El nuevo coronavirus ha mostrado ser una amenaza seria, sobre todo para los ancianos. Según el Dane, en Colombia el 5,98 por ciento de la población tiene más de 70 años. Si se trata de 48 millones de personas, más o menos 2.700.000 están en alto riesgo de morir por el contagio. En el Viejo Caldas están las concentraciones más altas de adultos mayores del territorio. Pero hay muchos otros en riesgo de desarrollar una versión severa del covid-19 sin importar la edad: aquellos con condiciones crónicas de base como hipertensión arterial, cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc) y diabetes, entre otras. Según los estudios chinos y otros recientes reportes hechos por el Center for Disease Control (CDC) estas condiciones aumentan el riesgo de morir o de tener una enfermedad severa por el nuevo patógeno.
Solo en Estados Unidos calculan que el 60 por ciento de la población sufre al menos una de ellas, incluyendo a los adultos mayores, y el 40 por ciento más de una. En Colombia nadie conoce con certeza el número total de personas con enfermedades crónicas. Según la Cuenta de Alto Costo (CAC) hay actualmente diagnosticados cuatro millones de hipertensos en el país. En Estados Unidos esa condición afecta a uno de cada tres adultos, incluidos individuos de 30 y 40 años. En el país también hay más de un millón con diabetes mellitus o tipo 2. Además, casi 300.000 personas batallan contra el cáncer con quimioterapias que bajan las defensas del cuerpo. Según Fabio Varón, 8,7 por ciento de la población (más de cuatro millones) tiene epoc y “no necesariamente todos son mayores de 60 años, sino también de 40”, dice este neumólogo. Solo ahí ya van, mal contados, más de nueve millones de personas en mayor riesgo. Un coronavirus es lo último que necesitan.
Por esto el mensaje de que el coronavirus va a acabar con los viejos del mundo no es acertado, pues prácticamente toda la población está en riesgo. Un estudio chino con 1.590 pacientes encontró que la gente infectada con covid-19 y con una condición crónica tenía 1,8 más riesgo de tener un mal pronóstico, como estar en respiración artificial o morir. Para aquellos con dos condiciones crónicas, el riesgo aumentó a 2,6. En conclusión, casi el 20 por ciento de los pacientes con una condición crónica tiene un desenlace malo comparado con 4,5 por ciento que no tiene estas enfermedades.
El estudio también determinó que los pacientes de 80 años o más tienen el mayor riesgo de morir (15 por ciento). La tasa de muerte aumenta con cada década. Pero según un reporte del CDC el riesgo de morir comenzaría más pronto de lo esperado. Para el reporte, la entidad analizó una muestra de 2.500 hospitalizados entre el 12 de febrero y el 16 de marzo en ese país. Obviamente los pacientes más viejos tuvieron la mayor hospitalización y mortalidad. Pero de 508 pacientes hospitalizados, el 38 por ciento de ellos correspondía a personas entre 20 y 54 años. Y de esos, 121 admitidos a las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) tenían menos de 65 años. Los jóvenes están confiados con su capacidad para encarar el virus, pero según Stephen S. Morse, epidemiólogo de la Universidad de Columbia, “no solo estarán afectados seriamente los viejos, sino también los de 20 para arriba”.
