Las casas en el oriente y ladera de Cali, zonas vulnerables de la ciudad, tienen en sus ventanales trapos rojos. Es como un adorno uniforme que revela que allí, en ese hogar, hay personas con hambre, víctimas de la otra pandemia: el golpe a la economía en Colombia y el mundo. Muchos de los hoy afectados viven al día: son limpiavidrios, amas de casa, lustrabotas, obreros de construcción, vendedores informales, entre otros, que desde el toque de queda decretado el 20 de marzo en Cali no han podido trabajar. La desesperación empieza a jugar una mala pasada y en varios barrios del oriente -distrito de Aguablanca- la gente ha salido a las calles. Con ollas y sártenes bloquean pasos vehiculares para llamar la atención del gobierno local y nacional. Piden alimentos y gritan al unísono: "tenemos hambre, tenemos hambre".
Este miércoles, el turno fue para Desepaz, un modesto barrio con viviendas de interés social y vecino del río Cauca. Más de 300 personas bloquearon el paso durante cuatro horas; en ese lugar, dicen, los trapos rojos no han cumplido su objetivo y aún nadie los visita, ni siquiera para realizar censos de los afectados. La Alcaldía de Cali parece no dar abasto en la atención y entrega de ayudas. En la ciudad se han entregado 90.000 ayudas humanitarias, entre mercados y bonos alimentarios, pero esto no es suficiente para cubrir el grueso de la población damnificada. El mismo alcalde Jorge Iván Ospina ha ido puerta a puerta entregando mercados, pero asegura que los recursos se acaban y el Gobierno nacional centralizó las ayudas, lo que dificulta la labor en las regiones. Muchos de los afectados en Cali no fueron beneficiados con los recursos girados a través de los bonos solidarios.
"Nos piden que nos quedemos en la casa, nos quedamos. Pero hoy la situación es insostenible, hay familias de hasta siete integrantes que solo tienen una libra de arroz y dos huevos para pasar la noche. Esto va a terminar mal, porque la gente con hambre es peligrosa", Jorge Hurtado, presidente de la Junta de Acción Comunal de Desepaz. Dicen que no dejarán de protestar y bloquear vías hasta no recibir las ayudas para pasar estos últimos días de cuarentena.