Hace dos años la senadora del Centro Democrático, Paloma Valencia, fue crucificada en redes sociales por un tuit que sonó despectivo y racista. Se trataba de una propuesta en medio de las tensiones por las protestas y ocupación de haciendas que lideraban los indígenas que reclaman territorios ancestrales en el norte del Cauca.Básicamente lo que propuso la senadora fue dividir en dos el Cauca, “Propongo un referendo o una consulta para que el departamento del Cauca se divida en dos. Un departamento indígena y otro para los mestizos”. Se armó la de Troya y la propuesta quedó en el olvido.Pero este portal conoció que actualmente avanza una inicativa en ese sentido y que daría origen al departamento número 33 de Colombia. Este estaría conformado por 13 municipios del norte del Cauca. Es decir, tal como lo propuso la senadora Valencia en 2015, tecnicamente sería un departamento para los mestizos y otro para indígenas y negros.Puede leer: La nueva guerra en el CaucaPero esta vez la propuesta es liderada por la Asociación de Consejos Comunitarios del Norte del Cauca, Aconc, junto a otros líderes y organizaciones sociales de la zona. El proyecto llegaría al Congreso con estudios y argumentos fiscales para tratar de que se apruebe bajo el mecanismo de vía rápida o fast track.Semana.com supo además que el argumento principal para tramitar esa iniciativa por fast track consiste en que esos municipios del Cauca han sido los más golpeados por el conflicto armado colombiano y como tal la autonomía administrativa y política podría ser considerada como una forma de reparación integral a las víctimas que viven en esa región.La propuesta es liderada por Clemente Lucumí, exalcade de Buenos Aires y exdirector ejecutivo de la Asociacion de Municipios del Norte del Cauca, “justamente los municipios de la zona son los más afectados por el conflicto armado y prueba de ello es que tenemos 70.000 víctimas registradas”, argumentó el señor Lucumí.Le puede interesar: Todas las guerras conducen al CaucaPara algunos la iniciativa puede sonar a una leguleyada o pasar como los famosos ‘globos‘ que muchas veces sueltan los políticos, similar al que puso a volar hace unos días en Antioquia el diputado de La U, Norman Correa Betancur, al proponer que su departamento tenga autonomía en la gestión de recursos, o sea que funcione como una región federal.Sin embargo, para líderes de estas comunidades negras del norte del Cauca la idea no parece lejana y mucho menos descabellada, “si fallamos por el mecanismo fast track, lo haremos a través de una consulta popular”, explicó Víctor Hugo Moreno, presidente de Aconc.La realidad es que en Colombia no existen reglas claras sobre los mecanismos para la creación de nuevos departamentos, ya sea nuevo o por la segregación de uno o más territorios. Si bien la Constituciòn de 1991 delegó en el Congreso esas reglas y que debían quedar consignadas en la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, en la actualidad no existen esos parámetros legales sobre lo que se debe hacer y los requisitos que se deben cumplir.La única directriz que existe al respecto la profirió el Consejo de Estado en noviembre de 2013, en respuesta a una consulta formulada por el Ministerio del Interior. Allí quedaron dos cosas claras: que no existe en la Ley Orgánica que reglamenta los procedimientos legales para crear nuevos departamentos ya sea por desmembramiento de un ente territorial o la segregación de otros; que pese a ello el Congreso tiene la facultad para hacerlo, previa consulta popular.¿Es viable?La iniciativa de crear un nuevo departamento en el norte del Cauca podría tener viablidad jurídica y social, pero aún no es seguro si cuenta con el respaldo político. Para entender mejor el contexto de una iniciativa de semejante envergadura hay que recordar que ese departamento tiene 42 municipios y 13 de ellos están localizados en el norte. Se estima que en Cauca viven 1‘400.000 personas y el 40 por ciento de esa poblaciòn la integran minorías étnicas: indígenas y negros.Lo sorprendente es que la mitad de esas minorías vive en el norte del Cauca (115.000 indígenas y 135.000 negros). Sumado a ello, esas etnias poseen el 40 por ciento de los 3 millones de hectáreas de tierra que componen la región. De ahí que los promotores de la idea consideran que socialmente una consulta popular pasaría sin tropiezos. Consulte: La eterna disputa entre indígenas y propietarios de tierras en el CaucaAdemás, la zona norte del departamento ya demostró con hechos concretos su tradición independentista. Prueba de ello es que cuatro de sus poblaciones (Padilla, 1965; Suárez, 1989;, Villa Rica, 2001 y Guachené, 2007) eran corregimientos que fueron segregados de otros municipios.El verdadero escollo de la iniciativa sería el político y por razones fiscales y electorales. En lo fiscal la explicaciòn es sencilla: las tierras del norte del Cauca hacen parte del aparato productivo agroindustrial de la regiòn y el país. En ese territorio existe un triángulo económico movido por un Parque Industrial, tres zonas francas y cerca de 90.000 hectáreas sembradas con caña para abastecer los ingenios azucareros.Lea: Una pelea sin fin en CaucaY el electoral radica en que esos 13 municipios del norte aportan en promedio 140.000 votos, según datos de las elecciones al Congreso en 2014.Asi las cosas, si los promotores logran que los congresistas respalden la iniciativa, es probable que en algunos meses se hable en serio del departamento número 33 de Colombia, y el primero que tendría su origen gracias al proceso de Paz con las Farc.