Hace algunos meses, cientos de colombianos llegaron a España con el sueño de estudiar, trabajar, conocer, visitar a familiares y amigos, y hasta de viajar por Europa. Sin importar si tenían un tiquete de regreso o no, una inesperada crisis los estancó y dejó atrapados en tierras extranjeras. Nunca imaginaron que una pandemia les haría cancelar sus proyectos personales y profesionales, y que les haría difícil retornar a Colombia. Laura, Cristina y Adriana son tres colombianas apasionadas por la academia que eligieron vivir el reto de complementar sus estudios profesionales en España. Habían escuchado sobre el coronavirus desde finales del año pasado, pero era algo que parecía muy lejano, intrascendente. Estaban enfocadas en sus vidas, en un nuevo país, con otras personas e inmersas en una cultura diferente.
La bumanguesa Laura Victoria Sarmiento, de 38 años, viajó el 23 de septiembre de 2019 para hacer un máster en Intervención e Investigación Socioeducativa en la Universidad de Oviedo, y su propósito era quedarse hasta junio una vez presentara su trabajo de fin de máster. Adriana Gómez, profesora de ingeniería civil de la Pontificia Universidad Javeriana, llegó a la ciudad de Valencia el 15 de noviembre para la pasantía internacional del doctorado que está realizando en la Universidad de los Andes; iba a quedarse hasta mayo. Por su parte, Cristina Rodríguez*, de 36 años, llegó a Barcelona para hacer una especialización en ortopedia; su plan era terminar en julio y pasear por quince días más por Europa. Todo marchaba bien, hasta que comenzaron a aparecer los primeros casos de coronavirus en España. Se trató de algunos turistas, como el viajero alemán que tuvo contacto con un caso positivo en su país de origen y fue hospitalizado de urgencia. Así se fueron dando a conocer más casos, hasta que a mediados de febrero la covid-19 estaba repartida en todo el territorio nacional. Además, estaba el espejo de Italia al lado, país que también comenzaba a sufrir por esta enfermedad.
“Hubo mucho miedo, mucho susto. No sabes qué va a pasar siendo tú colombiano, si te vas a enfermar, si tu seguro médico no te cubre. Todo eso lo viví y fue muy angustiante”, comentó Adriana para SEMANA. "Intenté manejar todo con calma, tranquila, no era sano enfrascarse en un momento de desesperación. Estaba sola", indicó Laura. De China, que seguía en cuarentena, la epidemia se esparció a otros países, según las declaraciones de la Organización Mundial de la Salud. Los casos comenzaron a aumentar desmedidamente, el virus ya era un problema global y probablemente todos los países sufrirían sus consecuencias. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, declaró el coronavirus como una pandemia el 11 de marzo, cuando se registraban 118.000 casos de contagios y 4.291 muertes en el mundo. Marzo llegó y fue un mes en que los gobiernos de los países más afectados comenzaron a tomar decisiones frente a la expansión de la covid-19. El 13 de marzo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, declaró el estado de alarma en España, de acuerdo con el artículo 116 de la Constitución de ese país. En el momento, había 120 fallecidos y más de 4.200 contagios, y se preveía que una semana después se alcanzarían los 10.000 afectados.
En Colombia ya se habían reportado los primeros casos de contagio y el presidente Iván Duque anunció el 16 de marzo el cierre de las fronteras marítimas, terrestres y fluviales del país hasta finales del mes de mayo, para impedir la entrada y salida de ciudadanos nacionales y extranjeros, y así la propagación del virus. La noticia fue una pesadilla para Laura, Adriana y Cristina, que entendieron que no podrían regresar a su país tan pronto como lo anhelaban. “Cuando cerraron el aeropuerto de Bogotá fue el día más duro", cuenta Adriana, a quien, al igual que a sus compañeras, le cancelaron vuelos y quedó atrapada en confinamiento. No tuvieron más remedio que esperar por un largo tiempo. "Yo tuve que pasar todo el tiempo de confinamiento completamente sola. Corrí con la suerte e e conocer a unos cuantos españoles que estuvieron muy pendientes de mí; mis profesores de la universidad me contactaban casi todos los días para saber cómo estaba, para hablar un poco conmigo y para preguntarme si necesitaba algo; afortunadamente nunca me vi desamparada", contó Laura para SEMANA.
