El mundo sigue pendiente de Colombia. En toda una cumbre de la comunidad internacional se convirtió la visita de la plana mayor del Consejo de Seguridad de la ONU este miércoles, con el fin de supervisar la implementación del acuerdo de paz con las FARC tras la firma el pasado 24 de noviembre. Después de 72 años, miembros del organismo internacional se desplazan a América Latina para ratificar que la paz de Colombia es un asunto que interesa a todos los continentes y un proyecto que se sacará adelante con el apoyo internacional como se ha venido haciendo."Vinimos a expresar el apoyo que las Naciones Unidas estamos brindando a la pacificación de los colombianos. Un proceso donde el país tiene el control de la situación y nosotros solo estamos acompañando", manifestó Elbio Roselli, embajador de Uruguay, tras su llegada a Bogotá. Trece de los quince países que integran el consejo enviaron a Colombia a sus embajadores titulares ante las Naciones Unidas, con las excepciones de EE. UU. -por problemas de agenda de la representante, Nikki Haley- y Rusia, cuyo representante principal falleció este año y aún no ha sido sustituido. "Es importante que sea a Colombia, que sea una voz de aliento a lo que es el proceso consensuado de búsqueda de la paz en el país (...) Tal vez aquí lo vemos de una forma porque vivimos inmersos en ese conflicto, pero ellos tienen la responsabilidad de 38 misiones de paz en otros lugares del mundo donde la situación es muy compleja y por supuesto quieren aprender algunas lecciones que aquí hayamos podido implementar", señaló María Emma Mejía. La comunidad internacional tiene funciones específicas en la implementación, por eso la visita es de total importancia. El Consejo de Seguridad tiene bajo su responsabilidad la tarea crucial de vigilar el cumplimiento del cese bilateral del fuego y de hostilidades y la dejación de armas por parte de las FARC. Muestra de ello, son los informes periódicos que presenta su jefe de la Misión política en el país, Jean Arnault.Este miércoles en la noche llegaron a Bogotá los miembros del consejo. Y en la mañana del este jueves se reunieron con el presidente Juan Manuel Santos los representantes de los quince países miembros permanentes y no permanentes del organismo.Tras el encuentro, que duró dos horas, el Consejo de Seguridad manifestó su “unánime, sólido, sostenido respaldo al proceso de pacificación de los colombianos”. Por su parte, el embajador de Uruguay, Elbio Roselli, elogió la “obstinada vocación por la paz” de las partes para poner fin al conflicto en Colombia.“Deseo al mismo tiempo, señor Presidente, poder, como uruguayo y latinoamericano que soy, decir que con el proceso de  pacificación de Colombia, el continente americano, de la punta norte a la punta sur, es la única zona del mundo en la cual no existe un conflicto activo”, expresó Roselli.Horas después, habrá un encuentro en la sede la Misión de la ONU en Bogotá con voceros de la sociedad civil, representantes del Sistema de Naciones Unidas, miembros del Mecanismo de Monitoreo y Verificación (MMV), líderes y organizaciones de mujeres. 

Se espera que como parte de la visita los trece miembros del Consejo de Seguridad viajen a una zona veredal transitoria de normalización. Aunque no se ha confirmado cuál será el punto de concentración que supervisarán, se cree que se desplazarán a Meta. Desde Nueva York, Rosselli había manifestado que les pareció "que era necesario acompañar a los colombianos en esta (...) feroz apuesta por la paz". A su juicio, Colombia "es la buena noticia del Consejo de Seguridad" y un asunto en el que, a diferencia de otras cuestiones, "no ha habido la menor discrepancia" entre los quince Estados miembros.En la medida en que los diálogos avanzaron, el componente internacional fue aumentando y cogió protagonismo cuándo se definió el rumbo de la implementación. La Unión Europea y Estados Unidos designaron enviados especiales. Más que la expresión de apoyo político a los diálogos, este último país –en cabeza de su embajador Kevin Whitaker y del enviado Bernard Aronson– asumió tareas más concretas. En algunos casos su papel fue importante a la hora de desempantanar ítems que tenían enlodados a los negociadores, por eso ahora que comienzan a aparecerle lunares al aterrizaje de los acuerdos su compromiso puede inyectarle una buena dosis de confianza. Los retrasos de las zonas veredales y el cuello de botella en el que se está convirtiendo la dejación de armas desde que se anunció que son más de 900 las que se tienen que destruir, requieren la visión de un externo. Aunque algunos no consideran catastróficas estas dificultades, sí tienen claridad en que Colombia necesita apoyo por algún tiempo, y especialmente para que el proceso de paz se haga irreversible. Por eso casi todos apoyan la idea de que una segunda misión de la ONU vigile el cumplimiento de los acuerdos lo más pronto posible. Por su parte, el embajador británico Matthew Rycroft dijo este miércoles que los miembros del consejo quieren escuchar al pueblo y a las dos partes involucradas. “Queremos ir con un mensaje de aliento para la implementación del acuerdo de paz a pesar de los desafíos y para mantener esa línea hasta que todos los vestigios de este conflicto hayan quedado en el pasado”.La misión que actualmente encabeza Jean Arnault, como delegado del secretario general de la ONU, termina con el desarme de las FARC, es decir, en junio. La segunda está contemplada en el acuerdo, pero aún no está claro su alcance. Como es lógico, el gobierno no es muy amigo de una permanencia amplia y prolongada de la ONU, pues lo considera innecesario y lesivo de alguna manera para la soberanía. "La visita será exitosa en la medida que se aborden temas que vienen generando preocupación como el de las armas, las caletas y líderes", manifestó el analista Alfonso Cuellar. "Con esto se le da un empujón a la implementación", agregó. *Con información de EFE