El jueves, un texto de Gabriel García Márquez volvió a retumbar en Colombia. “Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma”. Se trataba de las líneas de uno de los manifiestos más profundos del nobel, vigente 25 años después, en un país que busca trazar por medio de las conclusiones de la Misión de Sabios una nueva hoja de ruta. Casi un cuarto de siglo después, un grupo de 46 intelectuales presentó el resultado de un ejercicio semejante. Un documento de casi 300 páginas contiene su trabajo, que el presidente Duque describió como un “sueño” que se “cristalizó” en una “creación colectiva de 300 días, pensada no en el próximo día, sino en la próxima generación”. Este grupo comenzó su tarea en febrero de este año, buscó trazar un camino en materia de ciencia, tecnología e innovación y se concentró en ocho focos sobre diversos temas. Estas son sus principales recomendaciones: Crear misiones emblemáticas. Los sabios proponen que el país asuma investigaciones enfocadas que permitan que “la gran ciencia enfrente grandes problemas”. Moisés Wasserman, uno de ellos, asegura que esta estrategia “consiste en definir retos cruciales para la nación y acciones ambiciosas para solucionarlos”. Y presenta un ejemplo: “Aquella decisión del presidente Kennedy de llegar a la luna antes de terminar la década de los sesenta. Parecía imposible”. El informe menciona algunos otros casos como el desafío de la humanidad de descifrar el genoma humano o los avances en física, en inteligencia artificial o en las matemáticas de la robótica. Para los sabios, las misiones en Colombia deben apuntarles a tres ejes: productividad, biodiversidad y equidad. Un documento de casi 300 páginas contiene su trabajo, que el presidente Duque describió como un “sueño” que se “cristalizó” en una “creación colectiva de 300 días, pensada no en el próximo día, sino en la próxima generación”. De cero a cinco años, prioridad total. “Allí empieza todo. En ese corto espacio de tiempo se establecen más del 90 por ciento de las conexiones neuronales del cerebro humano, se aprenden la empatía y la convivencia, la ética, la aceptación de la diversidad, la creatividad y se desarrolla la capacidad de ser felices”, señala el documento. No solo es sumar, restar y leer: uno de los principales llamados apunta a que la educación también tenga como prioridad formar buenos ciudadanos. “Dado el alarmante aumento en problemas de salud mental en niños, niñas y jóvenes, así como el impacto que han tenido múltiples formas de violencia sobre la población, el país enfrenta profundos retos para el bienestar individual y la cohesión social”, advierten. Proponen entrenar a los maestros en habilidades socioemocionales, competencias ciudadanas y educación en memoria histórica. El informe también señala que la escuela debe reconocer que “siempre habrá niños con necesidades especiales, con dislexia, discalculia, dispraxia” y que hay que adaptar la clase también para ellos.
Completar el bachillerato aún es una tarea. Según el documento, la educación no es solo un problema de acceso. Para los sabios “se trata de conectar de manera directa las formaciones que reciben los adolescentes con las potencialidades económicas, artísticas, culturales y sociales de los municipios”. Proponen programas de doble titulación que combinen la formación para la educación universitaria con una educación técnica, y volver obligatoria la artística. Por su parte, el neurolingüista Rodolfo Llinás lanzó la idea de crear una cátedra de cosmología, “donde los estudiantes entiendan la estructuración del conocimiento humano… El punto más importante es que no solamente se hable, sino que se haga”. 25 por ciento de las regalías para la ciencia Según los sabios, el vínculo entre investigación y desarrollo con el crecimiento económico es de largo plazo y exige paciencia para consolidarlo. “Bajo ciertos supuestos plausibles, un incremento del 20 por ciento de la inversión en investigación aumentaría el PIB en 1,12 por ciento (hoy está en 0,25 por ciento), resultado que se observaría con un rezago de cinco años”, señalan en el documento. Aseguran también que “los esfuerzos que se requieren implicarán contratación de créditos, reorientación de presupuestos y propuestas de actos legislativos reformatorios de la Constitución, para que las regiones destinen 25 por ciento de las regalías a la educación de la primera infancia, la creación de centros regionales de innovación”. El jueves, un texto de Gabriel García Márquez volvió a retumbar en Colombia. “Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quiénes somos en una sociedad que se quiera más a sí misma”. Cambio climático, educar para cuidar el agua. De acuerdo con el informe, Colombia tiene que apostar por conocer sus recursos hídricos y prepararse para el cambio climático global. “Están proponiendo que el conocimiento sea el valor de crecimiento del país. Colombia puede dejar de depender de las industrias extractivas y apostarle a una bioeconomía”, señala Silvia Restrepo, vicerrectora de Investigaciones de la Universidad de los Andes y coordinadora del eje de medioambiente de la misión. “Podremos tener industrias verdes, aprovechar las energías renovables y recoger los frutos de estar todos conectados”, dice el documento sobre esta meta.
Cuidar la salud, promover una vida plena. Los sabios analizaron el sistema de salud desde el conocimiento científico. Proponen crear “un modelo de bienestar” para disminuir la desigualdad e iniquidad. Piden priorizar tres temas: 1) la salud mental, tanto en la población general como en los profesionales de la salud. 2) Los programas y campañas de prevención y promoción integral de la salud. Y 3) el acceso a los medicamentos. Este grupo de expertos presentó la Gran Encuesta en Salud, que, según el médico Juan Manuel Anaya, uno de los sabios, arrojó resultados preocupantes como que uno de cada cuatro trabajadores de la salud es infeliz. Frente a la formación de los nuevos profesionales del sector, se propuso: 1) implementar la enseñanza de la investigación en pregrado, 2) exigir la prueba Saber Pro para obtener el grado profesional y 3) efectuar un examen de recertificación cada cinco años. No solo es sumar, restar y leer: uno de los principales llamados apunta a que la educación también tenga como prioridad formar buenos ciudadanos. Proteger el rol de los maestros. Una de las propuestas centrales consiste en reestructurar el sistema de formación de los profesores. Para eso, hay múltiples ideas. Desde crear un programa de becas para estudiantes con alta calificación en Saber 11 que deseen formarse para educar hasta crear nuevos pregrados con un programa agresivo de becas en ciencias básicas que acerquen la investigación y la enseñanza, y “atraigan a estudiantes destacados que hoy no escogen la docencia como profesión”. Los responsables de formar a los niños del país recibieron los mensajes más especiales del documento. “Hay que redimensionar el rol del maestro para convertirlo en un ejemplo vivo de lo que significa ser un aprendiz en el siglo XXI”, dice. Viveros creativos y de emprendimiento La Misión propone la iniciativa emblemática de “viveros creativos”, un modelo de relacionamiento del Estado, instituciones educativas, empresas y el sector productivo para crear laboratorios de creación, incubadoras de emprendimientos y centros con programación abierta al público. Plantean que para 2030 deben funcionar al menos dos viveros creativos en cada departamento del país. Estos deben generar valor económico a partir de contenidos originales basados en la cultura local de cada región. “Uno de cada cuatro trabajadores del sector salud es infeliz”