En la pasada edición de la COP, celebrada en la ciudad de Montreal, en Canadá, los países que hicieron parte de este evento no solo quedaron con la inmensa responsabilidad de diseñar un plan de acción para frenar el daño a la biodiversidad del planeta, sino que varios de ellos se comprometieron a disponer de millonarios recursos para alcanzar esa ambiciosa meta.
Como se recordará, en la COP15, que se realizó en 2022 (con dos años de retraso debido a la pandemia), se llegó a un acuerdo histórico: la firma del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, que se trazó con cuatro grandes objetivos y un total de 23 metas, entre las que está proteger el 30 por ciento de los ecosistemas de todo el mundo para el año 2030.
Así, de la COP15 los países salieron con una tarea clara: debían llegar a la siguiente conferencia con un completo plan de acción en materia de biodiversidad. En otras palabras, una hoja de ruta sobre cómo pretenden cumplir a nivel nacional con lo establecido en el nuevo marco.
Ese Marco de Kunming-Montreal dejó bien definidas las apuestas: estableció que se necesitan al menos 200.000 millones de dólares cada año hasta 2030 si se quiere lograr la meta de poner fin a la pérdida acelerada de la biodiversidad. Los países desarrollados son los llamados a asumir, en gran parte, ese multimillonario costo y están obligados a movilizar 20.000 millones de dólares anuales en 2025 y otros 30.000 millones anuales en 2030 para apoyar a las naciones más débiles.
Lo que se estableció durante la COP15 es que se debía crear un fondo de biodiversidad, el cual operará de la mano con el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, conocido internacionalmente como GEF.
Sin embargo, la creación de este fondo de biodiversidad está en el centro de la polémica. Y hasta ahora, a un año de la cita en Montreal, únicamente cuatro países han aportado el equivalente a 244 millones de dólares.
A la mesa de discusión han llegado otras propuestas alternativas que contemplan fuentes distintas de financiación y hasta el desarrollo de mecanismos que hagan posible que los dineros lleguen directamente a las comunidades indígenas, sobre las cuales recae gran parte de la responsabilidad de proteger lo que le queda al planeta, restaurar lo que se ha perdido y transformar la forma en la que los humanos se relacionan con los ecosistemas.
Los planes de Colombia
En la meta de restaurar la biodiversidad, Colombia presentó durante el primer día de la COP16, este lunes 21 de octubre, el ‘Plan de Acción de Biodiversidad de Colombia a 2030′, el cual fue enviado al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y en cuyas páginas detalla las acciones que emprenderá hasta el año 2030 para unirse a la meta de cumplir los 23 objetivos que se pactaron hace dos años y que buscan, en términos simples, detener y revertir la pérdida de biodiversidad.
Este plan incluye cuatro apuestas: “Seis metas nacionales ambiciosas, medibles y alcanzables”, como lo destacó la ministra de Ambiente Susana Muhamad, así como 191 acciones formalizadas, en una hoja de ruta para la implementación del Plan de Acción de Biodiversidad con el objetivo de contribuir al cumplimiento de las 23 metas del Marco Global Kunming Montreal.
“Somos uno de los países que presenta el plan completo después de dos años del Marco Kunming Montreal y esto refleja cómo vamos a cumplir las metas del marco global. Lo que hemos hecho es aproximar cuatro apuestas estratégicas al 2030 para la protección de la biodiversidad y seis metas que recogen dentro de ellas, esas 23 metas del marco, de acuerdo a nuestra situación contextual específica”, dijo Muhamad, durante la COP16, que tiene una variada oferta académica y cultural.
La ministra explicó que una de las metas clave es pasar del 24 por ciento del territorio nacional que hoy está bajo medidas de protección ambiental al 34 por ciento, conservar las zonas terrestres, aguas continentales y marino costeras del país.
Además, Colombia busca generar un renglón económico nuevo en la economía del país, que la bioeconomía que actualmente representa solo el 0,8 por ciento del PIB Nacional, pase al 3 por ciento en 2030, generando medio millón de empleos.