Preocupados, así se encuentran los constructores en Bogotá, porque después de cinco meses de emitido el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) por decreto, tras la decisión de la alcaldesa Claudia López, aún continúa la incertidumbre jurídica para la construcción de viviendas en la ciudad.
De acuerdo con Alejandro Callejas, gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca, la falta de certidumbre jurídica en la edificación de viviendas nuevas, lo único que hace es impulsar la informalidad en la ciudad.
“La informalidad es uno de los flagelos que están golpeando fuertemente el desarrollo de Bogotá. En materia de vivienda y teniendo en cuenta las unidades que se construyen anualmente, el 44 % de la población que es objeto del segmento social se ve en la necesidad de solucionar el techo para su hogar en la informalidad”, aseguró Callejas.
Según lo explicó el dirigente gremial, “preocupa aún más el escenario que se está dando en Bogotá, donde todo el incentivo lo recibe la informalidad. El nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) impone unas cargas excesivas a la actividad formal, dificultando la oferta de vivienda. Por otra parte, debido a la falta de reglamentación de este POT, hoy la ciudad no cuenta con una norma clara con la cual trabajar y planear nuevos proyectos urbanos”.
Callejas dejó claro que a la fecha aún falta por lograr más de 70 reglamentaciones que inciden en el licenciamiento, y los curadores urbanos no han podido emitir una licencia bajo la norma de ordenamiento vigente que le dé continuidad al dinamismo del sector y al desarrollo formal de la ciudad.
En consecuencia, “este panorama hace que los hogares que demandan vivienda sean expulsados a buscar soluciones en los municipios vecinos y, peor aún, en la informalidad”, dijo Callejas.
Cuando la Administración Distrital decretó el nuevo POT, anunció un cronograma para trabajar en la reglamentación de la norma y se comprometió a hacer los ajustes y las mejoras necesarias en los temas que no tenían total claridad técnica. “Dos promesas que hasta hoy no se han materializado, pues no se han cumplido los tiempos y no se ha avanzado en la reglamentación ni en los ajustes de una norma vigente desde hace ya cinco meses”, recalcó el gerente de Camacol.
En ese sentido, desde el gremio de los constructores pidieron a la alcaldesa Claudia López y al Concejo de Bogotá, poder hacer una modificación al POT que les permita expedir licencias de construcción mientras este se reglamenta en su totalidad.
“Nuestro llamado respetuoso es para que se avance lo más pronto posible en la reglamentación pendiente y así poder entender las verdaderas dimensiones y apuestas de este POT. Además, seguimos insistiendo en la necesidad de contar con un régimen de transición, y para eso queremos pedir a la propia alcaldesa que, de ser necesario, solicite al Concejo de Bogotá una modificación excepcional a la norma que permita establecer ese periodo de adaptación en el que se puedan tramitar licencias, de manera que el futuro desarrollo de la ciudad no se detenga y el sector formal pueda cumplir con el compromiso de generar empleo, dinamismo económico y bienestar para los hogares bogotanos”, puntualizó el gerente de Camacol.
Balance del primer trimestre
Para el primer trimestre de 2022, la renovación de la oferta de vivienda en la capital colombiana (lanzamientos) alcanzó las 13.100 unidades, cifra que arroja una variación de -6,6 % frente al registro del mismo periodo de 2021.
A pesar de la variación negativa en el indicador de lanzamientos, Camacol Bogotá y Cundinamarca destacó el comportamiento de la construcción de vivienda social, la cual aportó el 77,9 % de los lanzamientos totales con una cifra total de 10.211 unidades.
De igual manera, el segmento alto (precio superior a 435 SMMLV) registró un crecimiento del 91,3 % durante el primer trimestre del año y, en el caso de Bogotá, las localidades donde más se renovó la oferta de vivienda fueron: Bosa, Fontibón y Suba, con 5.869 unidades en conjunto.
No obstante, las cifras de ventas de viviendas nuevas también se resintieron en la capital del país. Durante el primer trimestre, en la capital se vendieron 12.315 unidades, alcanzando una variación de -10,9 % frente a los resultados del mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con los registros, del total vendido, 8.816 unidades corresponden al segmento VIS (-3,7 %) y 3.499 al segmento No VIS (-25,1%). Según el análisis de Camacol B&C, este ritmo de ventas estuvo asociado a una inversión de los hogares cercana a los 2,8 billones de pesos.