Estaban de vacaciones, disfrutando de los paisajes y de la oferta turística y gastronómica que ofrece el Perú, pero la fuerza de los acontecimientos los obligó a volver a la realidad antes de tiempo. Se trata de más de 150 colombianos que estaban de turistas en el país vecino y que quedaron en el limbo, pues el domingo pasado, y a medida que los contagios de coronavirus aumentaban, el presidente Martín Vizcarra optó por decretar una cuarentena total y cerró completamente las fronteras.  Algunos de ellos tenían los vuelos programados para esta semana, así que corrieron a los aeropuertos para hablar con las aerolíneas y lograr que les dieran salida ese mismo día. Pero ante la gran cantidad de viajeros y la congestión que se presentaba a esa hora en el aeropuerto, no todos lo consiguieron. 

Los viajeros colombianos tuvieron que enfrentarse entonces a una difícil realidad: el presupuesto que se habían llevado se les estaba acabando, el comercio estaba completamente cerrado debido a la cuarentena, y varios hoteles y hostales les dieron un ultimátum: iban a cerrar y ellos tenían que desalojar.  Olver Hernández, uno de los afectados, cuenta que desde ese momento comenzaron a enviar comunicados a presidencia, cancillería y a los consulados para pedir que desde el gobierno de Colombia cuadraran un vuelo comercial para traerlos de regreso, pero no han tenido éxito. “Necesitamos que nos respondan urgentemente y que hagan las alianzas necesarias con las aerolíneas para que podamos regresar a casa -pide-. Hay personas que tienen condiciones médicas y que ya se están quedando sin medicinas, otras que están hacinadas en hoteles y que no tienen cómo comer porque no hay restaurantes, algunas que no tienen cómo cocinar. Queremos volver a casa”. La situación empeoró esta mañana, cuando escucharon que el presidente Duque había decretado que ningún vuelo proveniente del extranjero podía entrar al país a partir del lunes por 30 días. Ese anuncio los llenó de miedo, pues sin plata, sin que comer y sin un lugar en donde quedarse a largo plazo, temen que sus vacaciones se conviertan en un infierno de un mes. Tatiana Santa y Sebastián Pérez, quienes están en Cusco, cuentan que les ha tocado pagar días extras de alojamiento y comprar provisiones: “Todo está empezando a escasear, está subiendo mucho de precio y no vamos a poder aguantar tanto tiempo”, dicen. 

Algo similar ocurre con Jennifer Sánchez, quien también está en Cusco desde el 13 de marzo con su esposo David Leonardo Tilaguy. Ellos han intentado hablar con la cancillería y el consulado sin mucho éxito. En el consulado lo único que les dijeron fue que no podían hacer nada sin autorización del gobierno nacional y que no tenían cómo ayudarlos económicamente. “Nos encontramos en una situación muy difícil: contamos con un presupuesto limitado que se está acabando y no sabemos cómo podemos conseguir estadía después del viernes”, explica.  Esas historias se repiten en ciudades como Arequipa o Lima. Y el tema es complejo porque algunos de ellos tienen problemas de salud. Sonia Martínez, por ejemplo, viajó a Talara, Piura, una ciudad costera del norte del Perú, para visitar a un familiar. Aunque tenía planeado quedarse 10 días, el cierre de las fronteras cambió sus planes. Ella tiene garantizada la estadía, pero por una serie de problemas respiratorios, tiene que usar oxígeno todo el tiempo. Además, debe volver a Colombia pronto, pues está en la lista de espera para un trasplante de pulmón.  En el grupo, además de jóvenes viajeros, también hay adultos mayores, personas que dependen de medicamentos (que ya se les están acabando) y familias con niños. Algunos tienen miedo de terminar contagiados y otros, de tener que vivir en la calle por un mes.  Por ahora, además, han tenido que cumplir la cuarentena decretada en Perú y enfrentar el cierre de negocios y de establecimientos, así como el encarecimiento de muchos productos. 

El pedido de todos es unánime: quieren que el gobierno haga las gestiones para que ellos puedan volver a Colombia antes de que se cumpla el plazo establecido por el presidente para cerrar las fronteras.  Aunque son conscientes de que la gente en Colombia no quiere que entren más personas por el aeropuerto, piden que se pongan en sus zapatos. Como dice una de ellas en un video que ha rotado por redes sociales y grupos de WhatsApp: “Les pedimos que nos colaboren. Entendemos que es importante el aislamiento social, pero también entiendan nuestra situación: estamos en otro país solos sin que nadie nos ayude”.