Son constantes las críticas que le hacen los colombianos al Congreso por considerar que los parlamentarios trabajan poco comparado con el sueldo que devengan. Los senadores y representantes actualmente ganan 32′741.755 pesos y sesionan durante 8 meses, es decir tienen cuatro meses de vacaciones: dos a mitad de año y otros dos a finales de año.
En ese sentido han sido varias las iniciativas que han buscado reducir el salario, disminuir el número de parlamentarios, o incluso reducir las vacaciones, como lo ha propuesto el representante por el Centro Democrático Gabriel Santos.
En esencia el proyecto busca modificar el artículo 138 de la Constitución en el que se estipula que el Congreso se deberá reunir en dos periodos: uno del 20 de julio al 16 de diciembre y otro del 16 de marzo al 20 de junio. Lo que busca cambiar Santos es que el segundo comience el 16 de enero, reduciendo las vacaciones a dos meses.
“Se amplía en dos meses más el segundo periodo en cada legislatura, lo cual permitirá el trámite de más iniciativas de reforma al ordenamiento jurídico, más tiempo para la discusión detallada y cualificada de los grandes temas que interesan a los ciudadanos”, argumenta Santos en su proyecto.
El congresista es consciente de que el trabajo de los parlamentarios no solo puede medirse en la frecuencia con la que asisten a los debates o el número de leyes que tramitan. Los congresistas se enfocan en hacer gestión para sus regiones, representar los intereses de su electorado, y en tiempos de campaña acompañar a sus líderes regionales.
Santos considera que cuatro meses sigue siendo bastante tiempo para las demás labores de los congresistas. Según comenta, cuenta se estableció este periodo la idea era que durante estos meses los parlamentarios puedan adelantar los proyectos de ley que van a impulsar en las próximas legislaturas con sus equipos de trabajo, pero para el representante dos meses son suficientes.
El congresista del Centro Democrático también tiene en cuenta que en medio de la virtualidad los tiempos de debate se han ampliado y es común realizar audiencias previas a debatir los proyectos, por lo que esta ampliación serviría para que se discutan mejor las iniciativas.
“En otras palabras, el sistema político ha evolucionado, tornándose más complejo y demandante, razón por la cual se hace necesario disponer de más tiempo para realizar sesiones ordinarias y que el Congreso de la República pueda dar cumplimiento satisfactorio a todas las atribuciones constitucionales que le atañen”, dice Santos.
Otro de sus objetivos también es mejorar la legitimidad que tiene el Congreso. Las encuestas reflejan que esta es una de las instituciones con mayor desfavorabilidad y en medio de la pandemia los ciudadanos les cobran que no hayan vuelto a la presencialidad.
“Que el Congreso no entre en recesos prolongados, además, envía un poderoso mensaje político de compromiso al país ante la creciente demanda ciudadana por un parlamento más activo, fortalece de manera significativa el sistema de representación popular y, en definitiva, la democracia”, asegura Santos.
Un punto esencial también es que ampliando el tiempo de las sesiones podrían aprobarse más reformas que muchas veces se hunden porque no alcanzan a ser debatidas. “La gran mayoría de proyectos se pierden por vencimiento de términos sin siquiera llegar a debatirse por primera vez”, menciona Santos. Precisamente eso es lo que podría sucederle a este proyecto de recortar las vacaciones de los congresistas.
El Congreso siempre termina llamando a sesiones extras por solicitud del Gobierno porque generalmente requieren de más tiempo para sacar adelante reformas que tienen una última oportunidad y a todos les interesa. En los últimos años la única legislatura que no ha llamado a extras fue la de 2012-2013.
Además de estos argumentos también se menciona que esto dará mayor continuidad al debate de control político y beneficiará a la Comisión de Acusaciones de la Cámara para llevar una mayor continuidad en las investigaciones.
De ser aprobado el proyecto, esta norma entraría a regir a partir del 20 de julio de 2022. En los años en los que se presenten campañas se mantendrán las fechas actuales para garantizar el derecho a que los congresistas que busquen ser reelegidos puedan hacer este ejercicio.
En este momento el proyecto se encuentra en el segundo punto del orden del día de la comisión primera de la Cámara de Representantes. Santos ha dicho que pedirá que sea debatido pronto para alcanzar a lograr su aprobación. La reforma está apoyada en su mayoría de los demás congresistas del Centro Democrático.
En general la idea de reducir el Congreso o sus facultades han sido reformas que ha impulsado este partido. Antes de retirarse el expresidente Uribe del Senado, presentó un proyecto para esta legislatura que buscaba grabar con un impuesto del 10 por ciento el salario de los congresistas para ayudar en la pandemia al Gobierno. Así mismo, el exmandatario siempre apoyó reducir el número de parlamentarios.
Desde otros sectores también se han pedido reformas en este sentido. Gustavo Bolívar junto a Angélica Lozano y Alexander López propusieron quitar los gastos de representación mientras se siga sesionando de forma virtual, pero el proyecto tampoco se ha sido debatido aún.
Son varios los parlamentarios que coinciden en que este tipo de proyectos son dilatados para evitar que sean aprobados porque muchos no quieren su aprobación a pesar de que ante la opinión pública todos manifiestan apoyarlos.
Según informó Santos en las últimas horas la mesa directiva de la comisión primera ya designó a 8 ponentes para el proyecto. El único que no quiso acompañarlo fue Germán Navas Talero, del Polo Democrático.