Los recorridos y visitas a los 24 Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) donde aún permanecen concentrados 2.893 excombatientes de las Farc quedaron suspendidas. Esa fue la medida que este miércoles anunció la Consejería de la Estabilización, para evitar que hasta allí llegue el coronavirus. 

"Nuestro objetivo es no parar, ser responsables con las comunidades y excombatientes. Vamos a adoptar los protocolos que sean necesarios con el fin de proteger a nuestros ancianos y niños, mientras avanzamos en la construcción de la paz en todos los territorios", aseguró el director de la Agencia de Reincorporación y Normalización, ARN, Andrés Stapper.  Como parte de las medidas, el gobierno decidió limitar el ingreso de turistas, delegados de ONG, visitantes de instituciones privadas, cooperación internacional y otros, que desarrollen procesos o actividades en los antiguos espacios territoriales, salvo que se den casos de extrema necesidad.

La política apunta a fomentar la permanencia de las personas en el territorio del antiguo ETCR. De forma paralela, se suspendieron las comisiones de servicios y solicitudes de viajes de quienes trabajan en la ARN. Sin embargo, los equipos que ya se encuentran en los territorios se encargarán de identificar a la población más vulnerable para realizarles un acompañamiento más cercano. Uno de las medidas que más preocupa a los excombatientes es la posibilidad de suspender las cocinas y los comedores comunitarios. Aunque las medidas de mitigación de riesgo de contagio incluye el aislamiento, lo cierto es que en muchos territorios donde permanecen los excombatientes apenas hay un restaurante y es comunal. 

Ni el gobierno ni las Farc la tienen fácil. Mientras se termina de trazar el proceso de reincorporación sostenible, el gobierno extendió el auxilio de alimentación que llega a estas zonas. El problema es que estos paquetes no llegan como mercados individuales sino colectivos. De ahí el impacto de la decisión.  Ahora bien, en muchos de los espacios los cultivos que han logrado salir adelante son bien común. Es decir, los alimentos de pan coger surten a quienes están concentrados en el ETCR, y no hay cómo asumir que cada quien se vaya a pasar su cuarentena a casa. Basta tener en cuenta que en muchas de estas zonas, por ejemplo, los baños y las duchas son compartidos.  "Nos preocupa que los espacios no tienen un mecanismo de articulación con secretarías de salud para la atención. En caso de presentarse situaciones de riesgo o contagio, no está claro el protocolo de cómo responder. Los puestos de salud los levantaron y ahora hay unas brigadas cada dos meses", le explicó una excombatiente a SEMANA.