Jorge Colmenares lanzó su pódcast. Vivir para entenderlo es el nombre de la serie de conversaciones que el exconcejal tendrá de ahora en adelante. Para el primer episodio, Colmenares decidió elegir a su invitada más especial: su mamá, Oneida Escobar.
“Estamos haciendo este espacio para que otras personas también aprendan a sanar”, aseguró Colmenares. El joven aseguró que quería comenzar esa conversación con la muerte de su hermano. “Perder un hijo no tiene nombre. Fue el dolor más grande. Sentí como si me hubieran sacado el alma. Como si me hubieran partido el corazón en pedazos muy pequeñitos”, dijo.
En ese relato, la familia tuvo un conmovedor cruce de reflexiones y un momento de perdón. Jorge narró lo que sentía cuando intentaba acercarse a su mamá, en medio de ese duelo, pero la notaba ausente. “En esos momentos te encerraste. No te pasaba por la cabeza querer vivir. Estabas desconectada”, le dijo él.
“Cuando yo te veía, sentía tristeza. Sentía ese deseo de que fuera Luis Andrés el que estuviera a mi lado... Yo en esos momentos quedé como tan seca que no podía dar amor”, confesó.
Jorge aseguró que por mucho tiempo evitó expulsar el dolor de la muerte de su hermano y ser fuerte por su mamá. Ella aseguró que pudo salir adelante por el deseo de limpiar la muerte de su hermano. “Ese fue el motivo de salir de esa tristeza, ver esa vida tan bonita que él había tenido”, aseguró. Y contó que le dolía que muchas personas dijeran que le había pasado eso por “borracho” y decidió entonces hablar públicamente por él.
“Ahora me di cuenta de que uno tenía que vivir el duelo en familia. Que si íbamos a llorar debíamos ser los tres, abrazarnos los tres. Uno comete el error de aferrarse a la persona que ya no tiene y se olvida de lo que tiene uno al lado. Eso me pasó a mí. Y eso les digo a todas las mamás, que no cometan mis errores”, aseguró.
Oneida agregó que comenzó a vivir la vida en automático y que todos los días lo único que deseaba era irse a la Fiscalía a ver cómo se movía el proceso. “Tenía días en que llegaba a las 10, 11 de la noche, cuando ya estabas dormido”, le dijo a su hijo.
“Yo quedé tan seca que yo me veía a mí misma como un maracuyá bien arrugadito”, concluyó.
Jorge decidió compartir su experiencia con los colombianos para que otros también puedan superar sus propios dolores. “Mamá, viviste dos duelos muy complejos; no te juzgo, sólo te digo: eres mi más grande orgullo, te amo, no tengo nada que perdonarte. La vida nos cambió hace 14 años y acá estamos sosteniéndonos”, dijo.
Además, narró que sólo fue después de la muerte de su hermano que se comenzó a enterar de los problemas que se vivían en la familia.
“Yo digo que yo ya sané, pero entre más uno vive, uno va sanando más. Pero me siento tranquila. Con el corazón sano”, dijo Oneida.
Sobre el perdón, la mujer dijo que “no puede olvidar lo que pasó con Luigi y a quienes le hicieron daño. Perdonar es recordar, pero sin odios ni resentimientos. A esas personas no les deseo nada mal”.