En las últimas horas, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, lanzó una propuesta que ya genera reacciones en diferentes sectores políticos y sociales.

La mandataria les pidió a los jóvenes que protestan en las calles que sigan con sus pretensiones hasta que, entre otros puntos, tengan una representación en el Congreso.

“... Logren la reforma civilista de la Policía, un plan nacional de rescate social y económico de la juventud y su derecho a ser elegidos representantes de sus regiones o senadores de su país a los 18 años (...) No puede ser que a esa edad ustedes sean mayores de edad para votar, para pagar impuestos, y no para representarse directamente en el Congreso, que es donde se hacen y sobre todo se dejan de hacer las reformas de inclusión y garantías que están reclamando. No les deleguen a otros su propia voz y representación, gánensela y ejérzanla, y no se trancen por nada menos que esas tres victorias: una reforma para tener una Policía civilista, un pacto social que los incluya y su derecho a representarse directamente en el Congreso de la República. Que ese sea el legado de su generación. Que ese sea el legado de esta movilización”, dijo la mandataria.

La propuesta ha generado posiciones encontradas. Por un lado, hay quienes consideran que para ser congresista es necesaria una preparación académica y profesional en determinados campos con una experiencia de varios años, por lo que no consideran conveniente que quienes lleguen al Legislativo sean personas que apenas estén comenzando la vida adulta.

El representante Germán Navas Talero, del Polo Democrático, y uno de los más experimentados, la considera contraproducente, a pesar de que recuerda que comenzó su carrera política muy joven.

“Ese acto de representar requiere madurez. Yo he visto a congresistas recién llegados, son ignorantes porque no saben, ignorantes porque no aprenden. Creo que quien va a legislar debe tener determinadas condiciones. En efectos de la democracia, la propuesta hace daño”, dice Navas.

Así mismo, asegura que los primeros dos años generalmente llegan a aprender, y que legislar para un país requiere madurez y conocimientos. Critica la idea porque considera que podría ser un “exceso de democracia” en el que una persona sin preparación pueda llegar a reformar la Constitución.

Sin embargo, hay otras voces que, por el contrario, consideran que esto podría contribuir a solucionar la crisis que se vive en el país actualmente por el paro, en la que los jóvenes reclaman más oportunidades y mayor representación. Varios congresistas de diferentes bancadas consultados por SEMANA tienen esa idea. Por ejemplo, el representante Edward Rodríguez, del Centro Democrático, dice que los jóvenes deberían participar en el Congreso.

“Creo que Colombia está teniendo un estallido social y hay que entenderlo. Si para solucionar esta crisis se permite que los jóvenes de 18 años lleguen al Congreso, bienvenidos. Aunque creo que los problemas son mucho más estructurales”, aseguró Rodríguez.

El senador Nicolás Araújo, de la misma bancada, también está de acuerdo. “Yo fui el senador más joven de Colombia. Llegué al Senado a las 30 años. Creo que es mucho lo que se puede contribuir. Ampliemos la participación a todos los colombianos”, afirmó Araújo.

A pesar del apoyo, los congresistas del Centro Democrático siguen insistiendo en que se debe reducir el tamaño del Congreso, así como sus salarios. Rodríguez alerta que con la propuesta puedan llegar jóvenes que representen la política tradicional, o a caciques electorales, y que en últimas no se renueve el Congreso.

La senadora Milla Romero dijo que se debe dar el debate y que actualmente los jóvenes ya están participando desde las juventudes de los partidos. “Sería una gran oportunidad para que además de ser activistas políticos y grandes elaboradores de propuestas, puedan tener una real injerencia en las decisiones de sus regiones”, puntualizó Romero.

Desde otras bancadas también apoyan la idea. El representante José Daniel López, de Cambio Radical, argumenta que la edad no debe ser un factor para medir las competencias de los parlamentarios. “Conozco congresistas muy viejos y muy buenos, y otros que están casi en el límite mismo de la edad y que definitivamente no hacen una buena gestión en el Congreso y viceversa. Congresistas jóvenes brillantes, u otros que llevan muchos años y no marcan ninguna diferencia”, aseguró López.

El representante agregó que no hay razón para pensar que es una mala idea que jóvenes desde los 18 años puedan formar parte del Congreso. Considera que en estos momentos sería un mensaje poderoso para reconocer el empoderamiento político de los jóvenes que se ha visto en las redes sociales en medio del paro. “No creo que sea la medida salvadora de la crisis. Sin embargo, creo que es una medida sana y con un valor simbólico importante”, afirmó el congresista de Cambio Radical.

Una opinión similar tiene la representante Katherine Miranda, de la Alianza Verde, quien considera que “disminuir a 18 años como edad mínima para ocupar cargos de elección popular, podría generar de manera positiva mayor participación e interés de los jóvenes por la política”.

Agregó que en estos momentos es necesario darles más oportunidades a los jóvenes, entre eso, que se sientan representados. “Que puedan ser escuchados y tengan una participación activa dentro de las decisiones y debates que se dan en el país”, dijo.

La representante del Verde tuvo una opinión similar a la de la alcaldesa, en la que dijo que si esos jóvenes ya pagan impuestos y pueden elegir a sus representantes, también deberían tener la opción de participar en elecciones populares. Aclara que no ampliaría el rango a elecciones a alcaldías o a Presidencia, ya que estos cargos requieren otra experiencia o preparación adicional.

Actualmente, la Constitución señala que entre los requisitos para ser congresista, uno de ellos es la edad. Para los representantes a la Cámara es a partir de los 25 años y para los senadores desde los 30 años.

Así mismo, para hacer este ajuste a la Constitución se necesitaría una reforma que se tramite por vía del mismo Congreso. Para que progrese, antes de las próximas elecciones, se debería presentar en julio, y requeriría 8 debates, los cuales se deberían dar entre el inicio de la próxima legislatura, es decir el 20 de julio y antes del 20 de junio del 2022, cuando termina la última legislatura del cuatrienio.