Ante un juez de conocimiento, la Fiscalía logró legalizar el acuerdo que se firmó con Jhonatan Torres Campos, el ahora confeso asesino de la psicóloga Adriana Pinzón, quien en vida fue su cuñada. La confesión, por medio de un acuerdo con el ente acusador, se convirtió en una condena de 28 años de prisión.
Los hechos que se convirtieron en la prueba de este macabro crimen fueron presentados en las audiencias de control de garantías en las que el mismo Jhonatan negó su responsabilidad, quizá porque en su mente y en la estrategia de defensa ya se contemplaba la posibilidad de un acuerdo con la Fiscalía, con mayores beneficios judiciales.
“La contundencia de las evidencias presentadas por una fiscal de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, lograron demostrar la participación intelectual y material de Torres Campos en el homicidio”, dijo la Fiscalía al confirmar la condena en contra del asesino.
El caso ocurrió el pasado 7 de junio en Zipaquirá, cuando se reportó la desaparición de la psicóloga, desde ese momento su cuñado, Jhonatan Torres, se convirtió en sospechoso. Por eso las investigaciones se concentraron en establecer cuál sería su participación y responsabilidad en el caso, que finalmente se confirmó.
“Desde el momento en el que se conoció la desaparición de la psicóloga Adriana Pinzón, el pasado 7 de junio en Zipaquirá (Cundinamarca), la Fiscalía activó el Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU); y a través de la Dirección Especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos puso en marcha un plan metodológico que permitió esclarecer el crimen”, dijo la Fiscalía.
En la investigación la Fiscalía encontró los videos y fotografías que demostraban cómo el ahora confeso asesino llegó a la casa de la víctima, ingresó con una maleta y luego salió con unas bolsas de basura. Las pruebas indican que allí llevaba el cuerpo de la víctima. Después las arrojó en una zona despoblada, donde finalmente fue encontrado por las autoridades.
“Como parte del preacuerdo celebrado, Torres Campos reconoció los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada. De igual manera, en un acto privado con las víctimas hizo una manifestación de perdón y arrepentimiento, explicó los móviles del crimen y enfatizó que actuó solo”, dijo la directora especializada contra las Violaciones a los Derechos Humanos, Deicy Jaramillo Rivera.
Además de la condena, de 28 años de cárcel, Jhonatan Torres Campos, deberá cancelar una multa de 799.998 salarios mínimos legales vigentes y una inhabilidad por 18 años para ejercer derechos y funciones públicas. A la condena le proceden los recursos de ley, que por ahora no se presentaron por ninguna de las partes.
“Inicialmente, los videos de las cámaras de seguridad del conjunto residencial donde vivía Adriana Pinzón mostraron que Torres Campos llegó al lugar e ingresó al apartamento de la víctima. Entre la tarde y noche salió en dos oportunidades con el carro de su cuñada. Primero, con un morral negro; luego, con bolsas plásticas que cargaba con dificultad y dejó en el baúl del vehículo”, dijo la Fiscalía.
La investigación por ahora cierra un capítulo, quizás el principal y que podría concluir que el crimen, no solo tuvo móviles económicos, sino que la intención, claramente probada, del asesino era llevar a un engaño a las autoridades y la familia de la víctima.