A Carol Andrea Mayorga le han dejado en su colegio muchas tareas y guías para desarrollar durante la cuarentena. Cada día, desde las 8:00 a.m. está lista para comenzar a hacer sus tareas y trabajos, pero tiene que ser muy ágil y aprovechar que el internet es medio bueno hasta el mediodía. Después, si no alcanzó a terminar alguno de sus deberes, debe ir hasta la biblioteca de su vereda para tener acceso a la red. Como ella, son varios los niños y niñas de la vereda Quiba, un sitio rural del que pocos conocen en Ciudad Bolívar, que deben ingeniárselas para seguir estudiando con un precario acceso al internet  en medio de la contingencia sanitaria. En Quiba, o se paga el internet o se paga el agua, pues resulta ser muy costoso para los padres que al mes deben pagar cerca de $ 85.000 pesos.

Actualmente, 1 de cada 10 niños en la vereda tiene acceso a internet y aquellos que no pueden no es por el hecho de que no haya cobertura, es porque el servicio es muy costoso, casi que se vuelve un lujo."Sería muy chévere tener internet en la casa, pero si uno tiene para una cosa no tiene para la otra", cuenta Cayetana Martínez, madre de Carol. Esta problemática se sumó a las alertas que ha prendido el coronavirus, luego de que varios padres se quedaran sin trabajar y, por ende, sin recibir ingresos económicos para soportar a sus familias con alimentos y otros recursos. Ante esto, la Fundación Biblioseo, que desde hace once años trabaja en la vereda, no solo apoyó a la comunidad con mercados y algunos fondos económicos para sobrellevar la crisis, sino que se ingenió la forma de conectar a la tecnología con los niños. "Los proyectos quedan en pausa, pero los sueños continúan. Independiente de la situación, no podemos parar en esas ganas de salir adelante y de progresar", manifestó Iván Triana Bohórquez, cofundador de la fundación, en diálogo con SEMANA.

Así nació la campaña ‘Los Sueños Continúan‘, que busca trasladar la biblioteca que tenían los menores en Quiba a cada una de sus casas, para que no se queden sin herramientas y puedan continuar con sus estudios y, por qué no, desarrollar nuevas habilidades. "Si las familias tienen acceso a un computador y a internet podremos acompañarlos para que desarrollen emprendimientos familiares y aborden esta situación", resaltó Triana.

La idea de la campaña es que se pueda entregar a cada niño un kit con el que tendrá acceso a un computador portatil, en el que habrá programas y contenidos enfocados para aprender nuevas habilidades como programación y bases de robótica, entre otros; también, incluye conexión a internet, bien sea conexión directa a proveedor o internet móvil con módem portátil; viene con libros de literatura infantil físicos, semillas para que puedan sembrar en casa y un kit básico de robótica. Los niños deben cumplir con una especie de retos diarios, semanales y mensuales, es decir, que con los elementos que reciban podrán crear algún proyecto que posteriormente será subastado por internet y cuyos ingresos serán utilizados para el pago de la factura de internet. "Esa es una manera de recompensas. El niño podrá decir: yo ya trabajé toda la semana, podré redimir esto por una ayuda alimentaria", destacó Iván para SEMANA.

Esta estrategia comenzó con una prueba piloto que beneficiará en principio a 20 niños y niñas, de 60 que están en lista. De esta manera, la Fundación Biblioseo no solo busca que los estudiantes cuenten con el servicio de internet en sus casas, sino que tanto ellos como sus familias se inspiren a crear sus propios productos, se adapten a la situación y sepan que no necesitan vivir a punta de ayudas económicas del Gobierno. "Queremos después conectar personas que estén dispuestas a compartir su conocimiento. Por ejemplo, que alguien que sea experto haciendo huertas urbanas pueda conectarse con los niños, enseñe y los acompañe en ese proceso", aseguró Triana.

Para conseguir los kits, la Fundación Biblioseo, a través de su Biblioteca de la Creatividad, busca apoyo de los ciudadanos que se animen a donar el monto que deseen, para hacer posible que los pequeños superen la brecha digital. El aporte puede hacerse a través de Vaki (https://vaki.co/vaki/lossuenoscontinuan) o a través de la cuenta de Ahorros Bancolombia no. 094-145585-58 Fundación Biblioseo Nit. 900660190-7. Es importante adjuntar el soporte de transacción, nombre completo y número de cédula de cada donante. La emergencia sanitaria por el coronavirus ha permitido que los niños y jóvenes de la vereda Quiba, que venían perdiendo su identidad campesina, estén más involucrados y conscientes con las labores del campo, de cultivar sus propios alimentos, de tener sus animales y hacerse cargo de estos, y de luchar por el bien común de todos.  "Empezamos un proceso en el que los niños descubrieran, por un lado, para que son buenos, qué les llama la atención y que descubrieran sus intereses, sus talentos y que empezaran a darle rienda suelta a sus sueños. Hemos acompañado a los niños para que creen proyectos, los ejecuten y no esperen a que las autoridades los ayuden", concluyó Iván Triana, quien resaltó además el impacto que ha tenido la Biblioteca de la Creatividad para impulsar a estos nuevos soñadores.