En estas diferencias interfieren algunas variables como la suceptibilidad genética. “Algunos estudios muestran que son más susceptibles los hombres que las mujeres (por cada 3,25 hombres con covid-19 hay una mujer infectada). En Italia esta relación es de 4 a 1”, dice la viróloga María Fernanda Gutiérrez. Explica que esto se debe a un receptor, el ACE2, que el virus usa para entrar a la células epiteliales de los alveolos, se expresa más en hombres. "En Colombia, según los expertos, habría entre 200.000 y 400.000 muertes por covid-19". Dónde atenderlos Por estos días muchos expertos hacen sus propios cálculos. En algunos medios circuló que el exvicepresidente Germán Vargas Lleras había calculado la cifra de infectados en Colombia en diez millones, los mismos que resultarían en Alemania en cuestión de tres meses de no ejecutar medidas de contención y mitigación. Con ese dato como base, según Gutiérrez, el 14 por ciento podría estar en la UCI. Eso quiere decir que 1.400 las necesitarán eventualmente. Otro documento del Instituto Nacional de Salud señala que habría cuatro millones de casos. Según Diego Rosselli, experto en economía de la salud de la Universidad Javeriana, “se requerirán simultáneamente, a fines de junio y principios de julio –cuando esperan el pico de la epidemia en el país–, 43.000 camas de estas, solo para pacientes de covid-19”. Hoy existen en total 5.349 camas de UCI y según la Asociación Colombia de Cuidados Intensivos solo hay 150 camas con requerimientos de aislamiento y filtros de aire, aunque otros señalan que son 750. “Zulma Cucunubá, experta del Imperial College de Londres, dice que me quedé corto en mis cálculos”. En Bogotá hay 58 UCI y 967 camas, pero en departamentos como Amazonas, Vaupés y Vichada no existe ni una.
Y estas cifras describen el mejor escenario, es decir, el resultante de hacer todo lo debido: detección activa de casos, seguimiento a contactos con cuarentena, cierre de establecimientos educativos y distanciamiento social. Según un modelo del Imperial College, sin mayores estrategias de mitigación habría en el Reino Unido 500.000 muertos. En Estados Unidos habría más de dos millones de casos fatales y en Colombia, según los cálculos de Rosselli, la cifra giraría entre 200.000 y 400.000. Ante este panorama el país debe prepararse, según Rosselli, con más camas y más respiradores, importados o producidos localmente. Según el Washington Post, estos aparatos cuestan entre 25.000 y 50.000 dólares (al dólar de hoy entre 100 y 200 millones de pesos). Además, hay que capacitar al personal de salud y garantizarle protección porque está en la primera línea de fuego. También se tendrán que aplazar las cirugías electivas y no esenciales. Habría, además, que aislar a los pacientes de otros enfermos en las UCI porque, de no hacerlo, podrían contagiar a más personas. Esta realidad lleva a reflexionar sobre la importancia de hacer caso a las medidas de higiene, confinamiento y distanciamiento social con el fin de evitar un pico alto de casos graves. De no hacerlo, el sistema de salud no tendrá cómo atender a tantos enfermos. Hay que evitar que, como ha sucedido en el norte de Italia, donde el sistema de salud tiene una buena reputación por su alta calidad, los médicos tengan que decidir a quién salvar.
Los vulnerables ¿Viejo y sano? ¿Enfermo y joven? No se confíe. Este es el riesgo aumentado en algunas personas de desarrollar problemas ante el covid-19. Fumadores: los que fuman y tienen los pulmones deteriorados van a estar más vulnerables, según epidemiólogos de la Universidad de Harvard. Los diabéticos: si no tienen buen nivel de glucosa están en alto riesgo de infecciones, incluidos virus como el covid-19. Si están controlados podrán estar con mejor sistema inmune. Si tienen diabetes tipo 1 tienen riesgo de tener una enfermedad severa. Epoc: los que tienen asma y epoc deben hablar con sus médicos sobre sus riesgos. Enfermedad coronaria: los virus respiratorios son un riesgo porque incrementan la demanda metabólica y eso exige al corazón bombear más fuerte para distribuir la sangre. Ese estrés extra lleva a agravar la enfermedad. Los inmunocomprometidos: esta categoría incluye a aquellos con desórdenes autoinmunes como lupus y artritis. Asimismo, a los trasplantados y a pacientes con quimioterapia y otros tratamientos de cáncer o que toman esteroides. Esto porque la quimio y la radiación debilitan el sistema inmune. Los que están en tratamiento, por lo tanto, deben evitar contacto con cualquier enfermo y mantenerse encerrados tanto como les sea posible. Los ancianos: aunque sean muy sanos deben tener cuidado porque la edad por sí sola es un riesgo frente al covid-19. Esto se debe a que de jóvenes el cuerpo tiene reservas que se agotan en la vejez. Por lo tanto, no se deben sentir muy confiados aquellos mayores que nunca se enferman.