El escándalo que sacudió a la sociedad paisa, porque involucraba al más alto funcionario a cargo de la seguridad en Medellín con la Oficina de Envigado, tuvo un inesperado final. El juez 4 penal especializado del circuito de Medellin condenó a 2 años y siete meses de prisión a Gustavo Villegas, exsecretario de seguridad de la capital antioqueña, luego de que este accediera a firmar un preacuerdo con la Fiscalía. Villegas aceptó haber incurrido en los delitos de abuso de función pública y abuso de autoridad, al haber sostenido reuniones sin autorización con integrantes de la Oficina de Envigado y al haber hecho contacto directo con uno de sus integrantes para evitar una extorsión. Frente a este último caso, el exfuncionario admite haber incurrido en omisión de denuncia.Llama la atención que estos dos cargos no son los que inicialmente le imputó la Fiscalía y que lo llevaron a quedar detenido de inmediato. El ente investigador lo presentó ante un juez en principio para que respondiera por concierto para delinquir, al tener evidencia en documentos, interceptaciones y fotografías en donde constaba la supuesta relación del exsecretario con la Oficina de Envigado. Esta sindicación, sin embargo, no aparece en la sentencia.
Lo que sí constará en el documento, que será leído el próximo 6 de marzo, es que Villegas se reunió en la Secretaría de Seguridad —uno de los edificios más vigilados de la ciudad— con los desmovilizados Julio Perdomo y Edwin Tapias, Mara Toro y dos integrantes de la corporación Sinergia. Sobre el particular existe una fotografía.Esta reunión se concretó para empezar un proceso de sensibilización con jóvenes de los barrios periféricos, desvincularlos de los combos y así, abrirle pista a un proceso de acogimiento a la justicia a La Oficina de Envigado. Para entonces Perdomo y Toro no tenían orden de captura, era agosto de 2016.Las relaciones entre los desmovilizados y el secretario empezaron en marzo de 2016 después de que la fiscal de Vida Alexandra Vélez, que había empezado un proceso de colaboración con la justicia por parte de Julián Andrey Gonzálaez, alias Barny, y Edison Rodolfo Rojas, alias Pichi, fuera removida de su cargo en circunstancias extrañas, entonces quien quedó con los contactos fue el mismo Villegas y en el escenario apareció Julio Perdomo, una especie de bisagra que articulaba el mundo legal y el ilegal, como argumentó la Fiscalía en las acusaciones al secretario.En interceptaciones telefónicas, se puede constatar cómo Villegas se comunica directamente con Perdomo para pedirle el cese de extorsiones frente al funcionamiento de una empresa de su propiedad. En ese momento, la Oficina tenía un vehículo retenido sin poder movilizarse. En este contexto, Villegas admitió el cargo de omisión de denuncia.También se le señaló de usar información privilegiada de manera indebida para favorecer supuestamente a un ala de La Oficina. Es el caso, dijo el fiscal, de una filtración del 8 de agosto de 2016, para que alias el Gordo Arepas, el Diablo y el Pecoso huyeran. Frente a este último señalamiento, al igual que otros que en su momento hizo la Fiscalía, quedan algunos interrogantes que tendrán que ser resueltos en la lectura del fallo. Por el monto de la pena, Villegas podrá ser enviado a domiciliaria en cualquier momento.