La seccional Meta, de la Fiscalía General de la Nación, logró una condena de 50 años de cárcel para un hombre que asesinó a su sobrina de 13 años mientras se encontraba en el beneficio de casa por cárcel.
De acuerdo con el organismo de control, el implicado, un hombre de 32 años, recibió este beneficio luego de haber pagado gran parte de su condena en prisión y fue enviado a la casa de sus familiares, ubicada en el barrio La Vainilla, de Villavicencio.
Sin embargo, desde que llegó a la residencia, se mostró agresivo e inició actos violentos y maltrato verbal contra su padre, la esposa de su papá, su hermano y sus sobrinas menores de edad.
Esto llevó a que, en enero del 2022, el hombre atacara con un arma cortopunzante a una de las niñas, causándole múltiples heridas mortales. Si bien la menor se encargó de llamar a emergencias y fue trasladada a un centro asistencial, murió por la gravedad de las heridas.
El implicado fue detenido por las autoridades mientras trataba de cambiarse la ropa y esconder el arma homicida y fue llevado nuevamente a la cárcel.
Durante el desarrollo del proceso judicial, el ahora confeso asesino aceptó los cargos de feminicidio agravado y violencia intrafamiliar que fueron imputados por la Fiscalía.
El fallo fue apelado por la defensa del procesado al estar en desacuerdo con el monto de la pena, sin embargo, se hizo firme la condena por feminicidio y asesino y tendrá que pagar 50 años en la cárcel.
En su momento, los hechos fueron rechazados por la Alcaldía de Villavicencio, que pidió la mayor celeridad posible para que se resolviera. “Pedimos el mayor esfuerzo investigativo, porque si bien hay una captura, tenemos que determinar si aquí hay un caso de feminicidio y todo el peso de la ley le tiene que caer a este criminal, no es posible que una niña que está en el entorno de su casa ―que se presume es seguro― sea atacada”, dijo la Alcaldía en un comunicado.
Igualmente, la Secretaría de la Mujer también hizo un llamado a que se investigue todo caso de feminicidio.
El feminicidio que conmociona a Barranquilla: el hombre la mató, la ‘enmaletó', la desapareció y luego confesó
“Dirán que soy de sangre fría, la verdad no”, dijo Jairo Armando Cordero, mientras le confesó a la Fiscalía que fue el responsable de asesinar a su esposa, meter el cuerpo en una maleta, llevarlo a una zona desolada a las afueras de Barranquilla, quemarlo y luego presentarse ante las autoridades para denunciar su desaparición.
Esta historia comienza cuando Cordero se conoció por internet con Edixmar Enríquez, de 23 años y de nacionalidad venezolana. Llevaban cinco años juntos, se convirtieron en padres y el pasado 14 de mayo la tragedia los destruyó. Él la mató.
“Fue a la cocina, sacó un cuchillo, me dice, te largas tú o me largo yo… Intenté quitárselo, cambio la posición del cuchillo, la apreté durísimo contra la pared”, dijo el confeso asesino, mientras usaba sus manos para recrear el momento en que Edixmar cayó y no se levantó. “La llevé al cuarto, intenté reanimarla, no respiraba, no sé si la ahorqué mucho, no sé si fue el golpe, me llené de pánico”.
Durante el interrogatorio, Cordero hizo pausas y trataba de recordar la tragedia que protagonizó. Ubicó su relato al día siguiente del crimen, cuando llevó al niño donde su mamá, compró por 50.000 pesos una maleta en el centro de Barranquilla y 2.000 pesos de gasolina. “Era un bolso negro que tenía varios cierres; fue la estupidez más grande de mi vida, ahora me doy cuenta”.
“En un soliloquio le preguntaba a ella por qué tuvimos que llegar a este extremo, por qué llegar a este punto donde no sé si yo le arruiné la vida a ella, o nos la arruinamos los dos. Luego me fui al cuarto con el niño (silencio) y la única estupidez que se me ocurrió fue ir a buscar una maleta”, dijo el feminicida.
Jairo Armando Cordero llegó a la URI de Barranquilla para denunciar la desaparición de Edixmar. Les dijo a los investigadores que la mujer salió a trabajar el sábado y no regresó. En su confesión contó cómo su familia le hizo jurar que todo estaba bien, y él juró, aun cuando el cuerpo de su esposa se descomponía en la habitación de su hijo.
“Dirán que soy de sangre fría, la verdad no, pero es complicado ver a tu familia y decir yo maté a la mamá de mi hijo, voluntaria o involuntariamente lo hice (suspiró). Bueno, llego allá, doy una vuelta, mi mamá me decía que sabía que había pasado algo”, señaló en su declaración.