El comerciante de 63 años de edad, que llevaba detenido 13 años por supuesta colaboración con las Farc, cumpliendo una condena de 20 años por delitos de extorsión y enriquecimiento ilícito, quedó en libertad por orden de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Javier Camilo Cadavid, uno de los hijos del comerciante, y quien creció con su papá tras las rejas, indicó que la alegría que siente es tan inmensa que no sabe cómo describir el fin de tanta frustración. Javier Cadavid ha insistido en su inocencia y ahora con la decisión de la JEP de ordenar la libertad condicionada del comerciante, nace una oportunidad de que lo pueda hacer desde la calle y durmiendo en la misma casa con su familia.
Cuando Javier Cadavid cruzó la puerta de la cárcel de Itagüí, Antioquia, sus hijos, de los que se despidió siendo unos adolescentes, ya son adultos, pero sin importar la edad corrieron hacia él como cuando eran niños para fundirse en un abrazo.
“Es una alegría que no tiene palabras, no tiene nombres, es una libertad condicional, sabemos que viene un proceso larguísimo para poder seguir investigando, pero gracias a Dios ya lo tenemos en la casa para brindarle todo el soporte emocional y médico que requiere”, dijo uno de los hijos del condenado por la justicia ordinaria.
Mientras tanto, su padre ve lo sucedido como un sueño por el que tanto rogó: “Primero que todo, muy agradecido con Dios que todo lo puede. Porque Dios siempre hace posible lo que para los hombres es imposible”, fueron sus primeras palabras al conocer la notificación de la JEP. " Toda mi familia ha luchado en demostrarle a mi familia que soy inocente. Soy uno de los ‘falsos positivos’ de la justicia y espero en la JEP demostrar mi total inocencia”, enfatizó.
La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó el jueves 6 de enero la medida de libertad condicional para Javier Cadavid, un hombre de 63 años condenado a 20 años por extorsión y enriquecimiento ilícito por presuntos nexos y colaboración con los frentes 9 y 47 de las Farc, que operaban en el corregimiento de Puerto Venus, en Nariño (Antioquia). Sin embargo, tras 12 años de estar en prisión por unos cargos que no cometió, se hizo justicia.
Según la Ley 1820 de 2016, la cual tiene como objeto la aplicación temporal para la amnistía y tratamientos penales especiales, “la ley aplicará de forma diferenciada e inescindible a todos quienes, habiendo participado de manera directa o indirecta en el conflicto armado, hayan sido condenados, procesados o señalados de cometer conductas punibles por causa, con ocasión o en relación directa o indirecta con el conflicto armado cometidas con anterioridad a la entrada en vigor del acuerdo final”.
De acuerdo a lo anterior, a Cadavid se le sentenció por ser parte de las Farc y extorsionar a comerciantes, recibir estos dineros y distribuirlos en la guerrilla mencionada y recibirá su libertad condicional como beneficio de la amnistía que está en la JEP. No obstante, el detenido siempre afirmó que jamás hizo este tipo de actividades ilícitas.
SEMANA verificó una de las cartas presentada por la Policía en 2008 en la que se afirma que Cadavid efectivamente era quien hacía las veces de banco con la cuenta de su establecimiento comercial porque allí, para la época, no había entidades financieras. Precisamente esa cuenta la usaban las Farc para cometer sus fechorías. Alias Rojas, uno de los comandantes del frente 47, pedía que el dinero de las extorsiones se depositara en ese banco. En aquella entidad financiera, una víctima de este delito depositó 18 millones de pesos y, aunque Cadavid nunca fue denunciado por las víctimas, un fiscal argumentó que él era colaborador de la guerrilla, pidió su captura y, tiempo después, un juez lo condenó a 20 años.