El Ministerio del Interior publicó el decreto con el que se convocó a sesiones extraordinarias en el Congreso de la República. Así las cosas, irán entre el 17 de diciembre y el 23 del mismo mes de este año.

El objetivo de la convocatoria es continuar la discusión de tres proyectos de ley: el primero es el que busca el fortalecimiento de la seguridad ciudadana; con el segundo se busca aprobar las normas encaminadas a fomentar, promover la sostenibilidad, la valoración y la transmisión de los saberes de los oficios artísticos, de las industrias creativas y culturales, artesanales y del patrimonio cultural en Colombia, mientras que el tercero es el que expide el régimen especial de la Región Metropolitana Bogotá - Cundinamarca.

Un Congreso que se niega a autorreformarse

Presentar proyectos de ley para que los congresistas den muestras de empezar a desprenderse de la gran cantidad de privilegios que tienen se ha vuelto un lugar común y también se volvió habitual que los propios congresistas hundan estas iniciativas. Cada vez encuentran formas más ‘creativas’ de hacerlo.

El caso más reciente fue lo sucedido con la reforma constitucional que pretendía recortar las vacaciones de los parlamentarios en Colombia. La norma reducía de cuatro a tres meses el periodo de receso del Legislativo.

Lo curioso fue la forma en la que se hundió la iniciativa: falta de quorum. El proyecto, que había superado siete de sus ocho debates requeridos, se encontraba en el orden del día de la Plenaria del Senado. Antes del punto número 10 la sesión transcurría con normalidad, pero cuando se llegó a este punto, de manera extraña el quorum se desintegró.

“Hoy es un día oscuro para el Congreso. La Plenaria del Senado desintegró el quorum justo cuando íbamos a debatir nuestro proyecto para reducir las vacaciones de los Congresistas, dejándonos sin tiempo para dar el último debate. En 30 segundos se acaba el trabajo de un año”, manifestó el representante Gabriel Santos, autor del proyecto.

La vicepresidenta del Senado, Maritza Martínez, explicó qué fue lo que pasó. “Es algo que nos entristece porque queríamos que este acto legislativo terminara su trámite, pero por el día, la hora y la cantidad de trabajo, pues al final se fueron retirando algunos compañeros de la sesión”.

La argumentación de fondo de esta propuesta era que muchas de las iniciativas clave para el país en materia de seguridad, pensional o laboral se caen por falta de tiempo para el debate y con la reducción de las vacaciones se garantizaba ese tiempo extra.

El hecho de que se haya hundido un proyecto que buscaba que los congresistas renunciaran a uno de sus privilegios no resulta extraño. Las iniciativas que se han presentado en los últimos años se han en su mayoría y varias veces.

Por ejemplo, el año pasado el senador liberal Luis Fernando Velasco radicó un proyecto que contenía una disposición que congelaba el salario de los congresistas y los funcionarios que devengaran más de 15 salarios mínimos. Según explicó el congresista, hubo “falta de voluntad política”, pues el proyecto apenas superó uno de los cuatro debates que requería. No alcanzó el tiempo.