Colombia tiene más de 50 millones de habitantes, y el Plan Nacional de Vacunación contra la covid-19 busca que 35 millones de ellos estén completamente vacunados para fin de año. La meta se fijó con base en la teoría de que para lograr la inmunidad de rebaño era necesario alcanzar al 70 por ciento de la población. Aunque ese panorama cambió por cuenta de la variante delta, el umbral sigue siendo el mismo.

El 17 de febrero se aplicó la primera vacuna en Sincelejo. La enfermera Verónica Machado puso su brazo, y, ante el lente de cientos de cámaras, el presidente Iván Duque celebró el paso que significaba la puesta en marcha del Plan Nacional de Vacunación. Ese mes solo fueron aplicadas 4.856 dosis; el sistema de salud apenas estaba aprendiendo cómo era la preparación e inyección de estas, así como la distribución y la cadena de frío, entre otras medidas que hoy parecen entendidas.

Así, semana tras semana, la curva ascendió y, entre picos y caídas, el proceso avanzó. En marzo, las inyecciones sumaron 2.107.410, con 67.981 diarias; en abril, 2.743.079, con 91.436 al día; en mayo, 5.105.652, con 164.698 diarias; en junio, 8.189.621, con 272.987 al día; y en julio, 8.719.770, con un ritmo diario de 298.149. Fuera de los promedios, en julio y agosto se alcanzaron récords de más de 500.000 dosis diarias aplicadas, dando un impulso grande al plan.

La caída de la velocidad comenzó en agosto cuando se aplicaron 259.610 dosis en promedio al día y 7.514.588 en total. Todavía está por verse cómo terminó septiembre, pero el promedio diario rondó las 160.000 dosis diarias y probablemente se pusieron menos de 5 millones de dosis. Las demoras en las entregas de las compañías farmacéuticas tanto a Colombia como a Covax retrasó todo, a pesar de que el país compró 76 millones de dosis y ya ha recibido más de 6 millones por donaciones.

En total, se han inyectado 40.404.815 dosis, y 16.929.789 personas tienen sus esquemas de vacunación completos, según el corte del 29 de septiembre. Esto muestra un porcentaje de 33,8 por ciento de la población total del país, unos 51 millones de personas, y 47 por ciento de la meta de 35 millones.

Aunque cada dosis aplicada es un paso hacia adelante, los esquemas completos son fundamentales para asegurar la protección, como lo explica el doctor en salud pública Luis Jorge Hernández. Si bien reconoce los avances del Gobierno y de las entidades territoriales, EPS e IPS, recuerda que una persona se considera protegida de verdad después de 14 días de haber recibido el segundo pinchazo.

Si el país pretende llegar a 35 millones de personas con esquemas completos para el 31 de diciembre, las entidades territoriales y el Gobierno deberán trabajar lo suficiente como para que más de 23 millones de personas reciban la segunda dosis en los próximos 90 días.

Nuevos estudios estadounidenses publicados el viernes 10 de septiembre de 2021 muestran COVID -19 vacunas siguen siendo altamente efectivas, especialmente contra hospitalizaciones y muerte, incluso contra la variante delta extra-contagiosa. (Foto AP / Jae C. Hong) | Foto: Copyright 2021 The Associated Press. All rights reserved.

Aproximadamente, el ritmo tendría que subir a por lo menos 265.000 segundas inyecciones diarias. Además, dado que todavía hay más de 9 millones de habitantes susceptibles de primeras dosis de acuerdo con la meta decembrina, el Ministerio de Salud espera que el ritmo diario de aplicación de primeras dosis en octubre sea de 319.669 a fin de llegar a la meta de diciembre.

A todo esto se suma que a partir del 1 de octubre comenzaron a ponerse las dosis de refuerzo para mayores de 70, después de seis meses de la segunda, y para las personas inmunosuprimidas, al menos 30 días después de haber terminado el esquema básico. Las primeras con esquemas completos suman más de 2,6 millones y seguirán aumentando, pues se trata de un grupo con alta cobertura, compuesto por más de 3,1 millones de habitantes. Las personas con inmunosupresión no suman un millón. Esto significa que el ritmo tendría que ser aún mayor para suplir ambas necesidades.

Hernández ve posible la mejora en el ritmo si durante octubre llegan suficientes vacunas, pues Colombia tiene la capacidad. “Sin embargo, así como vamos no se va a lograr”, sostiene el también director de Investigaciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de los Andes.

El doctor en epidemiología Jaime Ordóñez es menos optimista. Para él, es poco probable que se alcance dicho objetivo, a pesar de que reconoce las competencias del país. De cualquier manera, resalta algo que el Ministerio de Salud admitió en un informe de su oficina de Epidemiología y Demografía: el concepto de inmunidad de rebaño, en el que se basó para poner la meta del 70 por ciento, se logrará realmente solo con el 90 por ciento o más de la población completamente vacunada o por lo menos con inmunidad natural, por cuenta de la variante delta.

Por su parte, el epidemiólogo Leonardo Núñez ve lejos la meta de los 35 millones de esquemas completos no solo por la escasez de vacunas, provocada por las demoras de las farmacéuticas en distintos momentos, sino también por la cantidad de habitantes que no se han aplicado las inyecciones, a pesar de tener la posibilidad, pues son aquellos que temen o tienen dudas.

Con todo, el Ministerio de Salud en respuesta a SEMANA señaló que se ha vuelto a incrementar la disponibilidad de vacunas en el país, y que eso asegura el Plan Nacional de Vacunación y la meta del 70 por ciento. Explicó que los problemas de suministro de Moderna son mundiales, aunque todo parece indicar que ya han sido mayormente solucionados. “Colombia tiene una disponibilidad diversa de vacunas por varios mecanismos que permitirá asegurar la cantidad necesaria para cumplir la meta”, agregó la cartera.

Un punto en el que concuerdan algunos expertos es en que la comunicación del riesgo debe mejorar. Si bien el Ministerio de Salud y las entidades territoriales se han encargado de repetir una y otra vez que las vacunas son seguras y eficaces, las estrategias deben ir más allá, y, de hecho, es algo que la cartera les ha pedido a EPS, IPS y autoridades sanitarias en los distritos, municipios y departamentos. Incluso, ha insistido en la importancia de hacer búsqueda activa de aquellos ciudadanos con preguntas o miedos para que se apliquen el biológico.

Las razones del Gobierno para hacer estos llamados se basan en que varias entidades territoriales están “quedadas” en aplicación de dosis. No coincidencialmente, muchas son aquellas con problemas de orden público o áreas rurales dispersas, que hacen difícil el acceso de los equipos vacunadores. En estas el Gobierno pretende que se apliquen mayoritariamente biológicos de Janssen debido a la facilidad para su manipulación y a que por ser unidosis permiten completar esquemas con un solo trayecto.

Por lo anterior, el Ministerio de Salud empezó el acompañamiento a 18 territorios para acelerar el plan. Estos son Arauca, Atlántico, Bolívar, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, La Guajira, Magdalena, Santa Marta, Meta, Nariño, Norte de Santander, Sucre y Buenaventura.

De lograrse una mejoría en el ritmo de esas zonas y que las farmacéuticas cumplan con sus promesas, Colombia sí podría alcanzar la meta prometida para fin de año, aunque el camino no será fácil. Sin embargo, el país deberá comprender que las medidas de bioseguridad tendrán que seguir, incluyendo el tapabocas y los espacios ventilados, y que el cumplimiento o no de esa meta no significa el fin de la vacunación, que, sí o sí, tendrá que seguir en 2022.