La quietud que traen las cuarentenas está de nuevo preocupando al tejido empresarial y a los analistas. Este lunes 18 de enero, cuando en Bogotá se levanta la cuarentena en unas pocas localidades, pero otras entran o siguen dentro de esa estrategia: Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Puente Aranda, Rafael Uribe Uribe y Usme, Fedesarrollo, centro de pensamiento económico, presentó un análisis en el que hace las primeras cuentas de los costos por localidad.

Por ejemplo, según Fedesarrollo, “hay localidades que tuvieron contracciones mayores en el número de empresas, en comparación con la que tuvo en promedio la ciudad”.

La investigación de Fedesarrollo señala que, en zonas como Ciudad Bolívar, la producción cayó en 15 %; en Rafael Uribe Uribe, en 14 %, y en Bosa, en un 13 %, convirtiéndose así an las localidades más afectadas.

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Las cuarentenas focalizadas han sido objeto de críticas en el Concejo de Bogotá, donde se han realizado ya dos debates de control político, con fuertes reparos al esquema. De hecho, está sobre el tapete la propuesta lanzada el sábado, según la cual, implementar una ecuación de 3x2 sería más productivo en términos de protección sanitaria y económica, que las cuarentenas estrictas, sectorizadas por localidades. La fórmula implica tener 3 días de cuarentena y 15 de actividad.

Desde Fedesarrollo, en el estudio presentado este lunes, también se habla de que “los nuevos ciclos de cuarentenas focalizadas en la ciudad pueden llevar a que los resultados negativos aumenten, especialmente en localidades como Chapinero, Ciudad Bolívar y Rafael Uribe Uribe, generando así mayores brechas en pérdidas de empleos y pobreza”.

Una de las advertencias de este centro de pensamiento es que, las restricciones al comercio han afectado de forma más fuerte a las MiPymes, que corresponden al 99 % de las empresas de la ciudad. Peor aún es que las microempresas, que son las más vulnerables, representan el 97,7 % del tejido empresarial MiPyme. Su capital de trabajo es inexistente si dejan de percibir ingresos, lo que inevitablemente se reflejará de nuevo en las cifras de desempleo. En términos del PIB, lo que suceda en la ciudad es clave, toda vez que Bogotá es el 25,5 % del PIB nacional y, si se le suma Cundinamarca, departamento del cual también es la capital, la cifra es de 31,5 %.

La ciudad ya tenía efectos

El costo de las cuarentenas ya se había visto en el 2020 en la capital del país, donde el 2020 cerró con una disminución de 12 por ciento en empresas, lo que implicó el cierre de 53.291 compañías, en comparación con lo ocurrido en el 2019.

Según establece Fedesarrollo en su informe, esa cifra fue una pérdida histórica para la ciudad, que aporta el 27 % del ingreso laboral que se genera en el país.

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La ciudad venía de una época de pujanza en materia de crecimiento en la apertura de empresas. En la década que va del 2010 al 2019, el promedio del crecimiento de empresas fue de 6,4 % anual, estableció Fedesarrollo.

El mayor impacto, si la situación se mira desde los sectores económicos más afectados, está por el lado de alojamiento y servicios de comida, que representan (20,4 % de la economía); construcción (28,4 %), y la industria (14,5 %). Estas mismas ramas son también las más salpicadas con las nuevas cuarentenas, puesto que, en su mayoría, dependen del consumo, que es el que se frena en un periodo de confinamiento.

¿Qué salida hay entonces?

Para que no se desbarate lo poco que se había logrado en la reactivación paulatina que se dio en el último trimestre del 2020, y previendo que la situación sanitaria seguirá siendo compleja, Fedesarrollo propone estrategias que apuntan a un control de los contagios, a la par con opciones que lleven a mantener abierta la actividad productiva.

LUIS FERNANDO MEJIA, director de Fedesarrollo | Foto: Publicaciones Semana

En ese sentido, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dijo en SEMANA que, desde su perspectiva, cualquier alternativa viable que permita reducir los días de restricciones, le parece que debe ser bienvenida. En general, en el informe proponen reforzar el cerco epidemiológico, es decir, que esté aislada la población cercana a los contagiados. De igual manera, sugiere acciones de concientización sobre el autocuidado; la utilización de la capacidad instalada de las UCI en otras ciudades, durante la emergencia, y el despliegue de ayudas para el sector informal.