Razón tienen las organizaciones sociales y hasta la misma justicia cuando advierten de qué manera la violencia intrafamiliar se convirtió en una pandemia que lleva años matando más seres queridos que la covid-19. Los casos no solo aumentan en número, sino en la crueldad de los actos. Uno de estos casos tiñó de tristeza e indignación a los habitantes de la ciudad de Neiva y dejó como víctima a un niño de apenas cinco años de edad.

El menor fue víctima de las agresiones de su propia madre porque lloraba cada vez que ella se iba a trabajar, sin saber que ese llanto era de miedo, pues la mujer lo dejaba al cuidado del padrastro, quien, de acuerdo con la Fiscalía, infligía castigos y golpes severos en la pequeña humanidad de la víctima.

Un día cualquiera del mes de septiembre de 2018, la madre del niño cumplió con su rutina de trabajo, salió temprano y el menor lloró. Ella le pegó y lo obligó a quedarse en la casa. Horas después el padrastro la buscó para decirle que el niño seguía llorando. La mujer regresó a la casa con la intención de castigar a su hijo, pero se encontró con un ser indefenso que requería atención médica de urgencia.

Por más que trataron de auxiliarlo en un hospital, la gravedad de las heridas, que solo se pueden comparar con un acto de crueldad sacado de una película de horror, el niño falleció víctima de su propia madre y su supuesto cuidador.

“El menor fue trasladado a un centro de salud de Canaima adonde llegó sin signos vitales. Según el dictamen forense, cuerpo del menor evidenció múltiples lesiones, además de traumas, fracturas y signos de haber sido maltratado, muerte por insuficiencia respiratoria a raíz de los golpes sufridos”, explicó el ente acusador.

La investigación de la Fiscalía logró determinar que no solo ese día ocurrieron los actos de maltrato contra el niño, sino que era víctima de reiterados ataques por parte de su madre y su padrastro. Así dejaron constancia algunos vecinos que escuchaban los gritos del menor cuando era maltratado.

“Según consta en el proceso, el 8 de septiembre de 2018 la madre de la víctima salió de su vivienda en el barrio El Limonar de Neiva (Huila) con la intención de ir a trabajar. Por esa razón dejó a su hijo al cuidado de su compañero sentimental”, dijo la Fiscalía al informar que la mamá y el padrastro fueron condenados por el asesinato del niño.

La condena en contra del hombre o padrastro del niño fue ejemplar: 35 años de prisión, mientras que su mamá, que lo dejó al cuidado de su pareja sentimental, fue condenada a 10 años de cárcel. “Los dos implicados fueron condenados por tortura agravada; además del delito de homicidio agravado, en el caso del hombre”.

La Fiscalía logró demostrar ante un juez de conocimiento la responsabilidad que tendrían estas dos personas en los hechos violentos en contra del menor de edad y de la necesidad de enviar un mensaje importante a la sociedad a través de una condena ejemplar en su contra.