Las calles de Armenia han recuperado poco a poco su vida: los restaurantes abrieron puertas, en las librerías ya entra uno que otro para indagar en las estanterías, y los cafés tienen dispuestas mesas conservando el distanciamiento físico. La ciudad, con un 30 por ciento de desempleo, no aguantó más la asfixia económica y buscó la reapertura rápida. Pero no ha sido un trabajo apresurado. Al cierre de esta revista, el Quindío tenía 322 casos confirmados de coronavirus, de los cuales 117 están activos, un registro de contagio inferior a 1 por ciento en un departamento con 530.000 habitantes, donde han muerto ocho personas por la pandemia. De los 12 municipios de Quindío, diez ya están abiertos y hay comunicación entre ellos. Solo permanecen cerrados Salento y Filandia, aunque con su vida propia normalizada. “Desde el primer día de cuarentena cerramos las fronteras y tuvimos algunos brotes, pero ahora estamos implementando todo el cerco de bioseguridad para reabrir la economía”, dice el gobernador, Roberto Jairo Jaramillo.
La vida se recupera en lugares icónicos de la capital quindiana, como Pan Tolima, Café Quindío, la librería Libélula, el parque Sucre, la avenida Bolívar y los pequeños restaurantes que rodean la Universidad del Quindío. “En Armenia empezamos con protocolos de iniciación desde antes de que hubiera reapertura; teníamos que llenar algunos formularios por una página y, cuando todo estuvo listo, abrimos. Nos piden todos los protocolos de bioseguridad; sin embargo, hay que decir que no nos han visitado ni una vez para comprobar que los cumplimos”, dice un empresario, dueño de varios locales en la ciudad. El Eje Cafetero ha tenido tanto éxito para atender la pandemia que Quindío, Risaralda y Caldas parecen ser la opción número uno para reactivar la liga de fútbol profesional. El Quindío cuenta con 2.500 restaurantes, de los cuales 1.200 ya prestan servicio a la mesa. Además, de los 1.775 hoteles del departamento, el 20 por ciento ya abrió sus puertas, sobre todo para contratistas que vuelven a la región a fin de continuar proyectos clave, como la construcción, la red eléctrica y la digitalización.
El Eje Cafetero ha tenido tanto éxito para atender la pandemia que Quindío, Risaralda y Caldas parecen ser la opción número uno para reactivar la liga de fútbol profesional. Los gobernantes proponen los estadios de la región –Palogrande, de Manizales; Hernán Ramírez Villegas, de Pereira; y Centenario, de Armenia– para que vuelva el fútbol profesional. Los jugadores podrían hospedarse en grandes hoteles dispuestos con canchas profesionales y zonas de entrenamiento. “Nosotros queremos ser los primeros en la implementación del sello de bioseguridad, porque ya tenemos marchando todo un plan de reactivación en el que se cumplen todos los protocolos; puedes entrar a un restaurante y pedir tu almuerzo sin ningún problema. Nuestra meta es abrir fronteras con el Eje Cafetero, tener transporte intermunicipal entre Caldas, Risaralda y Quindío. Por ahora, hemos realizado todos los trámites y esperamos la respuesta positiva del Gobierno nacional. Y es muy importante que todo lo que estamos haciendo vaya de la mano con la estrategia de salud”, dice el gobernador Jaramillo.
Según Rodrigo Estrada, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Armenia, el departamento del Quindío depende en un 70 por ciento del turismo. “Desde antes de que empezara la reactivación, montamos protocolos, hicimos capacitaciones; no podíamos quedarnos quietos al ver que el desempleo local subía del 16 por ciento al 30 por ciento. Tenemos casos tan preocupantes como el de Salento, que depende casi totalmente de la llegada de turistas”, dice. El gobernador Jaramillo tiene planes para reactivar cuanto antes el departamento ante sus buenas cifras con la pandemia. Ya le solicitó al Gobierno nacional la pavimentación de varias vías importantes y hace unos días recibió la famosa Posada Alemana, donde piensa construir un parque familiar en los próximos meses. “No podemos quedarnos quietos y ver cómo la economía se hunde”, sostiene. Afronta el reto de garantizar que todos los eslabones de la cadena cumplan los protocolos y recuperar la confianza de miles de turistas para que la economía recupere su dinámica.