El coronel en retiro Robinson González del Río se quedó por fuera de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Esto después que la Sección de Apelación confirmara que, en efecto, el oficial retirado del Ejército Nacional hacía parte de la organización criminal de Juan Larrison Castro Estupiñán, alias Matamba.
Tras el análisis del expediente, la Sección concluyó que el coronel en retiro había incumplido los compromisos que firmó en el 2019 y continuó delinquiendo. Prueba de esto es que en el 2022 fue detenido en un operativo conjunto por hacer parte de la organización conocida como Cordillera Sur que comandaba Matamba y que manejaba el envío de cocaína en el sur del país.
Del Río, según la imputación de cargos revelada en exclusiva por SEMANA en febrero de 2022, conformó una red dentro del Ejército Nacional para tener información privilegiada de las operaciones que se adelantaban en contra de la organización de Matamba con el fin de avisarles y así lograr que evadieran. Igualmente, ejerció presiones para que se realizaran accione en contra de la “competencia” de su socio en el tráfico de drogas.
Para esto se reunió en varias oportunidades en oficinas y establecimientos públicos con oficiales de alto rango activos que le entregaban todo tipo de información. Igualmente, por medio Del Río, les enviaba el dinero por su “colaboración”; sumas de dinero que se acercaban a los 50 millones de pesos mensuales.
“‘El Padrino’ -como registró una de las interceptaciones telefónicas- ya citó al que maneja la inteligencia en Bogotá para preguntarle qué es lo que está pasando que no arman paquetes contra ‘Sábalo’ y de una vez que hagan uno y se lo envíen al comandante de división”. Le cuenta, además, que el primero de noviembre de 2019 va a ir con el Padrino hasta Cali para hablar personalmente con el de la división. Alias Juan, un integrante de la organización, señaló en una de las conversaciones que el Padrino ya había trabajado con ellos sin cobrar un solo peso.
‘El Padrino’ ya se había comprometido a hablar con dos coroneles para ver a quién ponían como comandante, buscando una persona idónea para las pretensiones de Matamba. El jefe de la organización criminal consideró que por sus buenos resultados y colaboración, el Padrino iba a empezar a trabajar formalmente con ellos. En las conversaciones se hablaba continuamente del pago de dinero.
Como “cuota de éxito”, Matamba pedía que se cambiaran a los agentes de inteligencia y contrainteligencia que le pisaban los talones. La Fiscalía General, en la investigación, estableció que en efecto varios agentes fueron trasladados de manera irregular.
Los operativos en su contra registraron una notable disminución y el éxito de estos cayó en picada. En los meses posteriores, el jefe de la Cordillera aumentó el tráfico de cocaína por la región de Tumaco, fortaleciendo su poder en la zona y cumpliendo con los pagos prometidos a los militares.
Desde que se sometió a la JEP en el año 2017 el coronel Robinson González del Río gozaba de beneficios como libertad condicional y un esquema de seguridad otorgado para protegerlo en su condición de comparecencia como máximo responsable por asesinatos presentados como bajas en combate, conocidos como los falsos positivos, en los casos 05 y 08.