Entre la plaza de Bolívar y la localidad de Chapinero en Bogotá hay apenas siete kilómetros. Aunque no es mucha la distancia, y en solo 20 minutos se llega de un lugar a otro, sí eran bastantes las diferencias este domingo 26 de agosto, cuando se votó la consulta anticorrupción en todo el país.En la plaza, por tradición republicana, se instala el puesto de votación número 1. Las mesas se ubican en frente del Palacio de Liévano, la sede de gobierno de la alcaldía, salvo una, la mesa 45, la única que se instala dentro del Capitolio, en el patio Tomás Cipriano de Mosquera. Allí votan los presidentes de turno, sus familias. También los expresidentes y algunos congresistas o altos funcionarios del Estado tienen inscritas allí sus respectivas cédulas.Eran las ocho de la mañana cuando se esperaba la presencia del presidente Iván Duque. A esa hora el cielo de Bogotá era gris y el viento parecía más propio del 7 de agosto pasado, día en que bajo un paraguas que se llevó la ventisca, el joven mandatario tomó posesión de su cargo.Puede leer: Consulta anticorrupción: el primer desencuentro Duque-UribeSuele ser costumbre que los presidentes madrugan y se convierten en los primeros en depositar su voto, un acto simbólico para dar inicio a una jornada electoral. Pero como la de este domingo era una jornada atípica, Duque apareció con dos horas y 20 minutos de retraso. No era por el clima. Una reunión para atender el caso de una denuncia de secuestro, le ocupó la atención en las primeras horas de la mañana.Mientras llegaba el presidente, nadie se asomaba por ese puesto de votación. El primero que apareció fue un senador, Armando Benedetti, quien no tardó mucho tiempo en contestar las siete preguntas de la consulta, que incluía una sobre la reducción del salario de los congresistas. Dobló el tarjetón, lo depositó en la urna y posó para los fotógrafos. Minutos después fue Yolima Carrillo, presidenta del Consejo Nacional Electoral, la que se acercó a votar la consulta. Al mediodía, uno de los jurados de la llamada ‘mesa de presidentes‘, reveló que de las 105 cédulas inscritas y habilitadas para votar en ese puesto, solo siete habían participado. Uno de ellos fue el expresidente César Gaviria, quien votó cuando el sol ya iluminaba las calles del centro, y aunque hacía frío, el cielo ya era más azul y blanco.“En la lucha contra la corrupción tenemos que estar unidos todos los colombianos. Esta no es una causa de color político, no es una causa ideológica. Es el compromiso de todo un país”, dijo el presidente Duque cuando se acercó a votar en compañía de su esposa, la primera dama María Juliana Ruiz, la ministra del Interior Nancy Patricia Gutiérrez, y el secretario privado de Casa de Nariño Jorge Mario Eastman. Fue el momento de mayor actividad de los jurados, o por lo menos el que los sacó del aburrimiento, sentados a la espera de la llegada de los votantes.A las 10:20 de la mañana, cuando Duque depositó su voto, en el puesto de votación más grande de Chapinero, el de la Universidad Konrad Lorenz, el ambiente era de fiesta. Allí tienen inscritas las cédulas, desde hace más de 28 años, Claudia López y Angélica Lozano, las promotoras de la consulta. Llegaron por el Carulla de la calle 63, vestían camiseta amarilla de la Selección Colombia de fútbol, y a su alrededor se remolinaban personas de todas las edades que querían tomarse fotos con ellas, o simplemente tocarlas y darles la mano. También había remolinos de personas en las carteleras para ubicar su respectivo puesto de votación. Era el lugar más concurrido de la jornada electoral.Le recomendamos: De la séptima papeleta al 7 veces sí; Claudia López, 28 años despuésClaudia y Angélica tardaron en entrar al claustro donde ha funcionado el puesto más tradicional de Chapinero, el mismo donde votó toda su vida el presidente Carlos Lleras Restrepo. Lo hicieron solo cuando llegó el senador Antanas Mockus, y con tarjetones pedagógicos a la mano fueron ovacionados tan pronto atravesaron las puertas de esa universidad. Los aplausos eran de votantes, pero muchos jurados se pusieron de pie y se sumaron al homenaje.Primero fue Claudia López la que marcó su tarjetón, en la mesa 22. Sí en las 7 preguntas. “Marque la X dentro de la casilla”, le ordenó Angélica, que luego fue a votar a la mesa 23. Era tal la cantidad de simpatizantes que por lo menos hasta el mediodía las dos se quedaron allí respondiendo inquietudes de la gente, tomándose selfis con hombres y mujeres, viejos y jóvenes que las reconocieron y les dieron las gracias por el esfuerzo. Allí, donde votaron las promotoras de la consulta, parecía que el umbral no sería problema. Incluso algunos jurados le admitieron a SEMANA que la participación se acercaba un poco a la afluencia de votantes el pasado mes de junio en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Sin embargo, a boca de urna, se empezaba a dar por hecho que la consulta no llegaría a los 12 millones de votos.Entre la mesa de votación de los presidentes de turno y en la que siempre han votado las promotoras de la consulta. Entre la plaza de Bolívar y Chapinero hubo muchas diferencias.