El gas natural cumple hoy un papel clave en la transición hacia las energías renovables y en la superación de la pobreza energética. En esto coincidieron los panelistas invitados al foro ‘Retos y perspectivas del gas natural en Colombia’, organizado por Foros Semana y Canacol Energy, con el apoyo de Naturgas. También estuvieron de acuerdo en que además del impulso a proyectos de inversión de infraestructura energética asociados a este, es clave seguir avanzando en la descarbonización y en la promoción de su uso para contribuir a la movilidad sostenible, especialmente del transporte de carga y de pasajeros.

La Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) proyecta que la energía y el gas natural serán los protagonistas de la matriz energética en el 2050, sustituyendo al carbón y los combustibles fósiles. Por eso, desde Naturgas se hizo un llamado a que el Plan Energético Nacional sea realista en el tiempo y responda a las condiciones energéticas, sociales y ambientales del país. “Se tienen grandes ventajas comparativas en lo que será el potencial de hidrógeno verde y azul en Colombia que permitirá el fortalecimiento del sector”, aseguró Andrés Sarmiento, presidente (e) de Naturgas.

Sin embargo, el Gobierno advirtió que las reservas de gas en Colombia siguen disminuyendo. El ministro de Minas y Energía, Diego Mesa Puyo, dijo que al inicio de este gobierno se calculaban en 11,7 años, pero ahora están a solo 8 años. Una realidad que preocupa, pues “8 de cada 10 familias usan el gas todos los días para cocinar sus alimentos. Además este es un combustible que se utiliza en el sector industrial y comercial”, agregó el ministro. Esta situación abre la puerta a la posibilidad de importar gas, a través de proyectos como la regasificadora del Pacífico.

Desde distintas orillas se rebatió esta propuesta, con el argumento de que el elevado costo de dicho proyecto sería financiado por todos los colombianos, y se recalcó que el país posee inmensos recursos de gas natural que se encuentran en el subsuelo y pueden ser explotados de manera responsable.

Por un lado, Canacol y Asoenergía señalaron que esta propuesta encarecería el gas natural, y sería un motivo para que “los usuarios busquen combustibles fósiles que son contaminantes y acabaría con el discurso del gas como el combustible de la transición energética”, puntualizó Jorge Linero, presidente de Canacol. Y agregó que la meta anunciada por el Gobierno de reducir en un 51 por ciento los gases efecto invernadero para 2030 no se cumpliría.

A las cifras sobre las reservas de gas presentadas por el Gobierno, se sumaron las de las estimaciones de la Upme y de la de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), según las cuales en el 2024 habrá un déficit de gas natural de uso residencial y en las centrales térmicas que generan energía en algunas zonas del país.

El senador Jorge Robledo criticó al Gobierno por la inconsistencia en las cuentas de las reservas. “Si Colombia tiene que importar gas el día de mañana porque lo necesita, habrá que hacerlo. Pero si hay reservas, y se hace la importación, es una derrota”. Por su parte, el senador José David Name señaló que desde la Upme y la Creg están creando la “tormenta perfecta” para construir esta planta.

Desde Naturgas se pidió aplazar su construcción hasta resolver los cuestionamientos sobre los costos, su entrada en operación y el impacto en la demanda. Aunque entidades como la Transportadora de Gas Internacional (TGI) han mostrado su apoyo a la construcción de la planta, advierten que se deben revisar todas las posibilidades para garantizar el abastecimiento y el respaldo a las centrales térmicas. Finalmente, Sandra Fonseca, directora ejecutiva de Asoenergía, concluyó que es necesario entender para qué, para quién y cuándo se construiría la planta y en esa medida definir la viabilidad del proyecto.