Mientras las principales ciudades de Colombia apuestan por redoblar sus camas de Unidades de Cuidados Intensivos, en otras regiones apartadas del país no cuentan con estos equipos y luchan por conseguir al menos uno para sus centros asistenciales. Así está el panorama de esta carrera para hacerle frente a la covid-19:Barranquilla, una crisis que no se vio venir
Desesperado después de esperar por más de 24 horas la disponibilidad de una cama de UCI para su mamá, Jaime Santamaría, un joven de la ciudad, publicó la situación en Twitter. Su mensaje se volvió viral y 12 horas después la paciente fue ubicada. En otros casos, como el del cantante Joe Urquijo, la respuesta no alcanzó a llegar a tiempo. Desde la segunda semana de junio, la ocupación de estas camas sobrepasó el 80 por ciento en Barranquilla. Juan Manuel Alvarado, gerente de la crisis en la ciudad, le dijo a SEMANA que en estos momentos hay registradas 586 UCI, de acuerdo a los reportes de las IPS públicas, privadas y mixtas del distrito. Cerca del 70 por ciento de los pacientes que las están usando son positivos para coronavirus, o son sospechosos. Hoy la ciudad tiene 16.271 casos positivos, de estos 6.202 pacientes han sido reportados como recuperados y 8.164 reciben atención en casa. Del total, 983 personas han fallecido, para una tasa del 6,04 por ciento, una de las más altas del país.
La indisciplina que acecha a las UCI en Cali
Los pronósticos de la Secretaría de Salud Municipal se cumplieron y en la segunda semana de julio recibieron una desbandada de pacientes, justo 18 días después de la celebración del Día del Padre, cuando centenares de caleños salieron a las calles a celebrar en masa como si se tratara de la llegada del Año Nuevo. A pesar de que Cali logró duplicar el número de camas de Unidad de Cuidados Intensivos, al pasar de 400 a 820, en medio de la pandemia, aún no tiene las suficientes herramientas sanitarias para enfrentarse al pico de contagios. La ocupación de las camas UCI pasó en los últimos tres días de 64 por ciento a 83 por ciento. “De ese número tenemos recluidos 212 pacientes confirmados de covid-19; 149, sospechosos del virus; y 274 de otras patologías”, explicó Miyerlandi Torres, secretaria de salud municipal. La mayoría de estos nuevos pacientes, y contagios, son producto de esa indisciplina social que se tomó la capital del Valle durante los dos últimos puentes festivos de junio. “Fueron rumbas de hasta 500 personas en un solo lugar. Estamos esperando 600 ventiladores más para llegar a 1.200 camas en el departamento y evitar un colapso en la red sanitaria”, agrega Torres.
Medellín, buena capacidad pero con una curva ascendente de casosDurante varias semanas, Medellín ha sido una de las ciudades con mayor éxito a la hora de atender el coronavirus, pues sus estrategias de análisis de datos y contención le han permitido cercos epidemiológicos importantes. Sin embargo, la apertura económica y el reinicio —en algún modo— de la vida social, empiezan a pasar factura. De las 553 camas de UCI que tiene la capital de Antioquia, ya están ocupadas el 78 por ciento. El alcalde de la ciudad, Daniel Quintero, ha aclarado que muchos pacientes con coronavirus han llegado desde Chocó, donde la capacidad hospitalaria está desbordada. Mauricio Tamayo, presidente del San Vicente Fundación, asegura que en las dos sedes que tienen, el número de pacientes creció más de un 50 por ciento en los últimos diez días, lo que hace sospechar que las próximas semanas pueden ser difíciles.Cartagena, una crisis latente
El inicio frenético de los casos de contagios en Cartagena parece ir disminuyendo su velocidad; sin embargo, es la segunda ciudad, después de Barranquilla, con más positivos en la región Caribe. Además, el peligroso cóctel que enmarca su situación socioeconómica por la parálisis del turismo, una de sus principales fuentes de ingresos, y un alto reporte de casos de indisciplina social frente a las medidas de aislamiento, hacen latente una crisis en el sistema de salud. En este momento la ciudad cuenta con 498 camas de hospitalización, 93 de cuidados intermedios y 184 de UCI, destinadas solo para tratar a pacientes de covid-19. La alcaldía espera finiquitar la compra de los equipos necesarios para tener 30 más, con una inversión de 3.400 millones de pesos. También, el gobierno nacional se comprometió a entregar entre julio, agosto y septiembre 113 respiradores, con lo que Cartagena tendría 143 nuevas unidades. La ocupación de UCI, según los reportes más recientes, está cerca del 55 por ciento y la ciudad registra 16.916 casos positivos de contagios y 482 personas fallecidas. De ese total, 13.585 han sido reportados como recuperados. Tumaco celebra que tiene 15 camas de UCI
En Tumaco la dicha fue efímera. Al costero municipio de Nariño llegaron hace menos de un mes 15 camas de Unidad de Cuidados Intensivos; las primeras en su historia. La alcaldesa Emilsen Ángulo lo celebró, a pesar de que ella reconoce que la pueden criticar por conformarse con tan poco: “Yo sé que muchos pensarán eso, pero es que pasar de no tener nada, a contar con 15 camas UCI es un logro muy grande. Nunca en la historia habíamos contado con esos equipos aquí”, recalca. Pero los equipos llegaron solos, sin especialistas, y así su papel es casi decorativo. Los enfermos que se agravan por covid-19 siguen siendo trasladados a Pasto, capital del departamento, en un viaje por tierra que puede tardar hasta seis horas. Al rescate llegaron la semana pasada un grupo de especialistas de la clínica Imbanaco, de Cali, para capacitar a los médicos tumaqueños. La capacitación -como ocurre en estos casos de manipulación de ventiladores mecánicos- se demora al menos cuatro meses. Tumaco tiene al hospital San Andrés -único de segundo nivel y más grande de la ciudad,-intervenido por la Superintendencia, y altos niveles de indisciplina social. Los contagios crecieron rápidamente y el incremento entre semana y semana alcanzó hasta un 270 por ciento.
