Desde finales de junio, la Unidad de Cuidado Animal (UCA) del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, adscrita a la Secretaría de Ambiente, empezó a detectar casos de una infección altamente contagiosa que ataca a la población canina.
Se le conoce como Distemper y tiene consecuencias severas para los perros que se contagian, por lo que Protección Animal hace un llamado para que se mantengan las medidas de cuidado necesarias en el pico que está teniendo esta enfermedad.
Mientras tanto, las autoridades sanitarias en temas animales están tratando de determinar si se trata de una nueva cepa, pues, pese a que se ha logrado reducir la positividad en los animales, no se ha podido detener el contagio masivo.
Hay que señalar que en este instituto se atiende fundamentalmente animales de la calle. Por tener el foco en todas las localidades, lo que ocurre allí es indicativo de lo que está pasando en toda la ciudad.
Eutanasia a los perros, última alternativa
Al igual que con el covid en humanos, el distemper tiene un comportamiento similar, pero en caninos. Por ello, las medidas recomendadas por el Instituto de Protección Animal apuntan a estrategias similares: “Lavado y desinfección (bactericidas y viricidas), y posterior flameado; la instalación de lámparas UV; aplicación de la eutanasia humanitaria, como última alternativa, a los animales positivos para reducir la propagación preservar la vida digna de los demás animales que se encuentran con pruebas negativas; y, trabajo articulado con diferentes actores y entidades para evaluar la situación a nivel país”.
El distemper canino es una enfermedad infectocontagiosa de origen viral. Principalmente, afecta a los animales de las familias Canidae, Mustelidae, Mephitidae, Hyaenidae, Ailuridae, Procyonidae, Pinnipedia, algunos Viverridae y Felidae. Tiene síntomas parecidos a los del covid en humanos, por lo que se le conoce también como moquillo.
Llamado de las autoridades sanitaria
Desde el equipo de trabajo del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal han venido haciendo llamados sobre esta enfermedad, pues señalan que “ha sido devastadora la situación presentada por el aumento de casos en la ciudad, que llevó a un contagio en un número importante de perros de nuestra Unidad de Cuidado Animal. Hemos sufrido en carne propia la angustia y el duelo por cada uno de ellos para quienes, por semanas, meses y hasta años, habíamos entregado todo lo humanamente posible en aras de su bienestar, pero sobre todo por el amor que motiva nuestra labor”.
Expresaron que están haciendo todo lo que científica y humanamente está a al alcance para enfrentar la alta positividad de distemper.
Según dijo Adriana Estrada, directora general del instituto, “la eutanasia humanitaria es la última instancia a la que con mucho dolor hemos tenido que recurrir, cumpliendo con protocolos internacionales para el control de la enfermedad, y para evitar el sufrimiento al que se exponen los animales contagiados”.
Las autoridades sanitarias del Distrito recordaron que el virus en mención tiene una alta capacidad de transmisión, a través de secreciones, aerosoles (gotículas de saliva expulsadas por ladridos o estornudos), orina, heces.
En consecuencia, en condiciones de albergue es difícil lograr la recuperación de los animales, y que les permita convivir en sociedad sin poner en riesgo a los demás.
Ojo con las otras especies
El peligro es que, además, se pueda llegar a infectar nuevas especies de silvestres, por ejemplo, zorros. La respuesta ante el virus y la capacidad que tiene cada individuo para responder, incluso estando vacunado, depende de sus condiciones específicas. Un perro que está en una comunidad con grandes cantidades de individuos tiene menor capacidad de responder ante un reto inmunológico. “Las variantes que circulan en Colombia tienen una alta potencialidad para causar enfermedades neurológicas, mucho más que las digestivas”.
Una fase terminal
Dentro de las descripciones hechas por los voceros del instituto se destaca que, cuando el afectado entra en fase neurológica, tiene una posibilidad de recuperación muy baja. “Debe estar en UCI, aislamiento total, y aun así, puede quedar con deficiencias en los músculos de la cara, tienen tics, no caminan bien, tienen problemas de equilibrio, no pueden girar. Tienen lesiones en dientes, pulpejos, en la nariz. Quedan excretando por orina el virus durante un tiempo y quedan con secuelas neurológicas, motoras, dificultades para comer, incluso quedan con dificultades cognitivas (agresivos y dificultad para socializar)”. Es decir, cualquier parecido con el covid de los humanos no es casualidad.