Pasaron más de seis meses desde la confesión que realizaron los testigos estrella del saqueo y corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), para que la Corte Suprema de Justicia —con base en las pruebas— iniciara la apertura formal de investigación contra dos de los principales salpicados en este escándalo: los expresidentes de Senado, Iván Name, y de Cámara, Andrés Calle, quienes presuntamente habrían recibido 4.000 millones de pesos para favorecer el trámite de las propuestas de gobierno del presidente Gustavo Petro.

Con nombre propio, fueron señalados Name y Calle por el exdirector de la UNGRD, Olmedo López, y el exsubdirector Sneyder Pinilla, quienes habrían sido los encargados de viabilizar ese dinero, según señalan, por órdenes directas de altos funcionarios de la Casa de Nariño, como el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y exsecretario del Dapre Carlos Ramón González.

Por estos hechos, y con un fuerte arsenal probatorio en contra de Name y Calle —entre los que se encuentran chats, ubicaciones, lugares de entrega del dinero, intermediarios—, les fue abierta la investigación por los delitos de cohecho impropio en calidad de autores, peculado por apropiación en favor de terceros agravado, en calidad de autores.

La confesión la hizo el mismo Pinilla en entrevista con SEMANA, en la que contó cómo se repartió el dinero: 1.000 millones de pesos que habrían sido llevados por él hasta el apartamento de Andrés Calle, en la ciudad de Montería, en el edificio K72.

“Es ahí cuando nace el contrato de los carrotanques, para poder entregarles a estas dos personas, al doctor Name y al doctor Calle… La orden de proveeduría se hace el 12 de octubre (2023), en un par de horas. Lo que yo hago es que le digo a un contratista que es de la Unidad: ‘Venga, hágame un favor, présteme 4.000 millones de pesos’… Ese contratista me presta los 4.000 millones y son los que yo posteriormente entrego. Había un afán muy grande de entregar el recurso, pero yo no había encontrado la forma de hacerlo, claro, porque no teníamos presupuesto”, confesó Pinilla.

La transacción con el entonces presidente de Senado, Iván Name, se habría realizado en Bogotá, por 3.000 millones de pesos, y en dos entregas en días consecutivos.

Las pruebas: soportes de chats, de ubicación real con fotoceldas, diálogos y citas para la entrega del dinero fueron aportadas una a una tanto por Olmedo López como por Sneyder Pinilla. Para esa supuesta compra de conciencia, como lo sabe el país, se habría utilizado a la entonces consejera para las regiones, Sandra Ortiz, como “mensajera”.

Luego de que Olmedo López, siendo director de la UNGRD, le dio la orden a Sneyder Pinilla para buscar el dinero, este fue entregado, como anticipo, por el empresario pastuso Luis Eduardo Rosero, quien accedió a darlo sabiendo que le iban a entregar, a dedo, el contrato para la compra de los 46 carrotanques para llevar agua a La Guajira, por más de 46.000 millones, con sobrecostos.