A Lesly los sueños de ser una heroína se le convirtieron en realidad a los 13 años y de la manera más cruel posible: un accidente de avioneta en la selva del Caquetá que acabó con la vida de su madre, Magdalena Mutucuy, y los dejó a ella y a sus tres hermanitos perdidos 40 días en medio de unos los bosques más espesos y peligrosos de Colombia.
Pero así son los héroes –en este caso heroína–, se forjan en la adversidad. Lesly, sin saberlo, empezó a desempeñar ese papel estelar desde el primero de mayo a las diez de la mañana, cuando la aeronave se estrelló. Como pudo, sacó a sus hermanos Solemni, de 9 años; Tien Noriel, de 4, y el pequeño Cristin, que en ese momento apenas tenía 11 meses de nacido.
La primera decisión importante de Lesly fue abandonar el cadáver de su mamá, del piloto Hernando Murcia y de Herman Mendoza, el otro tripulante. Para mantener a salvo a sus hermanitos era necesario alejarlos de la muerte y caminar por senderos en búsqueda de vida.
Se alejaron lo suficiente para encontrar comida, Lesly llevaba en los hombros la responsabilidad de las decisiones importantes: avanzar, acampar, detenerse, atender al bebé y luchar contra la desesperanza del pasar de los días viendo solo selva, lluvia, sol y animales peligrosos.
El transitar de los niños quedó en evidencia con las huellas encontradas y los rastros en los improvisados cambuches. Entre las marcas que los niños dejaron a su paso por el interior de este sitio se hallaron unas tijeras y una moña con su respectivo empaque. Adicionalmente, en la zona boscosa de la vereda Palma Rosa del municipio de Solano, Caquetá, donde fue encontrada la aeronave por los integrantes de las Fuerzas Militares, hallaron vestigios de alimentos y cambuches que fueron dejados por los menores, quienes caminaron hacia la frontera con Guaviare.
Otros elementos encontrados en la zona por los comandos de las fuerzas especiales fueron un bolso abierto, cosméticos, calzado y otros elementos que al parecer fueron utilizados por Lesly y sus hermanos para sobrevivir en medio de lo oscuro y húmedo de la zona donde se habían perdido.
La pericia de la niña de 13 años le permitió localizar en medio de la selva todo lo que necesitaba para mantenerse con vida y proteger a sus hermanos. La menor logró organizar a los demás para incluso construir un cambuche que los protegía del agua, les permitía descansar y les daba algo de seguridad tanto de día como de noche.
De acuerdo con lo encontrado por los militares en la zona, este lugar fue construido con hojas y palos. Además, otras de las pistas encontradas fueron frutas con mordeduras recientes, un tetero, tijeras e incluso moñitas con las cuales la niña de 13 años y sus hermanos ataron las hojas para ayudar a sostener el cambuche.
A esto se suma que la menor, quien se convirtió en la líder del grupo, abrió las maletas y sacó de ellas algunas pertenencias que utilizaron cada día que lograron sobrevivir. Lo encontrado por los militares y los rastros dejados por los niños confirman que estuvieron caminando buscando la forma de salir de la selva.
Lesly pudo identificar no solo los elementos para construir el cambuche, sino además los productos de la selva que les servían a ella y a sus hermanos para alimentarse, consumir líquido y darle al organismo los nutrientes necesarios para seguir con vida. Luego de 39 días, el trabajo de heroísmo de Lesly se transformó en un milagro este viernes, cuando ella y sus hermanos fueron encontrados con vida en medio de la selva. Deshidratados, enfermos, pero vivos.