sociales más desalentadores. Este departamento del sur de Colombia divaga en una realidad de sangre, violencia, invasiones, extorsiones, bloqueos y una caída libre de todos los sectores productivos.
A las pérdidas millonarias por la pandemia se sumaron las del estallido social, que mantuvo ese departamento bloqueado por el norte, en conexión con Cali y el Valle, y por el sur, conexión con Nariño y Ecuador. Una vez terminados esos dos eventos, y cuando la economía daba respiros de reactivación, llegaron las disidencias con un apetito voraz para exigirles a micro, medianos y grandes empresarios parte del recaudo mensual.
Uno de los empresarios del sector ganadero, que accedió a hablar con SEMANA, relató que a mediados del año anterior fueron citados por la disidencia Dagoberto Ramos a un lugar llamado Dosquebradas, en el norte del departamento. Allí, en medio del monte, un emisario de ese grupo criminal les explicó la nueva dinámica: “Nos pasaron una lista con los precios establecidos, a algunos se les cobraba 5 millones de pesos y a otros, 15. En un tono cordial, pero amenazante, nos dejaron claro que quien no pagara tenía dos caminos, irse o morir”, cuenta el ganadero, quien por obvias razones pidió reserva de su identidad.
Pero como si eso no fuera suficiente, los empresarios del Cauca también recibieron la advertencia de otros grupos criminales como el ELN, que no optaron por hacer reuniones masivas, sino que empezaron a visitar a los finqueros para notificarles de otro impuesto irregular. “La gente accede porque todos sabemos que ellos no están jugando, que si no se paga lo establecido, pues vienen a arrasar con la vida de inocentes”, agrega el empresario. Las pocas ganancias se van entre las disidencias, ELN y delincuencia común, denuncian.