Recientemente tres decisiones han revivido el denominado escándalo del cartel de la toga. En primer lugar, la condena contra el exmagistrado Francisco Ricaurte, quien deberá pagar una pena de 19 años y un mes de cárcel. Posteriormente una acusación formulada por el Congreso en contra de Leonidas Bustos, y una tercera, que es la condena en contra del exmagistrado Gustavo Malo, por el escándalo más grande que ha tenido que enfrentar la justicia en el país.
Precisamente, sobre este tema, SEMANA consultó con el abogado Hernando Herrera, presidente de la Corporación Excelencia en la Justicia, quien señala que el nombre de “cartel de la toga” le ha hecho daño a la rama judicial en Colombia porque ha servido para, de alguna manera, estigmatizar a muchos funcionarios que nada tuvieron que ver con la red de corrupción y el entramado para, a cambio de coimas, conceder beneficios en varios procesos.
Herrera señaló que la justicia le cumple al país con esta sentencia, en el caso de Malo, “en la necesidad de purgar las anomalías e irregularidades de personas que llegaron a la cúpula del poder judicial”.
Y agrega que la justicia penal ha decantado rápidamente “lo originado en ese escándalo penoso y preocupante”. Herrera recuerda la proferida contra el expresidente de la Corte Suprema Francisco Ricaurte, y otras contra los socios del entramado criminal, como las que se produjeron contra el exfiscal Gustavo Moreno y su socio Gustavo Pinilla. “Son pruebas de que la justicia ha venido cumpliendo”, dice Herrera.
“Falta para cerrar este rompecabezas que se adelante el juicio al exmagistrado Leonidas Bustos, quien al parecer se encuentra agazapado en Canadá, cuando debería estar poniéndole la cara a la justicia. En este caso la Corporación Excelencia en la Justicia llama la atención para que se adelanten los trámites necesarios para que Bustos concurra a la justicia y se produzca una circular roja de Interpol que implique su captura y posterior traída a Colombia”; dijo Herrera.
SEMANA le preguntó a Herrera si hoy existe o no el cartel de la toga: “Pensamos que es mejor hablar del cartel de Malo, Ricaurte y de otros encartados judiciales, porque tenemos la certeza de que la mayoría de los jueces y magistrados que prestan su servicio en la rama lo hacen de buena fe, con gran disciplina y consagración”.
“El evento del cartel de la toga hizo preocupar porque significaba que el fenómeno de la corrupción escaló a las máximas directivas de la Rama Judicial, pero también quiere decir que el sistema judicial fue efectivo a la hora de purgar esa irregularidad y de hallar responsables a los culpables”, señaló Herrera.
También habló sobre la reforma a la justicia que, a su juicio, debe incluir una modificación de las facultades electorales de las altas cortes. “Nos parece que la reforma debe estar más cercana a la problemática ciudadana cotidiana”, afirmó.
“Por ejemplo, en la última reforma a la Ley estatutaria de la Administración de Justicia, encontramos puntos positivos como los juzgados itinerantes para que existan jueces donde más se requieran. También se debe aumentar el presupuesto de la rama, eso sí con una contraprestación. Igualmente debe aumentar la efectividad y eficiencia en la gestión y en la ejecución de esos recursos”, concluyó Herrera.