Ni siquiera una UCI en Amazonas“Acá entuban a los pacientes más delicados y les ponen un respirador. Si se agravan hay que remitirlos a Bogotá o a Villavicencio en avión ambulancia”, así resume Jenny Torres, directora del gremio turístico, la situación hospitalaria de Leticia de cara a la pandemia. En todo el departamento de Amazonas no hay una sola Unidad de Cuidados Intensivos plenamente dotada. Lo más “avanzado” que se encuentra es el hospital público de la capital. Este tan solo tiene nueve camas de atención UCI intermedia. La Clínica Leticia, que es privada, cuenta con otras cuatro del mismo nivel. Y hay una sola ambulancia. Eso es todo. El precario hospital tuvo que ser intervenido por la Superintendencia, y dentro de la reestructuración se planea habilitar áreas para atención de pacientes covid-19. El panorama es entonces entre dramático y de alerta roja si se tiene en cuenta que el departamento hace unas semanas fue uno de los territorios con mayor tasa de contagio en el país. Según las proyecciones del INS, en Amazonas cerca de 440 personas requerirán una UCI durante el pico del contagio. Leticia es una catástrofe anunciada. En Magüí Payán todo el personal de salud está contagiadoEn el triángulo de Telembí, allá bien adentro en el pacífico nariñense, la pandemia de covid-19 acabó de desbordar la poca capacidad sanitaria de los municipios Barbacoas, Roberto Payán y Magüí Payán. En este último todo el personal de salud está contagiado. El virus alcanzó hasta al alcalde Alejandro Quiñónez, quien desde hace diez días no se ha podido levantar de la cama, según él mismo cuenta. La situación en Magüí es lamentable. Este municipio de población afrodescendiente y un poco más de 25 mil habitantes (4.000 en la zona urbana) tiene 169 casos confirmados, niveles de pobreza extremos y un puesto de salud -ESE Saúl Quiñónez- sin funcionamiento, pues el único médico y las seis enfermeras también son portadores de la covid. No hay camas de Unidad de Cuidados Intensivos. Ni siquiera hay un hospital de primer nivel. La única salida es trasladar a los enfermos a Pasto y Tumaco; la primera opción es poco viable por el estado paupérrimo de la carretera, donde vehículos pueden quedar hasta cinco días atrapados por el barro; y la segunda, no es recomendable porque el tránsito sería marítimo por el gigantesco río Telembí para luego llegar al mar, ruta que regularmente demora hasta 15 horas. A Magüí Payán la covid-19 lo tiene en una verdadera encrucijada. El mismo alcalde Quiñónez sabe que la situación es mucho más complicada de lo que revelan los números.Chocó, sus UCI no son suficientes
Tuvieron que pasar cuatro meses desde que inició la pandemia para que llegaran las 10 primeras camas UCI que ha tenido Chocó en su historia la red pública, para sumarse a las 24 de la red privada. Las envió el Gobierno nacional que, además, prometió otras 72 UCI para atender la pandemia como parte de un plan de choque. Sin embargo, la situación es tan precaria en el hospital -que fue intervenido por la Superintendencia de Salud- que así llegaran las 72 unidades de inmediato, no habría cómo ponerlas en funcionamiento, no hay espacio ni condiciones. Tal como lo describe el médico Carlos Libreros “la planta de oxígeno apenas puede con lo que hay, en el laboratorio a veces faltan exámenes elementales como un parcial de orina y en el hospital hacen falta hasta lavamanos”.El gobernador encargado calcula que en un mes deben terminar la ampliación en el hospital para poder tener otras 34 UCI adicionales, del paquete que enviará la Nación, ante la preocupación de la ciudadanía por la transparencia de los 2.600 millones que fueron aprobados por el Gobierno para tal fin, la contratación se hará bajo un proceso de selección que vigilarán los entes de control de primera mano. Sin embargo, las otras UCI que restan -del paquete de las 84- irán en comodato a dos clínicas privadas, y según los planes, cuando acabe la pandemia y se logre una ampliación mayor del hospital San Francisco las camas UCI finalmente llegarán allí. El plan de choque de Chocó no es muy ambicioso, sin embargo, significa pasar de no tener ninguna cama, a tener 92 camas UCI, contando las 10 que prometió conseguir la Gobernación. Mientras esto ocurre, Chocó registra una ocupación del 100 por ciento en las UCI, un brote de covid-19 en su personal de salud -que superó los 80 casos y dejó un médico fallecido- y supera los 1.700 casos confirmados.