La Corte Suprema de Justicia pasó en menos de cinco semanas de citar a la lectura de una sentencia anticipada al excongresista David Char a llevarlo a juicio por parapolítica. Cuando se creía que iba a negociar con el alto tribunal, Char suspendió cualquier colaboración hasta que la nueva Jurisdicción de Paz se pronunciara de manera definitiva sobre si lo aceptaba o no. Sin embargo, la estantería jurídica del excongresista se vino al suelo luego de que la Sala de Definiciones Jurídicas de la JEP le dio un portazo negándole el ingreso. Con ello, cayó también su intención de colaborar con la justicia y, por ahora, no le representará ningún beneficio. Este miércoles, el alto tribunal llamó a juicio a David Char por los delitos de concierto para delinquir agravado y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego y municiones de uso privativo de las Fuerzas Armadas. El caso está relacionado con la supuesta ayuda que recibió del frente José Pablo Díaz de las Autodefensas, para que en el año 2012 pudiera alcanzar su primera curul en la Cámara de Representantes. Al dictar la medida de aseguramiento en contra del excongresista, la Sala Penal de la Corte aseguró que existió una concertación criminal entre los paramilitares y Char, que comenzó en el año 2000 y terminó en 2006. Esta tenía por objeto que lo apoyaran en sus pretensiones electorales a cambio de respaldar los intereses que tenía esa organización criminal en el Congreso. Puede leer: El polémico ‘estímulo a buena conducta‘ que le concedieron a David CharUna vez llegó logró su curul, dice la Corte, se concertó con las AUC para recibir apoyo a su campaña al Senado (periodo 2005-2009), y para ello realizó gestiones ante la empresa ACODENSA, de propiedad de su familia. Según el alto tribunal, tramitó la entrega de 8.500 millones de pesos al frente José Pablo Díaz. Además, habría suministrado entre finales de 2005 y comienzos de 2006 una caja de munición explosiva a Édgar Ignácio Fierro Flórez, el comandante militar del frente.La detención de Char se convirtió pronto en un dolor de cabeza para la corte, que tuvo que pararse en la raya y ordenarle al Inpec que revocara el envío del excongresista al Comando Aéreo de Combate del municipio de Malambo. Una vez estuvo de regreso en la cárcel La Picota de Bogotá, la defensa del exrepresentante inició acercamientos con la corte para hacer una supuesta aceptación parcial de cargos. Pero sus anuncios no se cumplieron dado que cuando fue citado para sentencia anticipada, la defensa de Char le manifestó que estaba a la espera de un cupo en la nueva jurisdicción de paz. Ante la JEP, Char se comprometió a colaborar con información sobre financiadores de los grupos paramilitares en la costa, incluyendo su propio caso. Pero ni la gravedad de las conductas delictivas que se le imputan a Char ni sus enunciados de colaboración pudieron convencer a la JEP de la importancia de tenerlo bajo su competencia. Para la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, no existe evidencia de que los aportes de Char a la organización constutuyeran una participación activa o determinante en la comisión de los crímenes de los paramilitares, lo que descarta una relación directa o indirecta con el conflicto armado. Tampoco considera que hay prueba de que sus conductas se cometieron con ocasión del conflicto, que su propósito hubiera sido el de fortalecer a un actor armado para que ganara la guerra y mucho menos que las confrontaciones entre grupos armados hayan sido el motivo para valerse de los paramilitares para tener acceso al Congreso de la República. Puede leer: Capturan a David Char, primo del alcalde de Barranquilla, por orden de la Corte SupremaFrente a los hechos que se le endilgan siendo parlamentario, la JEP considera que Char no apoyó hostilidades ni respaldó con sus acciones que se mantuvieran las condiciones de los paramilitares como actores del conflicto armado; tampoco hay evidencia de que en ese periodo, en el cual fue agente de Estado, hubiera contruibuido a que ese grupo ilegal tuviera alguna ventaja militar. En relación con las municiones que Char entregó al grupo paramilitar, él admitió ante la corte ser tenedor de armas de fuego, en especial, escopetas y ametralladoras, lo que indica que por su afición y no por su simpatía con el grupo paramilitar, tenía acceso a elementos bélicos. En síntesis, dice la JEP, "el congresista tenía como propósito sacar provecho personal pero no favorecer una estructura criminal". "Tales conductas afectaron la seguridad pública pero no fueron determinantes en la capacidad de los paramilitares como actores del conflicto armado interno, pues no consolidaron su hegemonía y control en el departamento del Atlántico, ni contribuyeron a que obtuvieran ventaja militar frente a las fuerzas insurgentes, que es lo que le compete a esta jurisdicción".Con el no de la JEP, Char tuvo que volver ante su juez natural que es la Corte Suprema de Justicia, en donde ya le tenían listo el documento de llamamiento a juicio. En su expediente quedó un listado de recursos judiciales perdidos. Y ahora deberá enfrentar, desde la cárcel La Picota de Bogotá, sus deudas con la justicia.