Las llamadas y los mensajes de sus familiares y amigos en Colombia llegaban y llegaban, estaban preocupados por su salud y estabilidad en ese país, el cual rápidamente se convertía en el segundo más afectado por la pandemia. La evolución del coronavirus aumentó a un ritmo muy elevado, tras dos semanas de cuarentena. Por ejemplo, el 2 de abril, España superó la barrera de los 100.000 infectados y 10.000 muertes. Como buenas colombianas, las mujeres no se quedaron quietas. Se crearon grupos en WhatsApp y Facebook para que todos los connacionales en la misma situación pensaran en soluciones para retornar a Colombia. El euro se ponía cada vez más caro, algunos de ellos ya no podían continuar hospedándose en hoteles y residencias, mientras que otros ya no tenían nada que hacer allí.
Laura estaba adscrita al consulado de Bilbao, por lo que se comunicó con la cónsul y comenzó a averiguar sobre el proceso para su repatriación. De igual forma, aunque Cristina tenía un vuelo programado que fue cancelado, se comunicó con el consulado en Barcelona y contó su situación. Adriana, por su parte, realizó el requerimiento en la cancillería de Valencia. De su lucha e insistencia, surgió el vuelo humanitario IB6585, operado por Iberia. No obstante, para este había varias condiciones como indicar qué se encontraban haciendo en España, desde hace cuánto estaban, dónde vivían, si tenían un lugar en Bogotá para pasar la cuarentena. También, debían pagar el vuelo, desplazarse a Madrid para subirse al avión y firmar una declaración juramentada en la que indicaran si presentaban síntomas relacionados al coronavirus y si habían estado en contacto con alguien contagiado. Lograron volar de regreso a Colombia. No faltaron los inconvenientes con la aerolínea, con los protocolos de seguridad y distanciamiento social. Las estudiantes indicaron que se les realizaron la toma de temperatura y la entrega constante de tapabocas y guantes. El vuelo, de casi once horas, se sintió eterno. Finalmente llegaron a Bogotá, en la tarde del viernes primero de mayo.
En la capital deben estar bajo cuarentena por catorce días más, ya sea en su residencia o en un hotel. La Secretaría de Salud de Bogotá quedó en realizar llamadas y visitas a los repatriados en cada uno de los domicilios para mantener un registro de la evolución de su estado de salud. "Por una parte, estoy superfeliz por poder volver a mi casa y por otra me preocupa un montón el parón de la economía y de todo (en Colombia) durante el mes que ya pasó. Colombia no esta preparada para algo así, es realmente una mezcla de sentimientos muy rara", manifestó Cristina para SEMANA, para referirse a cómo el país está enfrentando la pandemia de coronavirus. Según el reporte más reciente del Ministerio de Salud, hay confirmados 7.668 casos de contagio y 340 muertes. “Nosotros no estamos preparados para esto. Tristemente los colombianos estamos creyendo que esto es un juego. Esta enfermedad está matando a mucha gente, no es cuestión de ricos o pobres, es cuestión de si te da te puedes morir”, compartió por su parte Laura. No obstante, son centenares los colombianos que todavía se encuentran en tierras extranjeras esperando por volver al país. Varios de ellos aseguran que no son escuchados por el Gobierno y que no son considerados como una prioridad para retornar en un vuelo humanitario. Entre ellos están Gabriela Carrasquilla, también en España, quien denuncia que le han cancelado dos vuelos a Colombia y que no puede pagar por otro pasaje más. "Quiero regresar, tengo a mis hijos allá (Colombia). No tengo dinero para pagar otro tiquete ni para pagar la estadía en Bogotá", comentó Gabriela. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, un total de 1.910 ciudadanos colombianos que se encontraban en el exterior fueron repatriados en el mes de abril en 20 vuelos de carácter humanitario. Han llegado procedentes de Honduras, Francia, Canadá, México, Perú, Emiratos Árabes Unidos, República Dominicana y Estados Unidos, entre otros. La cancillería, el Ministerio de Transporte y Migración Colombia vienen trabajando articuladamente en la llegada de este tipo de vuelos excepcionales, limitados a tres por semanas.