Los ciudadanos que pagan su pasaje se quedan impávidos ante el ‘colado’ o persona que se sube por encima del torniquete, sin aportar lo que vale el trayecto que va a recorrer el infractor.

Muchas veces, los miembros de la Policía que hacen presencia en las estaciones de TransMilenio o los funcionarios de la operadora de transporte o no se dan cuenta, o se hacen los de la vista gorda, ante la imposibilidad de hacer algo para frenar la evasión en el pago del servicio, lo que genera una ola de afectaciones.

El que paga el pasaje se siente incómodo, ‘medio tumbado’, pues no hay derecho a que unos sí paguen y otros no; las finanzas públicas van afectándose, pues no se recauda lo suficiente para financiar la operación del transporte público. Al final de la cadena, los ciudadanos que aportan impuestos son los que terminan con la carga, pues la plata tiene que salir de algún lado.

Para abordar el espinoso tema, la concejala Lucía Bastidas, de la mano de ProBogotá, realizará este martes un gran foro denominado ‘Hablemos de la evasión, aproximación al fenómeno y a la problemática para TransMilenio’.

Las personas del Sisbén tienen beneficio con el pasaje, pero inescrupulosos lo utilizan para hacer negocio, ayudando así al desangre en el recaudo para poder financiar la operación de TransMilenio. | Foto: Juan Carlos Sierra

El evento tendrá lugar en el Club El Nogal de la capital del país y parte de una línea de base numérica muy preocupante: en 2019, la evasión en TransMilenio fue estimada en 15,36 %, lo que implica que de 100 usuarios que utilizan el sistema, aproximadamente 15 evaden el pago del pasaje. Entre suma y suma el hueco es enorme y los diagnósticos están, pero no las soluciones.

Así, existen estudios, como el realizado en la Universidad Nacional, según el cual el 10,45 % del total de la evasión del sistema se da por medio de los torniquetes, es decir, prácticamente a los ojos de todos. Existe otro 4,91 % que se produce a través de otras entradas: desde el que se le tira a los carros por la avenida para subirse por una de las puertas de embarque y desembarque, hasta el que se pasa pegado al cuerpo del otro o detiene el giro del torniquete para aprovecharse del que pagó adelante.

Otros de los hallazgos que hay en los estudios es que los días de mayor evasión son los domingos y festivos, cuando hay una proporción enorme, de 25,21 % de colados. Le siguen en el deshonroso escalafón, los días sábados, con una evasión de 16,42 %.

Entre tanto, en los días hábiles, con todo y el mundo de gente que permanece abordando el TransMilenio durante todo el día, también se presentan colados y no una suma menor. En esas jornadas hay 14,22 %, según el mismo estudio.

De hecho, según la concejala Bastidas, también otra investigación realizada por la Universidad de los Andes halló datos similares, lo que indica que la problemática es mayúscula. “La evasión de la tarifa es de 15,4 % diarios de lunes a sábado, los domingos la cifra aumenta al 25,2 % lo que representa dos millones de colados por semana”, son algunas de las cuentas del segundo estudio sobre el tema.

Otras formas de evasión

Sin olvidar que el sistema de transporte público en Bogotá fue objeto de daños durante las protestas, lo que también demanda muchos recursos para las reparaciones, hay que decir que hay muchas fuentes de desangre.

En el sistema TransMilenio también se presentan otras formas irregulares que ayudan al desangre del sistema. Por ejemplo, durante este año, la Policía Nacional capturó a personas que tenían montado un negocio, aprovechando que hay un beneficio en el pasaje para las personas del Sisbén. Lo venden a menor precio al usuario, lo que a la larga constituye menos plata para el recaudo y ningún efecto sobre la población pobre y vulnerable.

Así las cosas, el debate de la integrante del Cabildo es más que oportuno. Ojalá concluya con propuestas concretas para una solución eficiente.