Este martes, con la salida de veinte buses con migrantes venezolanos hacia la frontera, el alcalde caleño Jorge Iván Ospina cerró las puertas a nuevas misiones humanitarias desde la capital del Valle.  El mandatario dejó claro que la administración municipal no tiene cómo financiar futuros traslados. "No lo podemos hacer más, no disponemos del recurso, está orientando nuestra atención a un foco y dejando de lado otro tipo de actividades", dijo Ospina. 

La Alcaldía de Cali ha patrocinado al menos seis caravanas de buses hacia la frontera (aproximadamente 2.000 migrantes fueron beneficiados), pero cada día llegan más venezolanos a las inmediaciones del Centro Administrativo Municipal para buscar el mismo beneficio. Los migrantes, en su mayoría, llegaron recientemente a la capital del Valle desde el sur del país, después de ingresar a Colombia provenientes de Ecuador. El paso de estos viajeros fue irregular por 37 zonas porosas en la frontera con Nariño.  Por brote de coronavirus, Corabastos funcionará al 35 por ciento de su capacidad El alcalde caleño ha advertido desde hace un mes que si no se controla el sur del país, Cali podría convertirse en una segunda Guayaquil, ciudad ecuatoriana con contagios y decesos disparados por coronavirus. Por eso, mientras anunciaba el cierre de las misiones humanitarias, Ospina señaló: "...Pues que arda la ciudad, pero no vamos a pagar más este tipo de traslados". La llegada masiva de migrantes a Cali supone un riesgo de posible emergencia sanitaria, ya que ingresan a Colombia sin previos controles de salud. Ahora la problemática para la capital del Valle es la agrupación de comunidades extranjeras en zonas verdes de la ciudad; incluso muchos de ellos han realizado protestas en frente de la Alcaldía para exigir rápidos traslados hacia su país.