El fallo de la Corte Constitucional sobre las corridas de toros dejó una de las discusiones álgidas del país en un limbo jurídico. El alto tribunal no decidió de fondo el asunto sino que le dio dos años al Congreso para prohibir la fiesta brava. El punto sobre el cual giraba la sentencia tenía que ver con el debate de si debía existir una excepción en la ley contra el maltrato animal a expresiones culturales como el toreo, las novilladas y las peleas de gallos. Ver: La Corte le hace el quite al debate de las corridas de torosEl Gobierno tomó la iniciativa de presentar casi inmediatamente un proyecto de ley para cumplir esa sentencia. Como dato curioso, pocas veces un documento de esta índole comienza inspirado en una frase y en este caso, el Gobierno utilizó apartes de sentencias y una frase de Gandhi para comenzar su propuesta de articulado: “La grandeza de una Nación y su progreso moral se pueden juzgar por la forma como son tratados sus animales”.El proyecto de ley consta de tan solo de cinco artículos. En el primero establece que los animales son “seres sintientes”. La implicación de considerarlos como tales es que tendrían una especial protección contra el sufrimiento y el dolor. Esto se traduce, según la exposición de motivos del proyecto de ley, en la necesidad de una regulación que elimine las corridas de toros por el daño que estas infligen en ellos.En Contexto: Así fue el regreso de los toros a la Santamaría de BogotáEn segundo lugar, el proyecto expone que la eliminación de esta práctica permite fortalecer la cultura ciudadana en pro de la paz, pues erradica una forma de violencia y construye “una sociedad basada en el respecto a la vida". Así, se pide eliminar las excepciones que tiene la ley contra el maltrato frente a quienes produzcan daño a los animales en el marco de espectáculos públicos como las corridas de toros.En tercer lugar, el Gobierno pide derogar el Reglamento Nacional Taurino y por otro lado, se pide crear oportunidades para que quienes viven hoy de esas actividades puedan tener otras oportunidades económicas.De ser aprobado este proyecto, se acabarían las corridas de toros no sólo en la Santamaría de Bogotá, también en las ferias de Cali, Manizales y Medellín, así como en más de un centenar de municipios que entre sus fiestas patronales tienen corrida de toros entre su cartelera de espectáculos. En Colombia hay 67 plazas de toros fijas donde se celebran espectáculos taurinos.Esta medida también afectaría otras prácticas culturales y deportivas como las riñas de gallos, las corralejas y el coleo.La decisión definitiva le correspondería al actual Congreso, que ya se ha pronunciado dos veces en favor de mantener la fiesta brava como tradición cultural. Una de ellas fue precisamente al mantener la excepción de estos espectáculos en la ley contra el maltrato animal, y la otra fue cuando la plenaria del Senado hundió el proyecto de Armando Benedetti que buscaba la prohibición de las corridas.Sin embargo, las banderas de la causa animalista han venido siendo empuñadas por políticos de diferentes partidos. Carlos Fernando Galán, de Cambio Radical, presentó un proyecto de ley para permitir sólo corridas de toros donde el animal no muera en público; el liberal Guillermo García Realpe presentó una iniciativa para restringir el ingreso a las plazas de toros a menores de edad.A la luz de los antecedentes, el bloque del Centro Democrático y el Partido Conservador se han declarado en contra de la prohibición, y en el Partido de la U cada senador votaría dependiendo de los intereses de sus respectivas regiones. Por ejemplo, los políticos caldenses y del Valle del Cauca estarían en contra por el impacto que podrían traer a las ferias de Cali y Manizales. El futuro de las corridas de toros pasará de la arena de la plaza al mármol del capitolio.