Atemorizada se encuentra la población en Barranquilla, especialmente el gremio de transportadores, por los atentados que se están registrando contra ellos.

El primer asesinato que conoció la opinión pública se presentó el pasado 23 de julio. La víctima fue identificada como José del Carmen Hernández Padilla, quien murió tras recibir varios impactos de bala.

El homicidio se presentó en la vía La Cordialidad, a la altura del barrio El Romance, en el suroccidente de Barranquilla.

Se pudo establecer que Hernández Padilla, quien trabajaba para la empresa Coolitoral, transitaba por la calle 99 con carrera 6 cuando fue abordado por dos sujetos armados. Los delincuentes subieron al vehículo con intenciones de cometer un hurto, lesionaron al conductor con arma de fuego y posteriormente se dieron a la huida en motocicleta.

La víctima fue auxiliada por la comunidad. Una ambulancia llegó al sitio y lo trasladó a un centro asistencial, pero desafortunadamente ingresó sin signos vitales.

Unas 48 horas antes de ese caso se había reportado el asesinato de otro conductor, quien respondía al nombre de José Hernández Borja. Sicarios en moto le dispararon, el herido alcanzó a bajarse del bus, pero cayó en el andén.

Y ayer, domingo 31 de julio, Un conductor de la empresa Transmecar S.A.S, identificado como Jhon Pardo, fue asesinado mientras cubría una de sus rutas en el barrio Manuela Beltrán del municipio de Soledad, Atlántico.

El Brigadier General Luis Carlos Hernández Aldana detalló que un hombre, quien se encontraba en un paradero, simuló detener el bus para abordarlo como pasajero, en ese momento habría accionado el arma de fuego con el que asesinó a Pardo.

El panorama criminal que se ha registrado contra los transportadores ha suscitado dos paros vehiculares. El primero fue anunciado el jueves 28 de julio, y se extendió aproximadamente por dos días. Este lunes, algunas empresas como Transmecar, Transalfa, Transalianco, Lolaya y Cochofal volvieron al cese de sus actividades en señal de protesta, pero también por miedo.

Por su parte, las autoridades aseguran que los victimarios están identificados. Los responsables de estos asesinatos pertenecerían a una estructura delincuencial conocida como los Rastrojos Costeños, al mando de su cabecilla alias Negro Ober.

En un primer momento, trascendió que los homicidios se estaban perpetrando como represalia de alias Negro Ober tras ser señalado como responsable del asesinato de un hombre, cuyo cuerpo apareció desmembrado en dos barrios de Barranquilla.

A esa hipótesis se le suma otra que está vinculada a las prácticas extorsivas y que involucran a otros cabecillas conocidos con los alias de Borré, Otón, Cachetes y Tommy Masacre.

Durante un consejo de seguridad, efectuado en la capital del Atlántico, se determinó adicionar al cartel de los más buscados a dos delincuentes con una recompensa de hasta $500 millones de pesos: alias Digno Palomino y Castor, quienes también estarían detrás de las llamadas extorsivas.

De igual forma, desde el pasado viernes se puso en marcha la estrategia Rutas Seguras, con la cual se busca la disrupción de todos los delitos.

“Se tendrá un dispositivo de acompañamiento a 90 rutas de buses de servicio público, adscritos a 26 empresas. En total, son aproximadamente 200 kilómetros de vías que contarán con el dispositivo de seguridad conformado por alrededor de 702 hombres y mujeres de la Policía Metropolitana con apoyo de unidades de la Región de Policía No.8″, informó la institución.

Hasta el momento 3 personas han sido capturadas, señaladas de participar en algunos de los atentados.