El bochornoso caso del exdefensor del Pueblo Jorge Armando Otálora por el supuesto abuso a una subalterna acaba de quedar clausurado para la justicia. Después de una solicitud de la Fiscalía y de la misma supuesta víctima, la Corte Suprema de Justicia precluyó la indagación preliminar que adelantaba contra el exdefensor por presunto abuso sexual. Para la corte, el exdefensor Otálora, a quien el escándalo le pasó factura y tuvo que entregar su renuncia en enero del 2016, tuvo una relación consentida con su secretaria Astrid Helena Cristancho. Y aunque esto puede ser visto como una falta ética no es de ninguna manera un delito, expresó la corte. Según el alto tribunal, en los 16 meses que Cristancho fue Secretaria de la Defensoría del Pueblo, dio muestras de afecto hacia Otálora "no propias de una persona sometida, mancillada o apabullada por el acoso de su superior". Entre las evidencias, existe una carta en la que Cristancho manifiesta: "Dicen que solo los salvajes se obsesionan con la idea de los obsequios. para muchos estas fiestas y en general esas fechas especiales son el resultado de una idea económica de movilidad del mercado, para mi es la oportunidad de dar algo de mi cariño a personas que son especiales en mi vida. Por eso me detengo a pensar qué es eso que mi persona especial disfrutaría, necesita o desea, y luego de un análisis minucioso tomo la decisión. No siempre acierto, pero siempre lo hago con mucho amor. Con amor, Astrid Helena". Junto a la nota, la corte cuenta con las declaraciones de la empleada del servicio de la casa de Otálora. Ella aseguró que la distinguía por sus constantes visitas, varias veces la vio en el apartamento Otálora con pijama al amanecer. Testimonios de amigos en común o el propietario de un restaurante que frecuentaban acreditaron también la existencia de esta relación. El libro de ingresos al apartamento de Otálora también lo confirma, a pesar de que ella tomaba precauciones para no ser identificada. "Cómo es posible que un comportamiento acreditado por tantos e incuestionables materiales de prueba puedan ser la manifestación de una sumisión provocada por el maltrato, el hostigamiento o el producto de una debilidad que los peritos de Medicina Legal dijeron que no tiene".En declaraciones de Cristancho, la corte precisa que ella admitió que fue halagada con obsequios y que fue complacida con un viaje al exterior. Aunque la Corte asegura que sería inconsecuente, de acuerdo con la delcaración de Cristancho, concluir que en el primer encuentro sexual entre ella y Otálora no hubo aprovechamiento de las condiciones de inferioridad. En ese momento comenzó una relación en la que se puede "inferir que primó el consentimiento sobre el abuso y la voluntad sobre la amenaza". Adicionalmente, indicó que ante una situación como la descrita la reacción es de repudio. Sin embargo, este no fue el caso: "No es explicable que la víctima termine después de este bochornoso acto en brazos del agresor y continúe durante año y medio exprensando muestras de afecto que corresponden a demostraciones de relaciones normales". Cristancho, dice la corte, confirmó la existencia de estos encuentros sexuales así como también se refirió al fuerte temperamento de su jefe con ella y las demás personas que eran subordinadas. "Contó que entraba en las noches subrepticiamente al apartamento de su jefe, otras veces dijo que concurrió a su habitación con fines sexuales y también en ciudades a las que iban por cuestiones de trabajo. Siempre asegurándose de no ser sorprendida en sus visitas furtivas. También contó que en otras ocasiones se sintió halagada, complacida y realizada como mujer".No obstante, una vez se enteró de que otros funcionarios de la Defensoría habían hecho público su malestar por el trato descortés de Otalora, hizo lo mismo en los medios de comunicación, asegurando que fue objeto de ese tipo de agresiones y de insinuaciones sexuales que tuvo que aceptar dado el acoso al que fue sometida.  Con estas conclusiones, la Corte, con ponencia del magistrado Luis Hernández tomó la decisión de precluir la investigación en contra de Otálora. La Procuraduría había tomado el mismo camino frente a las indagaciones disciplinarias que adelantaba.