Hace algunos días se repitió la historia en La Mojana: se rompió el dique en la margen derecha del río Cauca, específicamente en el sector conocido como Cara de Gato.
La situación de las lluvias atípicas de agosto ya tenía en aprietos al sur de Bolívar, parte de Córdoba y otra parte de Sucre. Pero este rompimiento aumentó la incertidumbre y puso en aprietos a los sectores agrícolas, a los ganaderos y a los habitantes de varios municipios que han perdido pertenencias o que tienen aún su vivienda llena de agua, una historia que ya se vivió hace una década.
Ante la contingencia, que continúa tras una semana, la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán) alertó por el estado en que se encuentran los campesinos en esta región del país, pues han perdido cientos de animales y muchos debieron salir de sus fincas a deambular con los bovinos para poder alimentarlos y evitar su ahogamiento.
El coordinador del gremio en Córdoba, Leonardo Fabio de las Salas, señaló que “el rompimiento del jarillón por las crecientes del río Cauca en el punto denominado Cara de Gato puso en alerta a toda la población de la zona baja de Ayapel (Córdoba) que en un 80 % está integrada por pequeños y medianos ganaderos. A partir de ese momento comenzó la romería de ganados por agua y tierra. Es desgarrador el testimonio de los ganaderos que deambulan con sus animales sin un destino fijo. A la buena de Dios, como ellos dicen, continúan su travesía hasta encontrar un predio en tierra alta donde les dejen alojar sus animales, sin importar los costos de los pastos, porque desafortunadamente los que tienen espacios especulan con los precios”.
En medio de esta crisis que se extiende por toda La Mojana está Ayapel, uno de los municipios ganaderos más grandes de Córdoba y el que tiene el censo bufalino más amplio del país.
En el municipio hay registros de una población de 156.000 bovinos y 34.000 bufalinos distribuidos en 1.444 predios. De estos, 864 predios están ubicados en la zona baja los cuales en un altísimo porcentaje se ven afectados por las crecientes de los ríos Cauca y San Jorge, en ellos hay alrededor de 108.000 animales (búfalos y bovinos).
Las situaciones relatadas por el gremio son poco alentadoras. La vía que por tierra comunica la cabecera municipal de Ayapel hacia el corregimiento Pueblo Nuevo Popales (que comunica hacia parte de la zona baja) está intransitable desde el sábado pasado, destaca Fedegán, pues son miles de cabezas de ganado, camiones, tractomulas y motos que con el paso de las horas se incrementan y deterioran cada vez más este carreteable donde algunos puentes ya comienzan a colapsar.
Una de las preocupaciones es la caída de los precios del ganado en esta región y la forma en que la necesidad puede llevar a los ganaderos a vender sus animales, casi a pérdida.
“Hay oportunistas compradores que aprovechan la tragedia que se vive y regulan los precios a su favor”, relató Elkin de Jesús Arango, miembro de la Federación en Córdoba. Recordó que con la tragedia de hace una década Ayapel tuvo una disminución de cerca de 40.000 animales. “Esta vez, con seguridad, será mayor, pues los censos son superiores a ese entonces. La recuperación de las fincas tardará varios años, pues la corriente, como hace diez años, arrasará con toda la infraestructura (casas, corrales, divisiones de potreros). Los árboles, arbustos y pasturas desaparecerán, pero entonces los mojaneros –tercos y aferrados a su tierra y sus tradiciones– tendrán la gallardía de empezar de ceros nuevamente”, dijo.
Hace algunos días, el ministro del interior, Daniel Palacios, anunció que el Gobierno invertirá $20.000 millones para la construcción de un dique que evite futuras inundaciones en La Mojana. El funcionario aseguró que lo ocurrido en el río Cauca no debe repetirse y por eso la millonaria inversión.
“El Gobierno nacional hará una inversión de más de $20 mil millones en un proyecto que se demorará alrededor de 120 días, para una obra de construcción de un dique mucho más fortalecido para esta zona y evitar futuras inundaciones”, anunció Palacios.