Colombia registró el jueves un cifra récord en muertes por coronavirus en 24 horas, luego de que el Ministerio de Salud reportara 315 fallecidos, para un total de 7.688 y 226.373 contagiados, 110.281 de esos son casos activos.

Teniendo en cuenta el anterior panorama, Gina Tambini, representante en Colombia de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud, se refirió al proceso de vacunación contra el coronavirus que se llevará a cabo en el país cuando estén listas las dosis.

Por lo tanto, la experta aclaró que una vez la vacuna llegue a Colombia, esta se aplicará primero a población de alto riesgo, es decir a personal de la salud, mayores de 60 años y pacientes con comorbilidades. “La vacuna es un bien público. No solamente es vacunar y dar el beneficio a una persona. Si logramos vacunar a poblaciones de alto riesgo donde ocurre el mayor número de fallecimientos, podemos proteger a un gran grupo de población”, indicó Tambini en Blu Radio. Posteriormente, cubierta la población en alto riesgo, entraría la distribución de dosis a los demás ciudadanos sin restricción alguna, a medida de la producción que vayan realizando los laboratorios fabricantes.  Por otra parte, recordó que se viene trabajando en la creación de un bloque de países de las Américas (Covax), para que en alianza con Vacunas GAVI se garantice que aquellas regiones que estén en el fondo rotatorio, puedan tener acceso de manera equitativa a dosis de la vacuna contra la covid-19. No obstante, Tambini también aclaró que el hecho de que Colombia haga parte de este bloque de la OPS, no significa que el Gobierno nacional no pueda entrar a negociar con las farmacéuticas.

Por el momento, no se sabe cuál será el costo de las vacunas, pero mientras tanto, la OPS trabaja con el Banco Interamericano de Desarrollo con el objetivo de apoyar financieramente a los países para que puedan adquirir las dosis. Cabe recordar que, desde hace 40 años, Colombia decidió no producir vacunas y unirse a un grupo de países latinoamericanos para comprarlas en conjunto y obtener los beneficios de la economía de escala. Por lo tanto, esa idea resultó muy valiosa en términos de salud pública, teniendo en cuenta que América fue uno de los primeros continentes del mundo en eliminar la poliomielitis y hoy tiene bajo control el sarampión y la rubéola. Sin embargo, al unirse Colombia a ese grupo de países latinoamericanos, también desincentivó la industria privada que actualmente debería estar construyendo sus instalaciones para producir la futura vacuna contra el coronavirus y de ese modo asegurar directamente el abastecimiento del país.

De hecho, el país cuenta con una industria farmacéutica local robusta que tiene presencia de empresas nacionales y extranjeras que manejan unos 90 laboratorios y producen medicamentos en la nación, aunque ninguno de ellos tiene la capacidad de fabricar vacunas debido a que no tienen las instalaciones requeridas y tampoco  cuentan con una referencia de precios adecuada para animarse a invertir. De tal modo, con la decisión de comprar las vacunas mediante el Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), estas salen al menor precio posible, lo que hace difícil que nuevos competidores logren entrar.