El anuncio de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, generó emoción entre millones de ciudadanos: “Todos los que vivimos en Bogotá, no importa el estrato, no vamos a pagar servicios públicos entre el 20 de marzo y el 20 de abril”.
Desde su despacho en el Palacio Liévano, la mandataria prometió esa gratuidad el pasado 21 de marzo, como parte de las medidas para afrontar la emergencia que vive la ciudad por cuenta del coronavirus. Esa promesa, sin embargo, está lejos de ser una realidad. En estos momentos están corriendo normalmente todos los medidores de los servicios públicos en la ciudad. Poco después de su promesa, a la mandataria se le advirtió que no era su competencia tomar dicha medida. En su cuenta en Twitter, donde suele hacer sus anuncios, la mandataria señaló: “Sabemos que la regulación del pago de servicios públicos depende del señor presidente. Por eso solicitaremos con todo respeto al señor presidente que en ejercicio de sus facultades tome esa decisión, y la cofinanciemos entre Gobierno Nacional y locales de manera equitativa”. La Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones (Andesco) se mostró en contra de la propuesta de la alcaldesa por asuntos constitucionales. “No sobra recordar que la Constitución y la ley establecen un marco jurídico para la financiación de los servicios públicos domiciliarios (…) no se puede poner en riesgo la adecuada prestación de estos servicios mediante la promoción de figuras que exigen la coordinación institucional y la precisión de las fuentes de recursos que se requieren para implementarlas”, señaló Andesco en un comunicado. En una reunión reciente con el presidente, la alcaldesa de Bogotá le llevó su propuesta. En estos momentos el Gobierno la está evaluando. La alcaldesa ha dicho que el presidente les dio una instrucción al respecto. “El presidente nos ha solicitado que aseguremos primero recursos para salud, techo y comida de los más vulnerables, y solo después cubramos ampliación de subsidios a servicios públicos a todos. Empezaremos mesa técnica para que, siguiendo ese orden, todos pongamos y todos tomemos”. Por esa razón, lo único cierto hoy es que la promesa de la gratuidad de los servicios públicos en Bogotá está en veremos.