SEMANA: Andercop, asociación de 900 colegios, anunció que no volverá a clase por el resto de 2020. ¿Qué posición tiene el resto de agremiaciones de instituciones privadas? Fernando Vita: Andercop hace parte de nuestra mesa, pero nosotros no hemos tenido una decisión unificada en cuanto a los lineamientos publicados por el Ministerio de Educación, en los cuales se dice que las entidades territoriales son las que tendrán la última palabra. Entonces, todos asumimos un papel prudente esperando la evolución de la situación de cada región, pues dependiendo de los contagios en cada ciudad se puede vivir una situación diferente. La decisión de Andercop nos parece apresurada. En especial, hacer un pronunciamiento de esa forma, pues no todos los colegios vamos a tomar esa vía.

Semana: Andercop dice que no volverán a clases porque los padres no enviarían a los hijos. ¿Puede pasar lo mismo en colegios de otras asociaciones? F.V.: Ellos basan su decisión en una encuesta. Hay que mirar la forma en que se hizo. Los padres están actuando con la sensación de lo que está sucediendo hoy, pero no están proyectando lo que sucederá en agosto. Entonces, si uno les pregunta hoy ¿ustedes regresarían?, la respuesta es evidente porque están asustados. El miedo está guiando las decisiones, pero eso no quiere decir que en agosto la situación será igual. La decisión hay que tomarla en la oportunidad y en el momento en que las cosas sucedan. Semana: ¿Cómo reciben los lineamientos del Ministerio de Educación para retomar las clases? F.V.: Es un documento muy bien elaborado, en el que se han puesto todos los elementos necesarios para preservar la salud de los niños. Además, nos da la posibilidad de tener un modelo flexible: no solo actuar pensando en la pandemia, sino en modelos que favorezcan el aprendizaje de los muchachos de aquí en adelante. En los lineamientos, varias cosas implican inversiones para muchos colegios, sobre todo en infraestructura, que definitivamente no tenían en sus planes. La discusión no es si los colegios quieren o no volver a clase, sino si realmente pueden porque sí tienen las condiciones. Algunos querrán volver y no podrán cumplir los protocolos, y otros sí podrán hacerlo. Un ejemplo, la norma NSR-10 relacionada con la resistencia de las estructuras de los colegios: se debería estar cumpliendo hace casi diez años, pero hoy en día varios establecimientos educativos no lo han podido hacer. SEMANA: En los lineamientos, algunas exigencias parecen difíciles de cumplir en un colegio, como respetar la distancia mínima entre estudiantes. ¿Qué tan viables son, teniendo en cuenta el ambiente escolar? F.V.: El documento da flexibilidad para que cada colegio, de manera autónoma, pueda diseñar su propio modelo. Desde ese punto de vista, yo creo que todos, de una manera u otra, van a poder cumplir. Pero tendrán que ser muy creativos. Si la respuesta es que tengo poco espacio, habría que reducir a la mitad la capacidad del colegio. Si antes cabían 40, ahora debo hacer que haya 20. Si uno no hace la rotación de estudiantes de manera adecuada, posiblemente pueda cuadrar los espacios. Lo otro son los protocolos para tener en cuenta en los momentos de descanso y recreos porque será difícil hacer cumplir el distanciamiento, pero sin duda es importante que los estudiantes vuelvan a tener ese contacto social.

Semana: Surge mucha incertidumbre entre los padres, que desde ya dicen que no enviarán a sus hijos al colegio porque en agosto el riesgo de contagio será alto. ¿Es prudente retomar las clases presenciales para esta fecha? F.V.: En Colombia todos nos hemos vuelto epidemiólogos. Todo el mundo habla de aplanar la curva y el pico, y del contagio, pero realmente no conocemos muy bien de lo que estamos hablando. Yo me atengo a las estadísticas oficiales. No podemos especular sobre unas cifras o sobre si puede haber un pico en determinado momento. A los padres les digo que en este momento el gran enemigo es el miedo. Sé que ellos tienen la última palabra sobre si enviar o no a sus hijos, pero hay que confiar en las instituciones educativas que de la manera más responsable posible van a tratar de crear las condiciones para volver a las aulas. Semana: ¿Qué opina del modelo de alternancia que propone el Gobierno? F.V.: Debemos asumir este modelo a largo plazo. No se debe pensar en que es una situación que durará un par de meses y entonces solo diseñar unas actividades mientras se vuelve a la normalidad. Debemos pensar que este es un escenario permanente que nos va a acompañar durante el año escolar completo. Desde ese punto de vista, hay que rediseñar y reestructurar los programas y los currículos en los cuales uno fortalece las actividades presenciales, y ver las que puedan hacer de manera virtual o de manera alternativa. En el Colegio Italiano, donde soy rector, vamos a manejar el 50 por ciento. Cada grupo tendrá dos semanas de presencialidad por dos de virtualidad. La duración horaria tiene que ser distinta. No es lo mismo una hora presencial que virtual. Pedagógicamente es distinto. Semana: ¿Sería viable hablar de aprobación general para los colegios de calendario A tal y como hicieron en Italia? F.V.: En Italia, el 99,5 por ciento de la educación es pública a diferencia de aquí. Entonces, se rigen por un esquema de valoración y evaluación casi único y una orden ministerial permite esa aprobación. Acá cada colegio tiene autonomía para tomar decisiones dentro del manual de convivencia, que cada padre acepta cuando matricula a su hijo.

Semana: ¿Cuál es la situación financiera de los colegios privados? ¿Si están recibiendo el pago de matrículas? F.V.: La situación de los colegios no es distinta a la de los demás sectores de la economía. En abril era dramática, porque a la reducción en el pago de matrículas se sumó que las ayudas que anunció el Gobierno no se habían materializado. Ese no es el caso en este momento, cuando se han comenzado a recibir las ayudas. La morosidad en la cartera de los colegios calendario A es muy alta. Hay padres que están considerando sacar a sus hijos del colegio, pero los apoyos al pago de nómina nos han servido. Lo que definitivamente se fue al piso son los ingresos provenientes de los servicios adicionales (transporte y alimentación), con los cuales los colegios, de una forma u otra, lograban sobrevivir. Semana: ¿Esta situación pone en jaque la sostenibilidad o existencia de algunas instituciones? F.V.: Si los colegios pequeños de menos de 400 estudiantes en los próximos meses llegan a tener un bajón cercano al 20 por ciento de la matrícula, están definitivamente en riesgo de no subsistir.