Este lunes se conocieron imágenes impresionantes de cómo la congestión desbordada que sufren algunos despachos judiciales en Bogotá estuvo a punto de causar una tragedia.Sucedió en el edificio Jaramillo Montoya, donde operan varios despachos judiciales en el centro de la capital colombiana. La estanterías donde se guarda la documentación de los juicios no aguantaron los millones y millones de folios que se acumulan año tras año y cayeron al suelo.Ante la ruptura del escaparate, el complejo judicial se vio obligado a cerrar las puertas en algunas oficinas destinadas a la atención al público, temporalmente. Mientras los juzgados civiles y de familia completan ya casi tres meses de cese de actividades, la congestión judicial sigue haciendo de las suyas.Las imágenes conocidas este lunes sobre la cantidad inusitada de archivos en miles de expedientes trajo a la memoria otras ya conocidas y no menos preocupantes de la Corte Constitucional, donde la caída de una pila gigantesca de papel con expedientes de tutela hace dos años despertó la reflexión en torno a la congestión desaforada que se vive en casi todos los despachos jurisdiccionales del país.Una escena prácticamente calcada fue la que se vivió en el Edificio Jaramillo Montoya. Según la presidenta de la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura, Martha Lucía Zamora, se trata de un cierre que no afecta el funcionamiento de los juzgados.Aseguró que la restricción de la presencia del público hasta el próximo miércoles en el lugar donde se presentó esta calamitosa situación, no implica que los juzgados dejen de funcionar hasta esa fecha.Sin embargo, pese a ese parte de tranquilidad de la magistrada, lo que sí parece endémico en el funcionamiento del poder judicial es la congestión desmedida y la falta de herramientas de la Rama para poder enfrentar situaciones de ese estilo.